Los fabricantes del motor en nuestro país, representados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) han abogado por la “Declaración por una Economía Circular 2018-2020”.
Lo hicieron en un evento llevado a cabo esta semana en el Ministerio de Agricultura y Alimentación, Pesca y Medio Ambiente, institución que, junto con el Ministerio de Economía e Industria, lideró dicha declaración, contando con la participación y respaldo de multitud de de agentes sociales y económicos, más allá de la propia ANFAC.
Dicho texto tiene como objetivo avanzar hacia un nuevo modelo. Una economía en la que los productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible. Potenciando así una sociedad y una economía más eficientes, tanto en el uso de los recursos, como en lo referente a la reducción de los residuos necesarios para su producción, uso y reciclado. De forma que aquellos que no pueden ser evitados ostente las máximas garantías para nuestra salud y para proteger nuestro medio ambiente.
La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, declaraba que sería imprescindible adoptar este modelo cuanto antes, ya que permitirá “maximizar la eficiencia de los recursos, tanto materiales como energéticos, para que permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo y para reducir la generación de residuos”.
La industria nacional de automóviles y camiones se ha adherido a este texto bajo el absoluto convencimiento de que una economía sostenible y de futuro es “aquella que genera el menor impacto posible en el medioambiente. Nuestra industria cuida especialmente en sus factorías reducir al mínimo posible el uso de recursos naturales en los procesos industriales, generando, además, cada vez una menor cantidad de residuos y que éstos, a ser posible, no tengan impacto en el entorno. Así, por ejemplo, los residuos generados en la industria se han reducido en torno a un 25% en los últimos 10 años”, ha remarcado ANFAC en un comunicado.
En la misma línea, del lado del producto, los fabricantes trabajan desde hace varios años en el “ecodiseño”. Lo que incorpora materiales reciclados a los vehículos que se fabrican, permitiendo de esta forma lograr niveles muy altos de recuperación, de hasta el 95% cuando un vehículo llega al final de su vida útil. Lo que contribuye directamente a esta “economía circular”.
Sin lugar a dudas el automóvil es un ejemplo perfecto de economía circular. Una política de huella energética y reaprovechamiento de recursos que da comienzo en la prevención en el diseño de los vehículos y que acaba con la descontaminación y reutilización adecuada de todas y cada una de las piezas por parte de los centros de autorizados de tratamiento. Tal y como se explica en el video que publicó Sigrauto, asociación de la que forma parte ANFAC:
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