10 Lecciones De Vida Que Podemos Aprender De Los Perros

Que podemos aprender de los perros en determinados aspectos no es ninguna locura. El tópico de mejor amigo del hombre no se lo han ganado los perros por casualidad. Estos animales domésticos, además de acompañarnos en nuestra vida y ser un componente más de nuestras familias, también son un reflejo de cómo debemos tomarnos la vida en bastantes ocasiones.

Aprendiendo de nuestros perros
Sin duda, estas mascotas son los mejores amigos del hombre.

No es de extrañar que, más de una vez seamos los humanos los que recibamos alguna que otra lección sobre nuestro comportamiento o conducta por parte de nuestros compañeros caninos, en vez de viceversa. Repasamos algunas lecciones increíbles que tenemos que aprender de nuestras queridas mascotas…

¿Qué se puede aprender de las mascotas?

  • Mostrar lealtad. En ellos es automática, por lo que son conscientes de que se deben a su dueño y se trata de una actitud invariable en su comportamiento, sin importar consecuencias posteriores. Para ellos, la seguridad y el bienestar son infranqueables. Incluso anteponen la vida ajena a la suya.
    El caso de Canelo es uno de los mejores ejemplos de la lealtad a la que pueden llegar los perros hacia sus dueños. Una historia de fidelidad entre el animal y el ser humano que roza la emoción. Canelo permaneció 12 años esperando a su dueño en los alrededores de un hospital al que acudió debido a un tratamiento de diálisis. El tiempo no fue un problema para este fiel compañero.
  • Demostrar cuánto les importa alguien. Nunca juzgan por lo que tienes, siempre por lo que eres. Para ellos, las ausencias siempre se echarán en falta, lo que les llevará a la alegría máxima en los reencuentros. El famoso caso de Brasil en el que el perro de un hombre sin hogar que fue detenido se subió al coche de policía junto a su amo no es más que una muestra del cariño que estos animales son capaces de demostrar a sus seres queridos, más si cabe en momentos de confusión.
  • Estar alerta. Siempre se adaptan a circunstancias inesperadas. Gracias a su oído y olfato excepcionales, llegan a evitar situaciones de peligro o contratiempos repentinos. Nosotros, lejos de desarrollar esos sentidos a tan alto nivel, sí podemos aumentar nuestra atención a lo que ocurre a nuestro alrededor para prevenir y percibir. Los perros de aviso, o de alarma, son los más hábiles para detectar una amenaza hacia la familia, y cuando ésta se produce dan algún tipo de aviso o alarma, que puede ser un ladrido o un cambio en su comportamiento.Las amenazas a miembros de la familia significan un acto instantáneo de la mayoría de los perros, en señal de alarma. Algunas razas de perros han demostrado ser muy buenas para detectar situaciones no favorables antes que las personas, incluso.
  • Tomar descansos necesarios. Los perros conocen sus limitaciones y son conscientes del tiempo que necesitan para dormir y descansar. No fuerzan tanto como sí nos obligamos a hacer en ocasiones las personas, algo que contrarresta nuestro trabajo y nos limita en nuestro día a día. Es cierto que su necesidad de sueño es superior a la de los humanos, ya que nuestros compañeros caninos duermen unas 13 horas diarias entre la noche y las pequeñas siestas al día, por lo que si se le somete a un esfuerzo al que no está acostumbrado, puede pagarlo en exceso si luego no obtiene su descanso habitual, el mismo caso que nos ocurre a las personas.
Mascota corriendo hacia su dueño
Siempre llenos de energía, estos animales de compañía nos alegran los días.
  • Vivir el momento. Precisamente, con el descanso adecuado todo se ve de otra manera y al amanecer, podemos afrontar un nuevo día con entusiasmo. Algo a lo que siempre están predispuestos nuestros compañeros caninos, que gracias a ello disfrutan de cada pequeño detalle. Y es que ellos no piensan qué pudieron hacer mejor en el pasado o qué será de ellos mañana. El entorno del día a día y el lenguaje corporal de su dueño es lo que los perros ejercitan hasta encontrar el hábito necesario que les hace alcanzar la felicidad.
  • Saber perdonar, escuchar y ser honesto. Al igual que los humanos, los perros también mostrarán su enfado en determinadas ocasiones, que siempre antecede a un perdón casi inmediato. Dejan a un lado el rencor y, pese a que no pueden utilizar el lenguaje verbal, sí usan el corporal para dejar claro que sienten lo que te ocurre. Además, son honestos y cuando ellos necesitan algo, simplemente lo hacen saber.
  • No discriminar. Es obligatorio reconocer que todos somos diferentes, por lo que todos merecemos oportunidades. Nuestros compañeros caninos evitan las barreras que a veces nos autoimponemos los humanos unos con otros para separarnos. La discapacidad de este perro no es ni mucho menos un motivo para la discriminación por parte de sus compañeros caninos en el juego que todos disfrutan, sin perjuicios de ninguna clase.
  • Firmeza sí, violencia no. Todo tiene la importancia que merece. Según el refrán, perro que ladra, no muerde. Se trata de mostrar nuestro punto de vista sin llegar nunca a la violencia.
  • No perder la capacidad de juego. Son animales siempre dispuestos a divertirse, lo que ayuda a su dueño a sacar su espíritu de niño que lleva dentro para, claro está, los momentos convenientes para hacerlo. Nunca está de más traer diversión a nuestra vida.
  • Aprender de los errores. “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Eso dicen, y es que los animales caninos se encargan de que no sea así cuando cometen un error. Al igual que son los primeros en explorar para tener nuevas experiencias, cuando ésta sale mal, será difícil que vuelva a sucederles lo mismo una segunda vez. Y si se equivocan, son los primeros que mostrarán arrepentimiento hacia aquella persona a la que le hayan ocasionado algún daño.El famoso vídeo que tuvo como protagonista a Ettore, el perro que totalmente abatido pidió perdón a su amo con un abrazo, se hizo viral en cuestión de horas en Youtube ante el arrepentimiento mostrado por el animal canino por el ‘delito’ que Anthony Federica Granani, su dueño, le recriminó públicamente. Ettore se siente culpable y confiesa a juzgar por el abrazo sentido que le regala a Anthony.  Un ejemplo más de la capacidad sentimental, ya sea de arrepentimiento o de lealtad, que demuestran tener estos animales en cualquier momento.

Conociendo de ante mano que el ser humano y sus condiciones neuronales son inigualables por cualquier otro animal, y que es indudablemente el que debe enseñar a su perro la educación y las normas necesarias de convivencia, no habría que dejar la oportunidad de aprender también de ellos en esta vida.

Y ahora es tu turno, ¿qué te ha enseñado tu mascota? ¿Qué crees que puedes aprender de tu perro? ¡Nos encantaría saberlo! Déjanos un comentario si quieres más abajo.

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Perfil del autor

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

Jesús Rengel Ortiz

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

Un comentario

  1. Mi mascota me ha enseñado lo que es la lealtad sin límites, me valora y quiere tal como soy, me da mucho amor incondicional. Y siempre tiene alegría para mí, se alegra sólo por estar conmigo y no necesita nada más, me hace sentir importante.

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