Austin Victoria, la última bala de Authi

El Austin Victoria fue el último y fallido intento de AUTHI por ser un eficiente competidor en el mercado español de automoción. Un automóvil del segmento C, con tracción delantera y motor delantero tranversal, con un diseño distintivo. Pero que tuvo que enfrentarse al poderío y competitividad de los modelos de SEAT del momento.

Austin Victoria y Austin Victoria De Luxe

Un vehículo de ascendencia -atentos- británico-sudafricana. Fabricado por una empresa que, pese a su breve vida (algo más de 11 años), marcó una huella imborrable en la automoción española. Hablamos de Authi (Automóviles de Turismo Hispano-Ingleses) y de la mítica planta de Landaben (Pamplona).

Fue allí donde vieron la luz, entre 1972 y 1975, varias miles de unidades del Austin Victoria. Un clásico de lujo que compitió de tú a tú con el Seat 124, entre otros. Con un motor de 1,3 litros y 62 CV, este bólido diseñado por Michelotti, era capaz -en teoría- de llegar a alcanzar hasta los 135 km/h. 

Una joya de la British Leyland Motor Corporation que era igual al Austin Apache comercializado por los británicos en Sudáfrica desde un año antes, y hasta 1978. Este modelo nació para sustituir al MG 1300 S y al Austin 1300, con componentes basados en el Austin-Morris 1100, pero con un rediseño que le daba un aire similar al Triumph 2000.

En España hubo dos versiones, el equivalente al Apache, y la versión de Luxe, que contaba con acabados en madera, cuatro faros ovalados, tracción delantera, 4 velocidades, cuatro cilindros en línea, una velocidad punta de 161 km/h, suspensión hidrolastyc (que utilizaba resortes de goma junto a un sistema hidráulico que sustituía al mismo tiempo el muelle y el amortiguador), dos carburadores SU, y una potencia de 68 CV.

Hablamos de un vehículo que actualmente es difícil encontrar en buenas condiciones. Pero es, precisamente por ello, uno de los clásicos favoritos entre los coleccionistas españoles. No alcanzando tampoco por ello precios muy desorbitados (tienen su público, pero no es mayoritario, de ahí que no se pidan barbaridades).

Mención aparte reciben sus asientos delanteros. Totalmente reclinables, que llegaron a ser reclamo y protagonistas de algunas campañas publicitarias de la marca en las revistas y la televisión de la época, con una “marcada intencionalidad”. Una buena muestra también de que el Victoria es un hijo de su época, como lo era el marketing que se utilizó para venderlo. Y que una década antes hubiese sido impensable. Pero quizá también en nuestros días…

Al mismo tiempo podíamos ver cómo se vendía el Austin Victoria como un coche perfecto para viajar en familia por toda la geografía española. Y es que el espacio interior no sólo podía utilizarse para la “relajación”, también para llevar a la descendencia con total comodidad a nuestro destino vacacional favorito.

Publicidad familiar Austin Victoria

Para muchos, el Victoria era poco más que un Austin 1300 con mejor interior y más maletero. Y es que su motor de 62 caballos no daba para grandes alegrías en carretera. Pues tampoco le acompañaban en exceso unos neumáticos de reducido tamaño, en diámetro y sección (145/SR-12). Contando, eso sí, con una dirección ligera, que ayudaba a manejar un conjunto al que su suspensión “hydrolastic” no ayudaba mucho en las curvas.

Con un consumo medio de 9 litros a los 100 en carretera y unos 12 en ciudad, no distaba tampoco demasiado de otros rivales de la época. Por lo que sin duda destacaba era por su elegante diseño, de manos de Giovanni Michelotti y Alec Issigonis (¿alguien ha dicho Mini?). Que además mostraba acusadas diferencias entre los dos modelos comercializados: Con los cuatro faros redondos de la versión Victoria de Luxe, que dotaban al frontal del vehículo de una personalidad muy distintiva frente al Victoria normal (de doble faro ovalado).

Sea como fuere, el Victoria merece un epígrafe propio en nuestra historia de la automoción española. Aunque fuese sólo para protagonizar el declive y cierre de Automóviles de Turismo Hispano-Ingleses (AUTHI). Si bien, para salvar del cierre a la mítica fábrica de Landaben, el INI decidiría que ésta cayese en manos de SEAT (que la utilizó para producir el Seat 124 a partir de 1976), tras una frustrada venta a General Motors. Lo que pasó después es también historia “viva” del motor español. Pues esta planta es la única fábrica de la marca Volkswagen en España, joya de la corona del fabricante, y orgullo de sus trabajadores y de la industria automotriz nacional.

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Jorge Monroy Criado

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