Todos los años unos 10.000-12.000 conductores españoles se confunden de combustible a la hora de repostar. Se trata de un error que puede provocar importantes averías en nuestro automóvil, de ahí que sea importante prestar atención durante la operación. En caso de equivocarnos nunca deberemos poner en marcha el coche, porque con ello evitaremos males mayores.
Las prisas no son buenas cuando acudimos a una gasolinera a llenar el depósito de nuestro automóvil y también sucede que andar cambiando de coche puede inducirnos a cometer un grave error a la hora de repostar.
Todos los años unos 10.000-12.000 conductores se equivocan de combustible y de estos un 60% le ponen gasolina a un diésel y en un 40% de los casos sucede al contrario.
Prestar atención al repostar
Repostar es una acción tan habitual para un conductor que muchas veces no le prestamos la suficiente atención y no es tan difícil equivocarse de manguera.
Por esta razón es importante que estemos con los cinco sentidos alertas, no sólo para apagar nuestro automóvil (en los modelos híbridos es fácil dejarlo encendido sin darnos cuenta), con el riesgo que ello conlleva, sino para no poner en el depósito un combustible inadecuado.
Confundir diésel con gasolina y al contrario es un error más habitual de lo que pensamos y que nos exige no activar el encendido y llamar a las asistencias para que procedan a limpiar el depósito, porque en caso contrario podemos producir una avería costosa de reparar.
Mezclar ocasionalmente gasolina de 95 o de 98 octanos no entraña demasiado riesgo, porque en realidad la diferencia entre ambos productos es su octanaje. En los modelos híbridos es aconsejable utilizar preferentemente el combustible que aconseja el fabricante.
La gasolina de 98 octanos es aconsejable para vehículos con una compresión superior a 10,5:1, pero ponerla en coches con una compresión inferior no entraña ningún problema y las prestaciones serán más o menos las mismas. Si sucede al contrario posiblemente se producirá una pérdida de potencia.
Actualmente la posibilidad de cometer un error en el repostaje es bastante reducida, dado que el boquerel diésel es más ancho que el de la gasolina, al tiempo que la boca del depósito de un coche diésel y de uno gasolina también son diferentes (más estrecho en el segundo caso), pero la posibilidad de error siempre está presente a la hora de repostar.
¿Qué hacer si me equivoco de combustible?
Lo mejor en estos casos es no arrancar el vehículo y llamar a un servicio de asistencia con el fin de que un mecánico vacíe el depósito con seguridad. Hacerlo uno mismo no es buena idea por el riesgo de incendio que ello conlleva.
Pero si llegamos a arrancar el coche las consecuencias son diferentes dependiendo si le ponemos diésel a un gasolina o gasolina a un diésel y también dependiendo de la cantidad de combustible que hayamos repostado.
Si cargamos gasoil en un coche que utiliza gasolina, como es el caso de los híbridos, lo más posible es que el motor se detenga al poco de entrar en movimiento. ¿Porqué? Sencillamente porque la bujías no podrán encender el gasoil. Pero en este caso el mayor problema estará en la capacidad lubricante que tiene el diésel.
Ello provocará que no sólo haya que drenar el combustible, sino que también sea necesario afrontar una limpieza del motor (conductos, inyectores, etc). Una reparación sin duda costosa porque requiere desmontaje de piezas y en su caso recambio de aquellas que puedan haber resultado dañadas.
Si le echamos gasolina a un vehículo diésel el coche arrancará y probablemente circulará algunos kilómetros antes de pararse, pero expulsando humo blanco y dando tirones. Los daños en ese caso afectarán a la bomba de combustible, filtros e inyectores. Una avería sin duda de importancia por el coste y por las secuelas que puede tener para el vehículo.
Hay que tener en cuenta que este tipo de errores no están cubiertos por el seguro, salvo el coste de la grúa para el traslado del vehículo. Tampoco el fabricante se hará cargo de la reparación, aunque el vehículo se encuentre en garantía, puesto que se considera que la avería viene dada por un mal uso.
Finalmente, si el coche es de alquiler lo normal es que en la letra pequeña de los contratos figure que este tipo de problemas deberán ser sufragados por la persona que firmó dicho contrato.
¿Y si se equivocan en la gasolinera?
En este caso la estación de servicio sería la responsable, pero probablemente tendremos que pleitear. Tenemos un año de plazo para proceder a reclamar desde el momento en el que se produjo el daño.
Como elemento probatorio deberemos conservar el ticket de pago, donde deberá constar el tipo de combustible y día y hora del repostaje, y también la factura de reparación y de las actuaciones que se hayan llevado a cabo para solucionar los daños que haya podido sufrir el vehículo.
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