Pérdida de oído: ¿Cómo saber si me estoy quedando sordo?

Los trastornos de pérdida de audición han sido frecuentemente asociados a una edad avanzada, pero nada más lejos de la realidad. La exposición continua al ruido puede ser el detonante de problemas de oído en personas cada vez más jóvenes. Nuestra vida en entornos urbanos muy ruidosos, el uso de cascos, el excesivo volumen de los aparatos domésticos y por supuesto algunas enfermedades, son las causantes de un deterioro en nuestra capacidad auditiva.

problemas de oído

A medida que envejecemos las personas sufrimos una natural pérdida de agudeza en los sentidos, una evolución que podríamos calificar como normal. Este es el caso de la Presbiacusia, como se denomina al deterioro de la audición asociado a la edad, que es un trastorno que viene causado por el deterioro progresivo del oído interno.

Esta circunstancia, que dificulta la audición de los sonidos con frecuencias altas (entre 500 y 4000 hercios), es un problema de gran relevancia ya que se calcula que afecta al 5% de la población mundial, aproximadamente 320 millones de personas.

La pérdida de audición empieza a notarse a edades relativamente tempranas, en torno a los 30-40 años de edad, pero al tratarse de un trastorno progresivo no somos enteramente conscientes de ello. Es entre los 50 y 60 años cuando los síntomas de la Presbiacusia se hacen más patentes, una situación que puede percibirse fácilmente por la dificultad que existe para identificar las voces femeninas.

La pérdida de capacidad auditiva es un problema común entre los españoles de más de 65 años. Uno de cada tres españoles entre 65 y 74 años desarrolla este trastorno, que por regla general es consecuencia del envejecimiento y de exposiciones a ruidos superiores a los 80 decibelios. Este tipo de ruidos deterioran de forma progresiva las células ciliadas del oído interno.

cómo saber si estoy perdiendo oído

Con el paso de los años las personas perdemos capacidad auditiva (hipoacusia), muchas veces sin darnos cuenta de ello. Además, a esta pérdida natural por envejecimiento más o menos acentuada se le suman las pérdidas derivadas de actividades laborales y de ocio o de modos de vida que favorecen la aparición de la sordera a edades tempranas.

Los altos niveles de ruido que nos impone la vida moderna perjudican al oído y por ello controlar el nivel de decibelios que sufrimos en nuestras actividades diarias y tomar precauciones en caso de que sean excesivos, nos ayudará a disfrutar durante más tiempo de una óptima salud auditiva.

Un estudio reciente confirma que el 20% de la población entre 20 y 69 años, uno de cada cinco adultos, ha sufrido o sufrirá daños auditivos debido a una exposición puntual o prolongada a altos niveles de ruido.

Cómo funciona el oído

Para comenzar el oído humano consta de tres partes, externo, medio e interno, que también nos sirven para localizar y denominar los distintos tipos de pérdida de audición: Conductiva (oído externo y medio), Neurosensorial (oído interno) y Mixto.

La parte externa y visible de nuestro oído es el pabellón auricular (oreja), que se encarga de recoger los sonidos y de conducirlos hacia el tímpano a través del conducto auditivo. En este conducto las partículas de cera impiden la entrada de partículas extrañas.

El tímpano es una membrana que vibra con las ondas sonoras y que transmite estas vibraciones a tres diminutos huesecillos localizados en la zona del oído medio (martillo, yunque y estribo), cuyo papel es amplificar las vibraciones antes de trasladarlas a la cóclea, un órgano con forma de caracol que se encuentra situado en el oído interno.

Los fluidos que existen en el interior de la cóclea transforman estas vibraciones en estímulos eléctricos que el nervio auditivo se encarga de trasladar hasta el cerebro, donde finalmente se convierten en sonidos que podemos reconocer y entender.

La salud de nuestro oído

Como sucede con todos los temas de salud la prevención es el mejor consejo y con nuestro oído no iba a ser menos. Ya hemos dicho que la pérdida de audición es un proceso que aparece de forma gradual, prácticamente sin que nos demos cuenta, lo que justifica que las revisiones deban ser la principal opción preventiva a tener en cuenta.

Por otro lado, los expertos aconsejan la utilización de protecciones en las actividades laborales y recreativas de riesgo, en piscinas y playas para evitar la entrada de agua y principalmente el no uso de bastoncillos de algodón para la limpieza del conducto auditivo, dado que este tipo de objetos pueden causar daños en el tímpano.

También es aconsejable no utilizar auriculares por largos espacios de tiempo a la hora de escuchar música y por supuesto mantener siempre volúmenes aceptables, así como tratar las infecciones de oído de forma precoz.

El oído no sólo es cuestión de edad

La reducción de la capacidad auditiva es un problema que en la actualidad afecta a uno de cada cinco adultos y se calcula que a la mitad de población a partir de los 80 años.

Está claro que la edad es un factor importante a la hora de perder audición, pero hay que recalcar que no es el único. La exposición prolongada al ruido es una circunstancia que se considera habitual en algunas actividades laborales y por lo cual los trabajadores siempre deben emplear equipos de protección individual para minimizar los efectos negativos provocados por el excesivo ruido.

Otra causa que está provocando problemas de audición en personas jóvenes es el uso de cascos para escuchar música y que estos sonidos sean escuchados con un volumen inadecuado.

Un doctor examina los oídos de su paciente

En otras ocasiones algunas enfermedades se pueden encontrar detrás de la pérdida de audición, siendo frecuente la aparición en personas afectadas por diabetes o hipertensión. Así mismo, la acción de ciertos medicamentos puede ser tóxica para las células sensoriales de los oídos o incluso tratamientos como la quimioterapia también pueden dañar nuestro oído interno.

En España los problemas de audición afectan a más de un millón de personas, de las que casi el 72% tienen más de 65 años. Por otro lado, hay que resaltar que entre uno y cinco recién nacidos de cada mil nacen con algún tipo de problema de audición.

¿Qué causa la pérdida de audición?

Existen varias razones por las que podemos sufrir pérdidas de audición, pudiendo ser estas de carácter reversible o permanente:

  • Conductiva (oído externo o medio). La pérdida auditiva conductiva significa que los sonidos que le rodean no viajan eficientemente a través del oído externo y medio. Dentro de este grupo nos encontraríamos con problemas como infecciones, cerumen en el oído, oreja de nadador, o simplemente por el frío todas ellas de carácter temporal.
  • Si tenemos problemas de mayor duración podemos estar hablando de trastornos asociados a malformaciones, tumores, deformaciones temporales de los huesos del oído medio (otosclerosis asociadas a sarampión y paperas) o traumatismos craneales repentinos.
  • Neurosensorial (aparece en el oído interno). Es el resultado del deterioro o ausencia de células sensoriales en la cóclea y suele ser permanente. Conocida también como “sordera del nervio”, la pérdida auditiva neurosensorial puede presentar distintos grados de gravedad.
  • Mixta. Se trataría de una combinación de las anteriores razones.
probando si está perdiendo oído

Síntomas de pérdida de audición

El deterioro de las funciones auditivas puede dar la cara de diversas maneras, aunque por lo general nos será difícil darnos cuenta debido a lo progresivo su aparición. Con el paso de los años la pérdida auditiva se va produciendo de forma soterrada y en muchos casos imperceptible si no pasamos por las manos de un experto en audición. Si notamos cualquiera de estos síntomas, puede que sea el momento de visitar a un especialista para que evalúe el alcance de nuestro problema auditivo:

  • Amortiguación del habla y de otros sonidos.
  • Dificultad para comprender palabras, en especial, cuando hay ruido de fondo o en una multitud.
  • Problema para oír algunas consonantes. En estas circunstancias las mayores dificultades las tenemos a la hora de escuchar las consonantes de alta frecuencia como “s”, “f”, “g”, “t” y “z”.
  • Pedir frecuentemente a los demás que hablen más lento, con mayor claridad y más alto. Mayor necesidad de concentración para oír a alguien.
  • Necesidad de subir el volumen de la televisión o de la radio.
  • Abstenerse de participar en las conversaciones.
  • Otro síntoma habitual de pérdida auditiva es el llamado “efecto tinnitus”, que podemos definir como la aparición o existencia de un zumbido constante en los oídos.

Tratamientos pérdida auditiva

El tratamiento asociado a la pérdida de audición depende de cuál sea el grado de afectación del paciente y de la causa -o causas- que la provocan:

  • Si se trata de un simple tapón de cerumen bastaría con retirarlo
  • Si nos enfrentamos a una anomalía en el tímpano habría que recurrir a la cirugía.
  • Por otro lado, cuando hablamos de Presbiacusia o pérdida progresiva de la audición tenemos que saber que ese trastorno no tiene cura, aunque en estos casos la tecnología puede ayudar al paciente a tener una vida normal a través de audífonos, amplificadores de sonido para móvil y otros dispositivos de apoyo a la escucha.
audífono

Cómo evitar la pérdida de audición

Convivimos con el ruido

Lo peculiar de este estudio realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es que el 53% de las personas sometidas a estudio no referían sufrir exposición a ruidos intensos durante el trabajo, lo que desvela que en buena parte el origen de los daños auditivos procede de la realización de actividades no laborales.

De forma directa el efecto de un ruido fuerte provoca la destrucción de las células ciliadas o pilosas del oído interno, elementos que se caracterizan por regenerarse con mucha dificultad. Estas células transforman el sonido en señales eléctricas y son los nervios los encargados de trasladar estas señales hasta el cerebro, transformándose en ese momento en sonidos.

ruido

Esto supone que cuanto más fuerte es el ruido mayor cantidad de células ciliadas pueden verse deterioradas, de forma que es el tiempo de exposición a dicho ruido el que acaba marcando la velocidad en la pérdida de audición.

En nuestro país una de cada tres personas entre 65 y 74 años padece pérdida auditiva, cifra que se incrementa hasta el 50% cuando la edad es superior a 75 años. La causa más probable es la acumulación de daños a lo largo de la vida, pero existen ciertos aspectos que también favorecen la aparición de problemas auditivos, como por ejemplo la genética o cambios en el oído interno.

¿A qué ruidos estamos expuestos?

Cualquier sonido que supere los 70 decibelios puede ser perjudicial para nuestros oídos y en este sentido numerosos estudios prueban la existencia de daños auditivos asociados a una exposición prolongada a sonidos superiores a 85 decibelios.

Estos ruidos dañan las células ciliadas del oído interno tras dos horas de exposición, pero los estudios también demuestran que si incrementamos el ruido hasta los 110 decibelios se produce el mismo nivel de daños con apenas cinco minutos de exposición.

mucho ruido en las ciudades

A partir de 120 decibelios entraríamos en el llamado “umbral del dolor”, ya que este tipo de ruidos son insoportables para nuestro oído. A diario en las grandes ciudades solemos estar expuestos a un umbral de ruido en el entorno de los 60-70 decibelios.

En una biblioteca podemos estar en una media de 25 decibelios, una conversación normal puede oscilar entre los 30-40 decibelios, cuando un coche de bomberos pasa junto a nosotros sufriremos el impacto de 95 decibelios, ruido que alcanzará los 110 decibelios en las proximidades de un martillo neumático.

Por otro lado, algunas actividades relacionadas con el deporte también pueden ser motivo de pérdida auditiva. En un partido de fútbol el nivel de ruido oscila entre 90 y 140 decibelios, mientras que en una clase de zumba, spinning o crossfit podemos estar expuestos a sonidos de hasta 80 decibelios.

Otra de las fuentes más comunes de pérdida auditiva es la maquinaria y herramientas de trabajo. En este sentido la maquinaria genera niveles de ruido superiores a los 80 decibelios, llegando incluso a superar los 112 decibelios en el caso de la maquinaria pesada.

La solución es limitar el volumen y plantearnos utilizar tapones o protectores auditivos durante nuestras actividades laborales o de ocio. Puede parecernos excesiva esta recomendación, pero quizá no tanto si tenemos en cuenta que en 2021 el número de personas sordas o con problemas auditivos superó los 1.230.000 afectados.

Cuidado con la música

Escuchar música con auriculares puede ser una actividad muy perjudicial para nuestros oídos, ya que dependiendo del volumen pueden superarse niveles de 110 decibelios.

Por esta razón es mejor utilizar auriculares que bloqueen la entrada de ruidos externos, ya que esto impedirá que tengamos que subir el volumen de la música que escuchamos. Por el contrario, los audífonos no bloquean estos sonidos así que mucho cuidado con ellos.

escuchando música

Está comprobado que escuchar música en un nivel 5 o superior durante 15 minutos diarios puede derivar en daños auditivos a largo plazo.

Por último, si asistimos a un concierto el nivel del sonido puede oscilar entre 80 y 120 decibelios y los daños dependerán de lo fuerte que suene la música, de lo cerca que estemos de los altavoces y del tiempo de exposición.

Sordera en España: Afecta a uno de cada cuatro españoles

Los estudios médicos reflejan que el 8% de los españoles -unos 3,5 millones- sufre problemas de oído o audición de diferente importancia, aunque de forma oficiosa se estima que una cuarta parte de los ciudadanos de nuestro país podría sufrir algún déficit auditivo debido a los altos niveles de ruido que de una forma u otra soportamos en nuestras actividades diarias.

Según un estudio realizado por GAES el oído es el segundo sentido más valorado por los españoles, aunque contradictoriamente a esta opinión lo cierto es que tan sólo uno de cada diez ciudadanos de nuestro país acude de forma periódica a un especialista con el objetivo de revisar sus niveles de audición y la salud de sus oídos.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reflejan que actualmente el 5,3% de la población mundial, unos 466 millones de personas (432 millones de adultos y 34 millones de niños), sufre algún problema de audición, un porcentaje que en España podría elevarse hasta el 8%.

Junto a estas cifras los expertos de la OMS estiman que las personas que se encuentran en “riesgo auditivo” sumarían al menos 1.100 millones, razón por la cual se calcula que en el horizonte de 2030 en todo el mundo habrá unos 630 millones de personas que sufran alguna alteración en sus capacidades auditivas.

Por otro lado, en opinión de los expertos la mayor parte de las pérdidas de audición -aproximadamente un 60%- se producen a todas las edades y por causas muy reconocidas y que por lo tanto pueden ser prevenidas, como son la exposición a ruidos intensos en el trabajo o en nuestra actividad diaria, las secuelas de enfermedades como sarampión y parotiditis (paperas) o el uso de fármacos o productos “ototóxicos” que puedan afectar y perjudicar a nuestros oídos.

Problemas de oído en España

Con estos porcentajes en la mano los estudios médicos realizados en nuestro país reflejan que unos 3,5 millones de españoles están siendo tratados de una disminución de los niveles auditivos, aunque de forma oficiosa los expertos calculan que sin saberlo una cuarta parte de la población no estaría oyendo correctamente y por lo tanto podría presentar diferentes grados de déficit auditivo.

Esta pérdida auditiva puede ser leve (inferior a 40 decibelios), moderada (entre 40 y 70 decibelios) o profunda (superior a 75 decibelios según la calificación de la Seguridad Social).

El estudio elaborado por GAES nos confirma, que la opinión más extendida entre todos los segmentos de edad -un 70% de los encuestados- es que los trastornos de hipoacusia (mala audición) son propios de edades avanzadas, lo que explicaría por qué razón dos de cada diez ciudadanos de nuestro país nunca han considerado necesario realizarse una revisión auditiva.

Esta cifra asciende a tres de cada diez cuando se trata de personas jóvenes, aunque la población española también desconoce que en las consultas médicas cada vez son más los jóvenes que acuden con problemas de audición derivados del uso indiscriminado de auriculares y de estar sometidos al impacto de volúmenes de ruido superiores a los recomendados.

Por otra parte, la pérdida de audición por razón de la edad -presbiacusia- suele producirse en ambos oídos de forma simultánea y debida a cambios en la zona del oído interno. Con frecuencia esta disminución auditiva no es advertida por quién la sufre, ya que se trata de un proceso gradual que puede desembocar en una situación de sordera total -cofosis-.

¿Cómo afecta laboralmente la pérdida de oído?

Según el estudio ‘La importancia de la audición: escuchar para cambiar el mundo’, promovido por Oticon, el 50% de la población cree que la pérdida auditiva afectaría a su puesto de trabajo, por detrás de las relaciones sociales y familiares. De hecho, es en el trabajo donde suelen manifestarse los primeros síntomas de este problema, ya sea por problemas para seguir conversaciones, asistir a reuniones o videoconferencias, o por dificultades en la comunicación con los propios compañeros.

Teniendo en cuenta que la pérdida auditiva afecta cada vez más a personas jóvenes, resulta esencial identificar el problema cuanto antes con un profesional especializado. Teniendo en cuenta además que hay puestos de trabajo en los que estaríamos especialmente expuestos al ruido, uno de los principales causantes de la pérdida de oído.

puedes perder audición aunque seas joven

Un compendio de estudios sobre esta problemática de salud en el trabajo publicada por la revista International Journal of Audiology  ha determinado que está fundamentalmente relacionada con el desempeño del propio puesto laboral. Siendo estos los más habituales:

  • Dificultades para completar tareas o errores cometidos como consecuencia de malentendidos o desinformación.
  • La pérdida de tiempo ante la necesidad de repetición verbal o tener que acercarse al interlocutor.
  • Dificultades para realizar tareas relacionadas con los sonidos y la comunicación, usar el teléfono, las videoconferencias, asistir a reuniones o trabajar en ambientes ruidosos.

Cómo evito que la pérdida auditiva afecte a mi productividad

Para que tus problemas auditivos no supongan un hándicap para tu vida profesional debes seguir unas claves muy básicas, pero fundamentales:

Reconocer el problema

Lo primero y más importante es reconocer que tienes un problema real: en su vida laboral, el primer paso es reconocerlo. “Hay que tener en cuenta que primero pasará por una reacción de negación y que seguramente sienta vergüenza, frustración, miedo y preocupación por lo que puede suponer esa pérdida auditiva para su vida diaria y su futuro. Por eso, puede funcionar muy bien que los propios compañeros empaticen con él para que se sienta menos vulnerable”, señalan desde Oticon.

Pedir ayuda profesional

Hay que pedir ayuda y tratar la pérdida auditiva cuanto antes. Y es que, además, los audífonos pueden resolver la mayoría de problemas auditivos que pueden darse en nuestro puesto laboral.

Comunicarlo en el entorno laboral

Debemos evaluar cómo puede afectarnos en nuestro entorno laboral para contárselo a las personas más relevantes y con las que trabajamos de forma cercana en nuestro día a día. No dudando en hacer un listado de nuestras necesidades y limitaciones, haciéndoselas saber a nuestro entorno laboral más próximo: facilitar las reuniones presenciales y las actas de reunión, procurar un ambiente tranquilo, utilizar el correo electrónico en lugar del teléfono, así como tener en cuenta lo importante que es hablar despacio y de forma clara.

En casos de Hipoacusia severa

A pesar de los audífonos o implantes se puedan tener problemas de comunicación o percepción de señales sonoras, como las alarmas, por ejemplo, por lo que la empresa deberá tener conocimiento de nuestra situación y poner los medios necesarios para hacernos accesible el puesto de trabajo y garantizar nuestras seguridad en las mismas condiciones que las de nuestros demás compañeros.

¿Cómo ayudar a un compañero de trabajo con pérdida auditiva?

Cuando un compañero de trabajo tiene pérdida auditiva, será importante que el resto de la plantilla se adapte y trate de facilitarle su rutina diaria con pequeños gestos:

  • Fomentar un entorno inclusivo: No “etiquetar” a la persona con pérdida auditiva, ya que pues habrá situaciones en las que prefiera no estar porque le causarán incomodidad (cenas de trabajo, comer en el comedor, etc.). No hacer que se sienta excluido.
  • Ponerse en su lugar: Mostrar empatía, tener paciencia y no avasallar con preguntas sobre su nueva condición. Sí preguntar sus necesidades y en qué podemos ayudarle.
  • Hablarle de forma adecuada: Despacio y claramente. Repetir cuando sea necesario. Mirando al rostro en todo momento, sin taparnos la boca, sin darle la espalda, sin susurros, y sin hablarle o llamarle cuando estemos frente a la persona con pérdida de audición.
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Perfil del autor

Marketing Digital, Publicidad y Comunicación Corporativa en TERRÁNEA

Jorge Monroy Criado

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