La isla de los perros: ¿Realidad o ficción?

El próximo mes de abril se estrenará la película “Isle of Dogs”, una fantasía perruna que sucede en la ciudad ficticia de Megasaki City amenazada por una epidemia canina. Pero como la realidad supera a la ficción en Pakistán existe una isla, Bundal, que es conocida como la “isla de los perros”.

Isla de perros

El próximo mes de abril está previsto que se estrene en España la película “Isle of Dogs” del director norteamericano Wes Anderson, una fantasía perruna que viene apoyada por el movimiento Pro Dog y en la que importantes actores de Hollywood, como Bryan Cranston, Edward Norton, Jeff Goldblum o Scarlett Johansson, intervienen poniendo voz a algunos de los personajes que protagonizan este film.

La acción de “Isle of Dogs” transcurre en la ficticia ciudad japonesa de Megasaki City, una urbe que entra en pánico al verse invadida por una extraña epidemia canina que provoca que su alcalde, el señor Kobayashi, de la orden de que todos los perros sean trasladados a una deshabitada “isla vertedero” situada a las afueras de Megasaki.

Y es precisamente en esta “isla” donde transcurren las andanzas de un grupo de cinco perros, liderados por Chief, junto a un niño -el propio hijo del alcalde- que ha decidido escapar de la ciudad con el objetivo de encontrar a su mascota.

Pero lo que pudiera parecernos una ficción cinematográfica quizá no lo sea tanto, porque en la isla paquistaní de Bundal los perros son desde hace décadas los únicos habitantes de un lugar también deshabitado y bastante inhóspito donde el agua y los alimentos son un bien escaso.

Nadie sabe con certeza cómo pudieron llegar estos perros hasta este pedazo de tierra de 49 kilómetros cuadrados de superficie que flota en las aguas del mar Arábigo, pero todo apunta a que los primeros moradores de la isla serían probablemente animales abandonados por marineros que consiguieron sobrevivir en la isla y que a partir de ahí se han ido reproduciendo, aunque con una alta tasa de mortandad.

Ahora los perros de Bundal viven gracias a la caridad de los pescadores locales que habitan la cercana isla de Budoo, encabezados por Muneer, que se ha convertido en el responsable de que siempre haya en la isla agua potable y comida, principalmente restos de pescado, lo que explica que cuando su barca atraca en la playa siempre haya una decena de perros dispuestos a saludar su llegada.

No hace mucho que las autoridades paquistaníes decidieron autorizar la urbanización de Bundal con fines turísticos, aunque por el momento los perros continúan siendo sus únicos habitantes.

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Un comentario

  1. Lorenzo Renzo Enzo de los Ýñigo-Genio

    Ja, hojala mi Sam viviera ahi.

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