Kitbull: Un corto de Pixar que emociona y homenajea a las mascotas

El tercer y último cortometraje que ha lanzado Pixar, y que se incluye en su programa Sparkshorts, se centra en una historia de dolor y amistad con la importancia de los animales de compañía como telón de fondo. Los protagonistas: un gato callejero y un pitbull en serios problemas.

El famoso estudio cinematográfico de Luxo Júnior ha completado su programa Sparkshorts con el lanzamiento de los tres cortometrajes de animación que tenía previsto. Tras Purl, que trataba la desigualdad de género en el trabajo, y Smash and Grab, con los robots como protagonistas, Disney Pixar ha lanzado Kitbull, el tercero de los cortos de Sparkshorts que ha cautivado en redes por la emotividad y profundidad de una historia sencilla, en la que la amistad y la superación son sus principales pilares.

Con Rosana Sullivan como directora y Kathryn Hendrickson en el papel de productora, el argumento del corto se centra en la vida independiente de un gato callejero que se instala entre los residuos de un callejón sin salida en el que termina conociendo a un pitbull maltratado. El perro es el otro protagonista de la breve historia, viviendo un infierno en el que se encuentra atrapado y para el que el patio en el que ambos se conocen sólo es su lugar de descanso cuando las peleas de perros cesan. Un lugar al que cada vez los humanos con los que se ve obligado a convivir lo sacan con más heridas y rasguños.

Es entonces cuando ambos animales se conocen y, pese a la diferencias habituales de carácter entre las dos mascotas, acaban forjando una gran amistad que nace con un simple tapón de una botella y que tiene su punto álgido cuando el felino ayuda a su compañero canino a escapar de aquella espantosa vida, pudiendo finalmente comenzar juntos una nueva etapa totalmente diferente.

El cortometraje evoca por tanto a la fuerza de la amistad para superar aquellas adversidades que se nos presenten, como el maltrato o el odio al que en ocasiones tienen que enfrentarse estos animales cuando tan sólo buscan apoyo y apego por nuestra parte.

Por tanto, la trama pone de manifiesto la dureza con la que en ocasiones el ser humano utiliza a estos animales, sobre todo en lo referente a las peleas de perros y a las competiciones clandestinas que se organizan para enfrentarlos. De esta forma, aprovecha para criticar la tenencia irresponsable de mascotas, y poner al alza el valor de la compañía y de lo sencillo que resulta actuar con solidaridad con un simple gesto. Una reflexión más como las que acostumbra a ofrecernos Pixar tanto en los cortos emitidos como en sus películas, con las que el estudio siempre ha pretendido unir entretenimiento y diversión con un mensaje que nos haga razonar sobre algún aspecto de la sociedad reciente.