La localidad de Idyllwild, un pequeño pueblo que pertenece a California, en Estados Unidos, tiene el honor de tener como alcalde a Max, un Golden Retriever que incluso repetirá en su función de máximo representante del pueblo tras 5 años en el cargo.
Para los que somos amantes de estos animales somos conscientes de la capacidad de los perros para sorprendernos una y otra vez llevando a cabo diferentes acciones que hace un tiempo quizás nos parecían impensables que pudieran completar. Pero lo cierto es que todavía no habíamos visto a un perro tan metido en la política como lo ha conseguido Max, un golden retriever que se ha convertido en unos años en la sensación de la pequeña localidad de Idyllwild, en el sureste de California.
Tal es así que Maximus Mighty Mueller II, conocido como Max II, repetirá en su cargo cinco años más tras ser elegido nuevamente como alcalde por aproximadamente 4.000 personas, algo que ya logró en 2013, cuando triunfó en su primera candidatura y sustituyó al fallecido Max I, su tío.
Precisamente su pariente se había convertido en 2012 en el primer perro alcalde de la historia de Idyllwild, tras imponerse a 13 otros canes y 2 gatos que también se habían presentado a las elecciones. Pero su fallecimiento un año después hizo que su sobrino Max II fuera elegido en el cargo, en el que se ha mantenido durante los cinco años correspondientes de legislatura. Puesto que además continuará ocupando tras ser reelegido, y para el que contará con la ayuda de los vicealcaldes Mikey y Mitzi, parientes del fallecido Max I.
Todo este proceso tiene su explicación. Ésta reside en la iniciativa lanzada hace seis años con el objetivo de recaudar fondos para el rescate de animales sin hogar, y que se basó en llevar a cabo unas elecciones de carácter simbólico, al no poseer Idywild el estatus de municipio. Una votación a la que presentaron 14 perros y 2 gatos, animales a los que podían votar los vecinos aportando tan sólo un dólar, una forma simple y económica para animar a la mayoría.
Aún así, Max cumple con creces las funciones que requiere el cargo y ha participado, siempre con su característica corbata puesta, tanto en comparecencias públicas y actos solidarios y de caridad, como en las reuniones comunitarias. De hecho, cuenta con su propia web y su diferencial posición ha propiciado el interés de los turistas que se acercan por la zona y se sorprenden al conocer la particular noticia acerca del alcalde más singular del país norteamericano. Como su propietario (Phyllis) asegura, la misión de Max no es otra que “hacer felices a las personas”.
Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA