La navegación es una de esas pasiones que no debe quedar sujeta a ningún período ni época concreta. Salir con nuestra embarcación en invierno tiene sus ventajas, es igual de placentero que en verano y le otorga un toque distintivo y diferencial a la actividad que la hace única.

Muchos de nosotros tenemos la idea preconcebida de que la mejor época para disfrutar del mar es el verano. Las vacaciones y las altas temperaturas son siempre razones de peso para decantarnos por los meses veraniegos del año al disfrutar de nuestro barco y navegar donde deseemos. Pero lo cierto es que dar uso a la embarcación en invierno no es ninguna locura aunque a algunos les parezca una idea carente de sentido.
El final del verano es a menudo la ocasión que empleamos para despedirnos de la navegación, algo que en realidad no tenemos por qué hacer. De hecho, navegar en invierno es una opción ideal e igual de válida que hacerlo en verano, y existen razones que justificarían nuestra decisión si nos lanzamos a ello. Motivos de peso que afectan tanto a nuestra economía como a nuestro confort, y con los que podemos convencernos de que tener a punto nuestro barco y planear alguna que otra ruta marítima a partir del mes de octubre no es ningún pensamiento descabellado.
Para demostrártelo, nada mejor que exponerte cada uno de los argumentos a los que nos referimos y con los que refutar la idea de que no necesitamos una época del año específica para salir a navegar. Y no tenemos que dejar de deleitarnos de una nuestras grandes pasiones durante gran parte del año. Porque para los que amamos la navegación, cualquier fecha es perfectamente válida para escaparnos de la rutina diaria y desconectar como bien nos merecemos sin que el frío invernal sea un rival. Te lo demostramos…
1. El precio es más económico
Al tratarse de una actividad realizada con menor frecuencia que en los meses de verano, el precio para el alquiler de barcos es inferior al ser temporada baja la época invernal, y los clubs de navegación cuentan con descuentos importantes respecto a las tarifas que podemos encontrarnos en el período veraniego.

Los bonos de invierno son también una opción a tener en cuenta si nuestra intención es navegar con más frecuencia o repetidas veces de forma continuada los meses invernales, en los que es más habitual que encontremos precios más reducidos y factibles para aprovechar una escapada si no poseemos una embarcación propia, sin que nuestro bolsillo se resienta lo más mínimo.
2. Mayor disponibilidad de embarcaciones
Al atractivo de los precios para el alquiler de barcos se une la ventaja de tener mayor libertad a la hora de escoger el tipo de embarcación para ponernos en marcha, con su respectivo permiso de navegación. Esto se debe a la escasa demanda que genera el uso de embarcaciones durante el período invernal, lo que nos permitirá elegir de entre un mayor abanico de modelos de barcos. Desde lanchas a motor, veleros, goletas o embarcaciones neumáticas hasta las motos de agua, dependiendo de la travesía que vayamos a realizar.
La escasez de barcos que salen a navegar en invierno es precisamente lo que nos proporciona una mayor sensación de tranquilidad y calma en el mar cuando nos adentramos en éste durante esta época del año. Calas o zonas marítimas a las que en verano sería posiblemente una locura acercarse por el turismo y la cantidad de personas que nos encontraríamos en ellas, pueden ser un paraíso solitario para aquellos que buscan paz y el mayor relax posible en su escapada invernal.

Realizar la preparación necesaria de nuestra ‘compañera de viaje’ con los instrumentos que necesitamos y tener presente todos los detalles que conciernen a la navegación será fundamental a la hora de lanzarnos al mar. En él podremos encontrar el sosiego y la serenidad que necesitamos si buscamos vientos estables y evitamos salir cuando el tiempo no nos dé tregua. De hecho será imprescindible para navegar en invierno con comodidad.
En el caso de que seas propietario de alguna embarcación, qué mejor que darle uso durante los meses que dura el invierno y evitar de esta forma un posible deterioro de la misma si con el final del verano la dejamos guardada y olvidada hasta el siguiente año. Navegando durante todo el año mantendremos nuestro barco en las mejores condiciones posibles también de cara al inicio de la época veraniega, ya que si salimos a navegar con asiduidad necesitaremos tener a punto nuestra embarcación y en perfecto estado y mantenimiento. Sin olvidar además que posiblemente encontraremos también mejores precios y más reducidos si tenemos que enfrentarnos a una reparación o una avería que en la época estival.
5. Prepárate y amplía conocimientos náuticos
La experiencia te permitirá además progresar en tus conocimientos sobre navegación, ya que para realizar rutas y travesías de forma prolongada se requiere una mayor preparación que nos refuerce para manejar aquellas situaciones que necesitan mayor control a la hora de salir a navegar. En los meses invernales lo más recomendable es planear una travesía más reducida o que al menos nos permita regresar a puerto con tiempo antes de la puesta de sol, que llega más temprano que en verano, para evitar posibles situaciones inesperadas.

De igual forma debemos anticiparnos al tiempo y a las condiciones meteorológicas que podemos encontrarnos y decidir si seguir adelante dependiendo de ellas y de lo que puede soportar nuestro barco. Conocer los mecanismos o sistemas con los que podamos mantener la mayor seguridad posible a la hora de navegar será también fundamental. Y la navegación en invierno nos facilitará la práctica para hacernos a ello y no perder hábito.
6. Vive una experiencia única…
Navegar en invierno supone disfrutar de una actividad única, con un encanto especial, que la diferencia de otras actividades que realizamos de forma habitual en los meses del año que forman parte de la estación invernal. Un placer al que los amantes del mar no pueden decir no cuando el verano y las altas temperaturas llegan a su fin.
La menor presencia de barcos en el mar nos proporciona la tranquilidad que necesitamos encontrar en esas fechas, lo que también nos facilita, por otra parte, la posibilidad de elegir la embarcación que mejor nos convenga al haber mayor cantidad de éstas disponibles. Esta tranquilidad marítima a la que nos referimos le otorga a la navegación en invierno un encanto particular que nos satisfará a todos los niveles, y que nos aportará momentos de reflexión y meditación que a buen seguro necesitamos tras la rutina del día a día. Y además con menores quebraderos de cabeza a la hora de llevar a cabo la planificación de nuestra ruta que cuando nos ponemos a ello en los meses de verano.

Del mismo modo, navegar en invierno con condiciones más severas que en el período estival veraniego nos asegura obtener mayores conocimientos náuticos y fortalecerá, en el caso de que contemos con una, la relación con nuestra tripulación y las personas que nos acompañen en nuestras rutas marítimas, de las que necesitaremos todo su apoyo sobre todo en aquellos momentos de incertidumbre ante posibles imprevistos relacionados con las condiciones meteorológicas o marítimas a las que nos podamos enfrentar.
Y si en lugar de navegar de lo que pretendemos es de disfrutar de un plan nocturno que incluya cena o fiesta, qué mejor que elegir un lujoso yate de alquiler como lugar para celebrarlo. Porque la noche también es posible en el mar…
7… siempre con la ropa adecuada
Si estamos de acuerdo en reconocer que es perfectamente igual de placentero navegar en invierno que en verano, esto no significa que no necesitemos otros complementos para ello que en verano nos sean prescindibles, dadas las condiciones que caracterizan al clima de cada estación. El mejor ejemplo de ello es la necesidad de tener la ropa y vestimenta adecuada para la navegación durante los meses invernales del año. Un vestuario que evidentemente necesita de mayores prendas de abrigo y capas (al menos tres) que nos protejan de las bajas temperaturas que podemos encontrarnos en esta época y que se tornan más notorias, si cabe, cuando nos encontramos en el mar.

Botas, guantes, gorro y la chaqueta impermeable son de vital necesidad a la hora de mantener el calor corporal en los momentos en los que el frío o las precipitaciones nos invada, y de las que nos podemos desprender cuando el calor emerja, -por el que conviene también acudir a la protección solar aunque no sea una época veraniega-. Elegir prendas que nos permitan una circulación correcta de la sangre y con las que no cale el agua o la humedad resultará indispensable a la hora de seleccionar el vestuario que necesitamos para navegar en invierno. Complementos ideales para llevar a cabo una actividad que no tiene porqué acotarse a una época concreta y con la que podemos disfrutar si deseamos durante todo el año.

Y por supuesto, nunca nunca nunca olvides el salvavidas… 😂⚓

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA