Los perros y la energía térmica: ¿Pueden detectarla con su olfato?

Una de las grandes cualidades del mejor amigo del hombre es su capacidad olfativa. Un nuevo estudio desvela que a través de sus hocicos pueden llegar a detectar la energía térmica y la radiación.

debes dejar a tu perro oler y olfatear

Si recientemente te justificábamos en nuestro blog la importancia de permitir a tu perro olfatear en sus paseos dado lo fundamental de que pueda oler su entorno, un nuevo proyecto de investigación centrado también en las capacidades olfativas del mejor amigo del hombre va más allá y confirma la posibilidad de sus hocicos de detectar calor y energía térmica.

Si ya previamente somos conscientes de que el olfato supone una de las cualidades caninas más importantes, fundamental en la búsqueda de personas desaparecidas, narcóticos o incluso como ayuda para detectar enfermedades como el cáncer o incluso el coronavirus. El siguiente nivel que aborda este estudio es el de la capacidad de detección de energía térmica o de cambios en la radiación térmica.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Lund en Suecia y de la Universidad de Eötvös Loránd de Hungría realizaron pruebas y experimentos complementarios mediante los que determinaron la capacidad de detección de la radiación térmica de la nariz canina, y confirmaron que el calor radiante utilizado para ello era demasiado débil para ser sentido por las manos humanos incluso a una distancia corta.

El primer experimento doble ciego consistió en entrenar a tres perros adultos sanos para elegir entre dos objetos. Al comienzo de la prueba, los cánidos no podían ver ni oler ninguna diferencia entre los objetos, pero cuando los expertos añadieron una ligera diferencia de temperatura entre los dos elementos, los tres perros detectaron con éxito cuál era el objeto que emitía energía térmica débil.

Para un segundo estudio, se escanearon los cerebros de 13 perros de varias razas empleando imágenes de resonancia magnética funcional. De nuevo, se colocaron ante los perros objetos que emitían radiación térmica o bien débil o neutra. Finalmente, los escáneres cerebrales confirmaron una mejor respuesta de estos animales a los objetos que emitían radiación térmica débil. Además, en estos escaneos, los expertos pudieron comprobar que la corteza somatosensorial izquierda del interior del cerebro tuvo una mejor respuesta a la energía térmica débil, lo que indica la posibilidad de que los perros puedan sentir puntos calientes débiles y que la corteza somatosensorial izquierda se active cuando detecta radiación infrarroja.

Los responsables del estudio concluyen finalmente que estos resultados “demuestran una modalidad sensorial hasta ahora no descubierta en una especie carnívora“.

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Perfil del autor

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

Jesús Rengel Ortiz

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

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