Los Retuertas y Asturcones son los equinos más antiguos de Europa que viven en España. El caballo de las Retuertas habita en la zona onubense de las marismas de Doñana, mientras que el caballo asturcón tiene su hábitat en el área montañosa de la asturiana Sierra del Sueve.
Originario de las marismas de Huelva el caballo de las Retuertas es, junto con el Asturcón, una de las razas equinas más antiguas de Europa, posiblemente la más antigua. Los estudios genéticos realizados aseguran que el caballo de las Retuertas estaría en la base del árbol genealógico del que fueron surgiendo las distintas razas de caballos que conocemos actualmente.
Criados en total libertad en el área protegida de Doñana los actuales caballos de las Retuertas son descendientes de aquellos que con destino al Nuevo Mundo cruzaron el Atlántico en los barcos que transportaban a los conquistadores españoles y que una vez en América se convirtieron con el paso del tiempo en los antepasados de los caballos que habitaron por miles el Oeste americano.
Los caballos de las Retuertas son animales de mediana alzada y con un recio pelaje castaño; duros para ser capaces de soportar en perfectas condiciones el caluroso verano marismeño y los inviernos muy húmedos; con un aspecto físico que responde perfectamente a los calificativos de robustos y rústicos; preparados para moverse sin problemas por terrenos pantanosos y encharcados la mayor parte del año y que por su carácter arisco y poco dados a la doma hace tiempo que dejaron de utilizarse como animales de trabajo y de carga, aunque hasta ese momento eran los animales de tiro habituales en las barcazas que cruzaban la desembocadura del Guadalquivir transportando mercancías y personas.
Su nombre deriva básicamente de las características de su hábitat. En Huelva se denominan “retuertas” a aquellas zonas limítrofes entre las dunas y las marismas, allí donde en la estación seca rezuman las últimas aguas dulces. Es en esa zona de contacto donde las aguas que llegaron con las lluvias del invierno van escurriendo lentamente a lo largo del verano, permaneciendo en la superficie de la marisma gracias a la existencia de un subsuelo arcilloso e impermeable.
Antiguamente en los meses centrales del estío las retuertas eran de los pocos enclaves donde la fauna podía disponer de agua para beber y por esta razón de supervivencia en ellas se concentraban ciervos, gamos, jabalíes, vacas, caballos y todo tipo de aves y pequeños animales.
Actualmente en Doñana los caballos de las Retuertas apenas alcanzan los 150 ejemplares con distintos grados de pureza de sangre, aunque financiado por la Fundación Rewilding Europe se está llevando a cabo un proyecto pionero por el cual se han trasladado unas decenas de caballos de las Retuertas a la Reserva Bilógica de Campanarios de Azaba.
El objetivo de este proyecto es asegurar el futuro de uno de los caballos más antiguos de Europa y para ello se hace necesario crear distintos grupos de animales con los que aminorar los riesgos inherentes a aquellas especies que en número reducido habitan en territorios muy específicos.
En las antípodas del caballo marismeño de las Retuertas, en la zona montañosa del norte de España sobreviven unos ochenta ejemplares de otra de las razas que están en el origen genético de los caballos europeos. El asturcón, también llamado poni asturiano por su corta alzada de aproximadamente 1,25 metros, es un caballo con abundante pelaje negro y que forma parte de las razas equinas autóctonas que se extienden en semilibertad por toda la Cordillera Cantábrica hasta los Pirineos y donde además del asturcón estarían comprendidos otros subtipos como el garrano (Portugal), galaico (Galicia), monchino (Cantabria), losino (Burgos y Palencia) y pottoka (País Vasco y Navarra).
Después de siglos de un extraordinario rendimiento el robusto asturcón estuvo a punto de desaparecer por el avance de la industrialización. En sus orígenes este caballo era salvaje y no tenía utilidad ninguna para el ser humano, pero más tarde fue domesticado y utilizado para realizar tareas agrícolas y de transporte, e incluso los romanos, que los denominaron “caballos de las peñas”, los emplearon para el trabajo en las minas.
Hoy en día los últimos caballos asturcones habitan una reducida área ubicada en la sierra del Sueve, en el oriente asturiano, situada entre los concejos de Parres, Piloña, Caravia y Colunga, donde gozan de la protección de las autoridades del Principado de Asturias y de entidades privadas que se encargan de preservar la existencia y la pureza de sangre del caballo asturcón.
Por último, señalar que la festividad de “La Doma del Asturcón” se celebra a mediados del mes de agosto en Espineres-Piloña con el doble objetivo de controlar a los animales y de marcar a los ejemplares nacidos en el último año.
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