Siempre conviene recordar todo lo que conlleva un estreno de una superproducción cinematográfica y a las personas a las que implica. Solventar cualquier imprevisto inesperado a través de coberturas específicas para que todo siga adelante es el objetivo de la compañía aseguradora.


El cine es el séptimo arte, y como tal, es necesario cuidarlo y asegurarlo como es debido. El rodaje de una película implica a numerosos profesionales del sector y los riesgos que implica en ocasiones son máximos. Protegerse de ellos resulta una cuestión fundamental para cumplir el objetivo y llevar a las salas de cine un nuevo filme con el que deleitarnos.
Cada año, del mismo modo que en otros festivales, actores y películas son galardonados en cada entrega de los Goya en España y en Estados Unidos con las estatuillas que otorga la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en la Ceremonia de entrega de los Premios Óscar. Conviene siempre recordar el protagonismo de millones de trabajadores que realizan su labor en una industria que mueve cantidades económicas astronómicas y que entretiene y hace disfrutar a gran parte del planeta.
¿Qué coberturas existen?
Además de las grandes estrellas, son muchas las personas que viven del cine. Directores, actores, guionistas, productores, técnicos de sonido, operadores de cámara, maquilladores, responsables del vestuario, etc. Demasiados puestos y multitud de funciones necesarias para llevar a cabo un rodaje, algo de lo que son conscientes las compañías de seguros.
Por ello, llevan a cabo una serie de coberturas cinematográficas específicas para prevenir y que permitan cubrir accidentes. Entre ellas destacan:
- La seguridad de los actores
- Material y equipos de rodaje
- Decorados y vestuarios
- Sets de grabación y equipo técnico
- Multirriesgo y Responsabilidad Civil
- Cintas y negativos
Un rodaje no está exento de siniestros. Los productores son conscientes del perjuicio que supone la pérdida de los actores principales antes de finalizar la película.

Lo demuestran casos como los de Brandon Lee (El Cuervo), Heath Ledger (El imaginario del doctor Parnassus), Paul Walker (A todo gas) o el más reciente de Carrie Fisher (Star Wars), que han supuesto para las productoras imprevistos serios que les ha obligado a llevar a cabo diferentes soluciones para solventarlos, como la sustitución de un actor por otro, o el empleo de la tecnología CGI (Computer Generated Imaginery).
No obstante, los contratos de seguros para el cine que cubren a las grandes compañías por el fallecimiento inesperado no son, ni mucho menos, algo nuevo en la industria. Los seguros “raros” son una constante en el mundo del espectáculo, en el que los profesionales tienden a asegurar partes del cuerpo que consideran ‘herramientas’ vitales para su trabajo. Desde los seguros de piernas de Heidi Klum, pasando por los seguros de voz de cantantes como Tina Turner o Bono, hasta los del trasero (Jennifer López), y el pelo (Aniston).
Además de la posibilidad de perder a uno de los actores, existen numerosos riesgos que prevenir en un rodaje. Por este motivo, la póliza que no debe faltar es el seguro de Responsabilidad Civil que ofrecen las compañías aseguradoras, que garantiza la indemnización por daños causados a terceras personas durante el transcurso del rodaje.
Las garantías incluyen daños derivados de la producción, responsabilidad civil por daños producidos durante la grabación, pérdida o deterioro de los negativos de la película, daños que puedan acarrear accesorios cinematográficos o incluso el retraso o suspensión por motivos meteorológicos o de desplazamiento.

Además de los riesgos de producción, en las pólizas se suelen incluir los decorados, el vestuario o el material de equipamiento, que puede ser objeto de robo. Incluso también derechos de la propiedad intelectual o derecho de confidencialidad.
El diseño de vestuario es sin duda una de los elementos más caros del rodaje. Así lo demuestran ejemplos como el de la recordada película Cleopatra (1963), que invirtió en el vestuario un presupuesto de 194.800 dólares, una inversión muy elevada en los años 60 (y que le valió para ganar el Óscar a mejor diseño de vestuario). Asegurar tanto la vestimenta como los decorados que se van a utilizar en el rodaje se antoja fundamental para prevenir cualquier imprevisto. Los precios lo merecen.
En esta industria, detrás de todo riesgo está el seguro de cine
Todas estas coberturas resultan imprescindibles ante posibles imprevistos, tanto de tipo técnicos (averías, incendios, robos) como humanos (lesión de algún actor), que causen el retraso o incluso la suspensión de un rodaje, lo que supone para la productora pérdidas económicas importantes.
Suelen contratarse de manera anual o temporal, según la duración prevista del rodaje, ya que suelen tener un alto precio por la gran responsabilidad que supone para las compañías. Están dirigidos a las empresas que invierten el dinero en el proyecto, las productoras. Éstas son las que deciden qué seguro les conviene más contratar. Desde luego, el abanico de posibilidades es amplio, ya que prácticamente todo lo que está en riesgo a la hora de rodar una película se puede asegurar.

Este tipo de cobertura es aplicable además a prácticamente cualquier producción audiovisual, ya sean largometrajes, cortometrajes, películas de animación, anuncios publicitarios, documentales, series, programas de televisión, vídeos musicales o corporativos, etc. Una manera de proteger el valor de una industria tan universal y poderosa.
La función del seguro, fundamental para cualquier inversión en la que, si ocurre algo que trastoque los planes originales, pueda resolverse y el asegurado continúe con su proyecto. Por tanto, en las producciones cinematográficas se antoja como un servicio vital para llevar a cabo un rodaje y evitar que algún imprevisto ponga en peligro finalizar la película.
Lo cierto es que no es necesario que ocurra alguno de estos percances para darnos cuenta de la utilidad que tienen estas pólizas, que son un añadido en seguridad y confianza para esos inversores que han puesto toda la ‘carne en el asador’ para llevar el proyecto a buen puerto. La existencia de estos seguros son por tanto un factor indispensable para cumplir los pronósticos.
Aquellos profesionales que levanten el Óscar serán conscientes de haber conseguido algo al alcance de muy pocos. El premio más importante en la industria del cine, que no podrían haber logrado sin el apoyo y la confianza del seguro, que otorga una red de seguridad financiera gracias a la cual producción y rodaje pueden seguir su camino, y nosotros, como amantes de este arte, podamos disfrutar quizás, de otra nueva obra maestra. Así que cada vez que escuchemos eso de “And the Oscar goes to…“, el seguro, aunque no se mencione, estará presente. ¡Un Óscar para el seguro!
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Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA