ŠKODA vuelve a sus orígenes con una bicicleta eléctrica revolucionaria

Un diseño agresivo, dos baterías de iones, una velocidad punta de 45 km/h, 62 kilómetros de autonomía y 4 KW de potencia en la rueda trasera. Esas son las credenciales de KLEMENT: el prototipo de bicicleta eléctrica de ŠKODA con el que los checos vuelven a las dos ruedas para revolucionar la movilidad urbana.

El Salón del Automóvil de Ginebra está siendo estos días el telón de fondo de la presentación de las grandes apuestas del mundo del motor para el futuro a corto y medio plazo. Un futuro en el que la checa ŠKODA, que comenzó en sus orígenes como fabricante de bicicletas, vuelve a sus raíces para tratar de revolucionar la forma en que nos movemos en las grandes urbes. Si hace unos días hablábamos del ŠKODA VISION IV, su propuesta de turismo 100% eléctrico, ahora le ha tocado el turno a KLEMENT: una bicicleta eléctrica que no ha dejado indiferente a nadie. 

El Director de Gestión de Producto de ŠKODA, Guido Haak, ha afirmado que “La micromovilidad se está haciendo cada vez más importante en las ciudades”.  Y que con esta bicicleta “exponemos nuestra visión del futuro de la micromovilidad: sostenible, innovadora, eléctrica y con un diseño puro y moderno”.

Hablamos de un vehículo de última tecnología, dinámica y fácil de usar, que les otorga la oportunidad de llegar a un público más joven y más concienciado con la necesidad de cuidar el medio ambiente: “Este prototipo está perfectamente alineado con nuestros clientes y nuestra Estrategia de Movilidad Eléctrica. En consecuencia, estamos evaluando si, y cuándo, deberíamos añadir este nuevo e interesante concepto de movilidad a nuestra gama en el futuro”.

KLEMENT cuenta con un motor en la rueda de 4 kW integrado que le permite alcanzar 45 km/h de velocidad punta . Además de disponer de pedales pivotantes que permiten controlar su velocidad y frenada con suma facilidad. Dotándola de una maniobrabilidad sencilla e innovadora en este segmento. Y disponiendo para ello de un freno hidráulico en la parte frontal, equipado con ABS y luces LED integradas en el prototipo, garantizando así una conducción segura y un control total de la bicicleta eléctrica en cualquier situación.

Un vehículo pensado para facilitarnos el tránsito diario al trabajo en grandes zonas urbanas. Un prototipo que además busca convencer a los jóvenes que quieran alternativa al coche que sea limpia y sostenible, pero que a la vez sea divertida y fácil de usar, además de mucho más rápida que una bicicleta convencional.

Con este objetivo en mente los checos han dotado a su KLEMENT de un armazón futurista de aluminio y suspensiones de brazos oscilantes. Careciendo de cables o palancas visibles que rompan el conjunto, mientras los pies se apoyan en pedales fijos situados donde las bicicletas eléctricas convencionales suelen ubicar el rodamiento.

Los conductores pueden acelerar y frenar como en un aeropatín, inclinando los pedales. Inclinando el peso hacia delante aceleramos la bici. Y si pivotamos hacia atrás el freno hidraúlico se encarga de actuar.

Las dos baterías de iones, cada una con 52 células, tienen una capacidad total de 1.250 Wh. Dotando al vehículo de 62 km de autonomía. Además pueden extraerse para cargarlas en cualquier enchufe del hogar. Además de contar con autorecarga gracias a la recuperación de la energía de frenada. El conjunto, en total no sobrepasa los 25 kilogramos. Lo que sorprende para una vehículo de estas características y robustez. Y acentúa así aún más su maniobrabilidad.

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Jorge Monroy Criado

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