Cuando pretendemos alquilar una vivienda nos puede asaltar la duda de si tenemos la posibilidad o no de incorporar una mascota al nuevo hogar, o si ya convivimos con un animal y deseamos trasladarlo. La respuesta a la pregunta de si podemos tener perro o gato en un piso de alquiler dependerá exclusivamente de la decisión del arrendador o de un acuerdo entre las partes.
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Antes de tener un perro es posible que te preguntes cuánto cuesta mantener una mascota.
¿Dónde no se permiten mascotas?
A la hora de tener una mascota siempre debemos analizar y sopesar ciertos factores para elegir, por ejemplo, al perro ideal para convivir con nosotros en nuestro piso o apartamento. Pues igual sucede cuando pretendemos o decidimos alquilar una vivienda y tenemos que trasladarnos con nuestro animal de compañía, o incluso si nos planteamos iniciar una nueva convivencia con un perro o gato en la misma.
Lo cierto es que alquilar un piso cuenta con multitud de ventajas, pero también es una opción que nos supone estar sujetos a lo que el arrendador o propietario de la vivienda decida o considere, a no ser que se llegue a un acuerdo entre ambas partes.
Un ejemplo perfecto es el caso de las mascotas y de su convivencia con su dueño y arrendatario que alquila. Puesto que la Ley de Arrendamientos Urbanos no dispone de una normativa específica al respecto, se entiende que este tipo de cuestiones queda pendiente de un posible acuerdo entre las partes implicadas, en virtud de su libertad de pacto y siempre que no resulte contrario al ordenamiento jurídico.
¿Se pueden prohibir mascotas en pisos de alquiler?
Si en el borrador del contrato el propietario de la vivienda deja constancia de que no admite mascotas en la vivienda, el arrendatario deberá cumplir esta condición si decide firmar y seguir adelante con el alquiler.
Como decimos, el arrendador tiene la potestad de decidir si lo considera no admitir mascotas en el hogar que alquila y que es de su propiedad, puesto que no existiendo normativa alguna que lo contradiga los propietarios están en su derecho de imponer ciertas normas como forma de asegurar una mejor conservación de la propiedad o para evitar molestias al vecindario.
¿Qué pasa si incumplo el contrato de alquiler por tener un perro?
¿Y si no se refleja en el contrato de alquiler? ¿Me pueden echar del piso por meter un perro? ¿Qué hago como propietario si mi inquilino ha metido un perro? Si esta prohibición no consta en el contrato de alquiler y decide resolver el mismo porque su inquilino conviva con una mascota en la vivienda, debe quedar a la espera de elaborar un nuevo borrador para establecer la no admisión de animales domésticos en su propiedad. Y, por tanto, no podría disolver el mismo y finalizar su acuerdo con el inquilino por este motivo.
Una vez que refleje en el contrato esta condición, su transgresión puede ser perfectamente causa de resolución del mismo por incumplimiento de las condiciones acordadas y firmadas. Así lo reflejan tanto el artículo 27 de la LAU como el artículo 1091 del Código Civil, que establece que las obligaciones nacidas de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, debiendo cumplirse al tenor de las mismas.
Una información necesaria que conviene tanto a arrendadores como arrendatarios conocer para evitar casos en los que no se cumpla la normativa, ya sea por desconocimiento o por cualquier otro motivo.
¿Cuántas mascotas puedo tener en un piso de alquiler?
A la pregunta de cuántos animales pueden vivir en una casa, no existe una ley genérica en España que determine una cifra concreta al respecto. Siendo competencia de las comunidades autónomas. En Madrid, por ejemplo, se establece un número máximo de 5 animales entre perros y gatos, condicionado la tenencia de más animales a un informe veterinario sobre los requisitos de salud y bienestar. Mientras que otras regiones o ayuntamientos locales el límite registrado es de tres.
¿Cuántos perros se pueden tener en casa sin ser núcleo zoológico?
En los domicilios urbanos, la cantidad máxima de perros o gatos no debe sobrepasar los tres o los cinco dependiendo de lo que estime el ayuntamiento específico. En las regiones rurales, pueden convivir hasta cinco animales domésticos en la misma propiedad.
¿Qué se puede hacer cuando el perro de tu vecino no para de ladrar?
En una Comunidad de Vecinos las mascotas pueden llegar a ser motivo de conflicto, ya sea por ladridos durante la noche o por deposiciones y presencia de animales en espacios comunes, circunstancias que pueden ocasionar tensiones entre los propietarios.
¿Existe una base legal para que una comunidad pueda prohibir la tenencia de mascotas?
Hasta hace unos años los hogares con mascotas estaban situados principalmente en zonas rurales o en los alrededores de las grandes ciudades, donde las viviendas son más grandes y cuentan con patios, jardines y grandes espacios para que nuestras mascotas puedan moverse sin producir molestias.
Durante las dos últimas décadas se ha producido un boom de mascotas en todo el país, siendo algo muy notable en las urbes. Aunque algunas familias han optado por especies pequeñas (conejos, cobayas, loros o hámster), otras se han aventurado a convivir con perros y gatos en sus pisos.
En algunos casos esta circunstancia llega a provocar conflictos entre vecinos debido a que las mascotas pueden emitir ladridos a horas intempestivas, invadan o ensucien zonas comunes o simplemente por la presencia de vecinos nada aficionados a las mascotas y que no las quieren cerca de ellos.
Son muchas las consultas en la red de personas que conviven con animales, o que quieren hacerlo, y que dudan si su comunidad de vecinos tiene capacidad legal para permitir o prohibir la tenencia de mascotas en sus edificios. Aquí resolvemos la duda…
¿Puede una comunidad de vecinos prohibir tener perro?
La Ley de Propiedad Horizontal recoge que las Comunidades de Vecinos pueden prohibir la realización de actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas. Sin embargo, la tenencia de mascotas no se encuentra englobada en ninguno de estos apartados, por lo cual no se puede prohibir que en las viviendas se conviva con mascotas.
Por el contrario, en el caso de que la vivienda sea de alquiler el propietario sí que puede limitar o prohibir la entrada de animales, siempre que en el contrato de arrendamiento figure expresamente dicha cláusula. Tal y como hemos explicado al comienzo del artículo.
¿Qué puedo hacer si no puedo tener a mi perro?
Por otro lado, las comunidades pueden limitar el acceso de mascotas a ciertas zonas de uso común, por ejemplo estipulando que utilicen el montacargas en lugar del ascensor principal, que no puedan permanecer en los jardines o que deban entrar y salir atadas.
Siempre y cuando los animales domésticos se comporten de forma cívica y no causen molestias a los vecinos, la tenencia es totalmente lícita. De hecho sólo en aquellos casos en los que el animal cause verdaderos problemas de convivencia, los juzgados darán la razón a una comunidad que pretenda obligar a un inquilino a deshacerse de su mascota.
Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA