La historia real de Togo – Un perro héroe de película

Una nueva historia memorable protagonizada por la valentía de un perro ha sido llevada al cine y estrenada en la plataforma del ratón Mickey. Precisamente en un ambiente de epidemia y brote de difteria, una enfermedad mortal que afectó a los niños de Nome (Alaska), el perro Togo fue un verdadero héroe al ayudar a salvar miles de vidas que necesitaban un milagro. La película rinde homenaje a su figura un siglo más tarde.

Togo pelicula perro

No nos cansamos de ver películas sobre perros. Son nuestros mejores amigos, les queremos y siempre nos interesan las buenas historias que protagonizan estos seres que tanto admiramos. El cine y la televisión nos han regalado personajes caninos que siempre recordaremos e historias, tanto de ficción como verídicas, que nos han regalado un entretenimiento siempre agradable y muchas veces emotivo y divertido. También la literatura y las grandes novelas sobre mascotas sin duda especiales. Pero si hablamos del séptimo arte, es cierto en lo que respecta al género que concierne a las cintas que protagonizan estas mascotas, es frecuente encontrar cada cierto tiempo en cartelera o streaming el homenaje de lo verídico y épico que representa la historia de un animal convertido en héroe por sus actos y por el efecto milagro de los mismos.

La factoría Disney (Disney +), que llegó a España en plena pandemia de coronavirus y con pocas semanas de confinamiento aún, ha sido una de las últimas plataformas en incluir una película de estas características. Hablamos de Togo (2019), la historia real de un perro de trineos que venció en la carrera más importante de esta disciplina allá por 1925 a pesar de no ser “apto” para terminarla, como así le consideraban por su pequeño tamaño. De esta forma, el animal logró la hazaña de ayudar a poner fin a las terribles consecuencias de un brote de difteria, una enfermedad mortal que asoló en forma de epidemia a un pueblo de Alaska. El film de Disney muestra la figura de este animal y cómo se enfrentó a una amenaza real que casi cien años después hemos comprobado lo demasiado real que puede llegar a ser y sus temibles consecuencias para todos.

La epidemia de Difteria que asoló Nome (Alaska) en 1925

El relato nos suena. Un brote provocado por una enfermedad mortal que afecta sobre todo a los niños de Nome, una localidad situada en lo alto de la costa oeste de Alaska asentado tras la fiebre del oro, con una ubicación que le mantenía aislado y entre un mar de hielo y un terreno sepultado por la nieve. Una situación de terrible urgencia y necesitada de un milagro para solventarse. La idea, un plan para trasladar viales de tratamiento mediante un trineo de perros desde una cabeza de línea hacia el otro lado de las montañas, un camino de cientos de kilómetros que conllevaba cruzar ensenadas congeladas y sobrevivir a una tormenta.

Balto y Togo, la carrera del suero en Nome

A pesar de que en un principio se presupuso que se debía a una amigdalitis, la realidad no era tal y finalmente se trataba de un brote de difteria, una enfermedad bacteriana y contagiosa que afecta al tracto respiratorio superior y que supone una inflamación de los tejidos de la garganta, pudiendo ser letal.

Una vez que en aquel mes de diciembre dos niños iñupiaq enfermaron, al mes siguiente ya eran cuatro los fallecidos, aunque el recuento era mayor contando con las comunidades de los alrededores. Ante tal situación, que además contaba con precedentes en el mismo lugar (gripe española de 1918), se instauró un confinamiento y se solicitó el envío urgente de unidades para frenar los efectos de una epidemia que estaba dejando consecuencias fatales en una localidad con apenas 12.500 residentes.

La carrera del suero: un evento histórico y milagroso

La estrategia derivó en una carrera a la que denominaron como “La carrera del suero”, un evento que se recuerda desde aquel 1925 y al que Central Park incluso le rindió homenaje con una estatua conmemorativa de un perro con el nombre de Balto tallado en bronce en la base. Una referencia que supone un homenaje hacia el famoso perro de trineo pero a la vez un olvido al hasta el momento prácticamente desconocido y héroe de película perro Togo, a pesar de la importancia reconocida del evento.

Las prácticamente invencibles condiciones invernales de la época, con uno de los inviernos más fríos en décadas, se planteó como una de las pocas opciones viables el transporte de un suministro reducido de antitoxina por un medio que no fuera convencional, puesto que eso retrasaría su llegada y no serviría para frenar el imparable aumento de contagios. Con el puerto congelado y la imposibilidad de volar, qué mejor ayuda que la de un grupo de perros de trineo para recorrer los 1.085 kilómetros que separaban Nenana y Nome, una ruta que los mensajeros llegaban a tardar 30 días en completar según las condiciones.

perros de trineo en la carrera de la misericordia

El criador y conductor del trineo al que solicitaron dicha misión no fue otro que Leonhard Seppala “Sepp”, que aceptó una propuesta que le llegó tras trabajar en una mina y vivir unos años en Alaska, tierra a la que se trasladó desde Noruega con el objetivo de encontrar oro. Willem Dafoe, actor nominado al Óscar y conocido por su amplia carrera cinematográfica, interpreta en la cinta de Disney el papel de Seppala, un hombre al que ha reconocido el propio protagonista que no conocía a pesar sí haber oído hablar de la historia sobre la carrera, según una entrevista a National Geographic.

Tal fue la hazaña conseguida que la carrera llegó incluso a inspirar uno de los eventos con perros de trineo más famosos que existen, como es el Iditarod, que se celebra en Wasilla y recorre una ruta muy parecida entre Nome y Nenana.

Togo, la historia real de un héroe

Con experiencia en el adiestramiento de perros gracias a su trabajo en la mina y también en carreras de trineos, Sepp contaba con un grupo canino que le acompañó en competiciones y le regaló triunfos de los que tuvo mucha culpa el perro Togo, el perro al que el criador colocó en cabeza por sus grandes habilidades y su instinto. Pero no siempre le tuvo en alta estima.

Nacido en 1913 y criado por la familia de Sepp, el Husky Siberiano no tuvo una infancia fácil e incluso llegó a sufrir un grave problema de garganta que superó gracias a los cuidados de su familia. A pesar de su pequeño tamaño, su predisposición para todo y su gran fidelidad le caracterizaban. Tanto que incluso llegó a huir de una casa a la que fue entregado para volver con su familia, un hecho que sirvió para que su dueño se fijara en su gran capacidad para recorrer distancias de un punto a otro. Una vez le incluyó en su grupo de perros de trineo, el cánido fue subiendo posiciones y aumentando su importancia hasta ser colocado por su propietario en cabeza, viviendo todo tipo de experiencias y creando un vínculo con Sepp que ya no se rompería jamás.

Ambos ya eran bastante conocidos cuando emergió el brote de difteria, por lo que la posibilidad de recurrir a ellos se convirtió en más que necesaria. El trayecto de “la carrera de la misericordia”, como también fue catalogada tiempo después, no fue ni mucho menos un camino de rosas, sino todo lo contrario: con grandes contratiempos y obstáculos y habiendo alcanzado Togo además la edad de 12 años en aquel momento (fallecería cuatro años más tarde, en 1929).

Partiendo el 27 de enero de 1925, varios equipos de trineo fueron completando el trayecto, con el protagonismo de uno de ellos liderado por el famoso Balto. La parte final del recorrido llegó a transmitirse por la radio y catapultó el nombre del can perteneciente al grupo de Gunner Kaasen, que fue el auténtico líder de la última y gloriosa etapa que llegó a su fin el 2 de febrero.

Una vez se produjo la llegada y se entregaron las unidades de cilindro de acero con la antitoxina, la epidemia fue controlándose y se puso fin a la pesadilla (siete defunciones, aunque es probable que los datos fueran mayores). Las cifras de fallecidos fueron descendiendo y todo mejoró, lo que acentuó la importancia del viaje heroico y milagroso que completaron los protagonistas, que fueron reconocidos por su valentía y convirtieron el trayecto y lo logrado con él en toda una sensación de admiración en todo el mundo. No es para menos, puesto que fueron miles de vidas las salvadas gracias a la gesta completada.

Togo y Balto: Perros de película

El nombre de Balto fue difundido y valorado por encima de todos aunque fue precisamente Togo el que recorrería más kilómetros transportando el suero por un terreno que además conllevaba mayor nivel de riesgo y peligro. Aún así, la necesidad de un héroe hizo que Balto se llevara los méritos (merecidos por supuesto) y protagonizara las portadas de los periódicos eclipsando el meritorio papel de Togo. Algo que además se ha ido ampliando con el paso de los años con las continuas referencias a Balto en libros, películas y otros homenajes relacionados a su figura.

Ahora, la historia le devuelve aquel protagonismo perdido tanto a Togo como a su compañero humano Sepp, muy merecido tras lograr la que es una de las grandes hazañas lideradas por perros de trineo. Como bien se dice a menudo, la historia acaba poniendo a cada uno en su sitio, y eso mismo les está pasando actualmente a estas figuras memorables.

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Perfil del autor

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

Jesús Rengel Ortiz

Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA

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