En el siglo XVII perros San Bernardo eran los encargados de cuidar del hospicio creado por Bernardo de Menthon en la ladera francesa del Gran San Bernardo. En 1884 esta raza se convirtió en el Perro Nacional Suizo, aunque antes el más famoso de todos, Barry, ya había cerrado una hoja de servicio con cuarenta rescates.
Entre las localidades de Aosta y Martigny el Puerto del Gran San Bernardo es con sus 2.473 metros el tercero más alto de Suiza, un paso legendario para los viajeros que han transitan por las rutas de los Alpes y que además da nombre a una de las más famosas razas de perros -San Bernardo-, una institución perruna en el país helvético.
Los romanos y sus legiones ya utilizaron el Puerto del Gran San Bernardo como nexo de unión entre las provincias de un lado y otro de los Alpes y prueba de ello es el templo que en honor de Júpiter construyeron en la zona y que durante siglos puso nombre a este paso –Puerto de Monte Júpiter-, aunque por aquellas fechas los perros San Bernardo todavía no existían.
La historia de esta raza está unida a la del monje trapense Bernardo de Menthon, que en 1035 tuvo la idea de construir en la ladera suiza del Gran San Bernardo un hospicio que sirviera de lugar de refugio y acogida para peregrinos y viajeros. A día de hoy el paso permanece abierto entre junio y septiembre y con frecuencia el tráfico se restringe por niebla o ventiscas, así que podemos hacernos idea de cómo sería esta dura ruta en el siglo XI y de los buenos servicios que seguramente prestó este hospicio a los transeúntes.
Es a mediados del siglo XVII cuando surge en los Alpes la figura protectora de los perros San Bernardo, unos animales familiares, cariñosos, con un imponente aspecto físico y un pelaje capaz de soportar las más bajas temperaturas, que en un primer momento estaban encargados de proteger a los habitantes del hospicio y que más tarde acabaron siendo utilizados como perros de salvamento y rescate.
La fama de los San Bernardo crece con las invasiones napoleónicas en el siglo XIX, porque fueron muchos los soldados franceses que consiguieron salvarse gracias a estos perros. El más famoso de todos ellos fue Barry, un San Bernardo que vivió en el hospicio alpino entre 1800 y 1812 y que murió con cuarenta personas rescatadas en su hoja de servicios.
Gracias a Barry desde 1884 los San Bernardo disfrutan del merecido título de “Perro Nacional Suizo”, al tiempo que los monjes decidieron que en el hospicio siempre habría un San Bernardo llamado Barry, una tradición que a día de hoy se mantiene rigurosamente.
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