Tanto las ventas como las adopciones de mascotas sufrieron un gran crecimiento con el confinamiento, según el Consejo Valenciano de Colegios Veterinarios. No obstante, se mantiene un desequilibrio importante entre la compra y la adopción.
El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris ha compartido los datos de perros registrados por el RIVIA para señalar el exponencial crecimiento que han sufrido tanto las ventas como las adopciones de estas mascotas con el confinamiento. Si las primeras aumentaron un 17,2%, las segundas lo hicieron hasta un 37,6%.
Cifras que, sin duda, confirman la tendencia en alza en la que se encuentra tanto la adquisición como la acogida de perros por parte de la ciudadanía. Pero, tal como señala el propio consejo valenciano, no reflejan del todo la realidad. Puesto que el recuento total evidencia el gran desequilibrio que continúa existiendo entre compras y adopciones de perros.
Y todo esto es llamativo también porque, de un año para otro, las nuevas altas por compra o cambio de titularidad entre particulares o los cambios en la titularidad de los perros que contabiliza el RIVIA suelen sufrir escasos vaivenes. Algo que cambió con la llegada de la Covid-19 y del confinamiento, que claramente han alterado esta dinámica en la Comunidad Valenciana.
Comparando datos mensuales entre 2019 y 2020, el final del confinamiento domiciliario en mayo supuso un punto de inflexión. Muchos valencianos comenzaron a introducir perros en sus domicilios y tras la cuarentena se rompió la estabilidad mostrada en el comienzo del año con respecto al mismo periodo de 2019. Durante los dos meses posteriores, las cifras se dispararon, creciendo las adopciones de animales de protectoras un 94% en junio y un 49% en julio, mientras que las ventas igualmente sufrieron un incremento del 27,1% y de un 17% con respecto al año anterior.
Curiosamente, el registro de diciembre de 2020, seguramente a causa del periodo de compras por Navidad, el incremento de adquisiciones de perros alcanzó el 31,7% con respecto a las mismas fechas de doce meses atrás. El interés por incorporar un perro a la familia, posiblemente a causa del efecto psicológico del confinamiento y de las restricciones posteriores, se concentró durante los meses de verano languideciendo hasta llegar a octubre, mes en el que el RIVIA ya contó con registros inferiores y similares a los del 2019 en el mismo periodo, tanto en adopciones como en compra. Sin embargo, volvería a repuntar en noviembre y diciembre, de forma menos relevante en lo que respecta a las adopciones.
Inmaculada Ibor, presidenta del Consejo Valenciano del Colegio de Veterinarios, señala que “la forma en la que se ha reaccionado a la pandemia y a las restricciones en la libertad de circulación o en el tiempo de ocio es quizá un fenómeno más sociológico que veterinario, pero desde nuestra perspectiva confirma algo obvio y relevante: muchos valencianos abocados a estar mucho más tiempo en casa han preferido hacerlo disfrutando de la alegre compañía de un animal“.
Pero, al mismo tiempo, señala que es un dato “objetivamente positivo, pero que también encierra una amenaza, ¿qué ocurrirá con esos animales cuando volvamos plenamente a la normalidad?“, se pregunta con preocupación.
Desequilibrio notorio entre adopciones y compra de perros
El Consejo valenciano destaca sobre todo la enorme diferencia que muestran los registros entre adopciones y adquisiciones de perros. En todo 2020, se registraron un total de 2.782 perros adoptados frente a los 92.858 adquiridos.
La presidenta del consejo valenciano de veterinarios lamenta lo complejo que supone revertir esta tendencia: “adoptar da una segunda oportunidad al animal, beneficia a la familia y a las entidades de protección animal y cumple con una función social añadida, que es clave en la lucha contra el abandono. La compra no contribuye a todo esto, pese a tratarse de un ser vivo, muchas veces se induce a ver al animal como un regalo más, como el juguete que nunca debe considerarse y, en demasiadas ocasiones, la compra es una acción más impulsiva, menos responsable“, explica.
Respecto a este razonamiento, la Ley de Protección de Animales Domésticos, en la actualidad en trámite parlamentario en Les Corts, podría ser un instrumento idóneo para fomentar las adopciones.
“Hacen falta campañas de concienciación, que el ciudadano acuda al veterinario para resolver sus dudas sobre las necesidades sanitarias, sobre las responsabilidades y obligaciones que se adquieren al hacerse cargo de un animal”, concluye Ibai.
Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA