La leche es uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea y España es uno de los países donde más leche y derivados lácteos se consumen. La diversidad de formatos y de tipos nos puede provocar dudas sobre cuál es la leche más apropiada para nuestra salud y por ello hoy hablamos de en qué casos y a qué edades la leche entera, semidesnatada o desnatada puede ser la más aconsejable.
El consumo de leche en nuestro país es uno de los más altos del mundo. Con una producción total de 2,3 millones de toneladas anuales entre leches de vaca, oveja y cabra, la ingesta media por español es de unos 49 litros/año.
Son muchos los factores que influyen en este elevado consumo, entre ellos las preferencias culturales, el fácil acceso a la leche y a todo tipo de productos y derivados lácteos, así como cuestiones dietéticas y de disponibilidad de múltiples alternativas.
Tipos de leche
- Leche de vaca. Es la leche más consumida y contiene proteínas, calcio y vitamina D. El problema para su consumo es que algunas personas pueden ser intolerantes a la lactosa o tener alergia a las proteínas contenidas en la leche de vaca.
- Leche de cabra. Es similar en composición a la leche de vaca, pero con algunas diferencias en el perfil de proteínas, razón por la cual para algunas personas es más fácil de digerir. Su fuerte sabor hace que no sea la más consumida en forma líquida.
- Leche de oveja. Tiene un sabor distintivo y una textura cremosa. También es rica en calcio y proteínas, pero debido a su precio y disponibilidad limitada no es tan consumida como la leche de vaca.
- Leches vegetales. Estas opciones son populares entre las personas que no consumen productos lácteos o que siguen una dieta vegana. Las leches vegetales se elaboran a partir de nueces, semillas o granos, como es el caso de la leche de almendra, de soja, de avena o de coco.
Cada una tiene un perfil nutricional único, por lo que es importante verificar las etiquetas y asegurarse de que contengan los nutrientes deseados, como calcio y vitamina B12, que en muchas ocasiones proceden de la producción animal.
¿Leche entera, semidesnatada o desnatada?
Todos tenemos preferencias en función del sabor, pero en determinados casos los consumidores prefieren un tipo de leche en función de sus necesidades dietéticas y de salud.
En este sentido las personas con cierta tendencia a engordar o que padecen desequilibrios en los niveles de colesterol, optan por consumir leches más saludables en cuanto a la cantidad de grasa.
Normalmente si no hay ninguna limitación y los consumidores suelen elegir leche entera, que tiene un sabor más agradable y una textura más cremosa debido a la mayor cantidad de grasa natural (en torno al 3,5%).
Esta es una opción adecuada para los niños y las personas que no presenten problemas cardíacos o de colesterol, por lo que se recomienda su consumo ya que contiene todos los nutrientes.
Las leches semidesnatadas presentan una menor cantidad de grasa, aproximadamente un 1,5%, contando con todos los nutrientes necesarios: calcio, proteínas y vitamina D.
Por último, las leches desnatadas tienen una muy baja cantidad de grasa, generalmente menos del 0,5%. La eliminación de la grasa durante el proceso de desnatado provoca que estas leches pierdan parte de sus propiedades, sabor y textura.
Sin embargo, esta es la opción más adecuada para aquellas personas que tengan problemas de sobrepeso, colesterol o que precisen seguir una dieta baja en grasas.
Elección de la leche según la edad
Todas las personas tienen distintos requerimientos nutricionales dependiendo de las distintas etapas de su vida. No es lo mismo estar creciendo y formando nuestro organismo, que encontrarse en el punto máximo de nuestro desarrollo físico. Por ello el consumo de leche debe variar dependiendo de la edad.
Para los niños y adolescentes la entera es una opción magnífica cómo alimento, porque al encontrarse en desarrollo las proteínas, grasas saludables, calcio y vitamina D son de gran importancia.
En el caso de personas con tendencia al sobrepeso, el consumo de leche semidesnatada o incluso desnatada es especialmente recomendado, ya que proporciona nutrientes esenciales mientras limita la ingesta de grasa.
Finalmente, en el caso de personas con edad avanzada o con pérdida de masa ósea, hay que valorar las leches enriquecidas con calcio, ya que nos proporcionarán un extra de minerales muy positivo para nuestros huesos.
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