Es cierto que el mantenimiento de un coche eléctrico es un 30% inferior al de un modelo similar que funcione con motor de combustión, pero hay que tener en cuenta que los coches eléctricos también necesitan cambio de neumáticos, de elementos de frenado, de amortiguadores o de la batería convencional, así que a pesar de ser más barato en el mantenimiento no es oro todo lo que reluce.
Es cierto que una de las muchas virtudes de los automóviles eléctricos es que los costes de mantenimiento son inferiores a los de un coche equipado con motor de combustión, ya sea gasolina o diésel. Se estima que la diferencia puede llegar a ser de aproximadamente un 30%.
En los coches eléctricos no es necesario cambiar el lubricante del motor, no hay correa de distribución y no existen filtros de aceite o de combustible y tampoco bujías, así que, salvo la sustitución de neumáticos, amortiguadores, batería convencional, elementos de frenado (pastillas y discos), filtros de aire/polen, luces y renovación de líquidos, poco más es necesario reponer en un coche eléctrico con el paso de los kilómetros.
Por el contrario, si en un coche con motor de combustión sumamos el valor de todas las operaciones de mantenimiento, tanto coste de mano de obra como de piezas y componentes, sin duda nos sale una buena cantidad anual, cifra que se incrementa teniendo en cuenta el número de kilómetros realizados y la antigüedad del vehículo.
Según las estadísticas en España la media de gasto anual en el mantenimiento de un coche está situada en algo más de 1.000 euros, pero los expertos calculan que en un automóvil de más de cinco años esta cifra de gasto puede llegar fácilmente a los 2.000 euros/año.
La batería es el punto débil
La razón es que la mecánica de los coches eléctricos es muy sencilla y está exenta de muchas de las piezas y componentes que sufren desgaste por el uso y que por lo tanto precisan de recambio transcurrido un cierto periodo de tiempo.
A la hora del mantenimiento el epicentro y punto débil de un coche eléctrico es la batería. La vida útil de este componente puede reducirse por una alta exposición a altas temperaturas o por sufrir oscilaciones climatológicas extremas. Además, en la vida de una batería también influye de forma importante cómo se producen los ciclos de carga y descarga.
Por esta última razón los fabricantes aconsejan a los usuarios evitar que la capacidad de las baterías descienda por debajo del 10% -llegar a un 0% es una auténtica locura- y que siempre que realicemos una recarga lo hagamos hasta el nivel del 80-90% preferentemente.
Por otro lado, los expertos también desaconsejan realizar cargas rápidas de forma habitual, ya que los altos voltajes son un factor que favorece que las baterías puedan ver recortada su eficacia y vida útil.
Lo más óptimo desde el punto de vista de la eficiencia y la durabilidad es mantener los niveles de carga entre el 20 y el 80%, siempre teniendo en cuenta que en los periodos con climatología invernal la eficacia de las baterías desciende.
De esta forma lo ideal es que la batería trabaje a temperaturas entre 15 y 35ºC, aunque hay que tener en cuenta que no todas las baterías son iguales y que no todos los fabricantes utilizan los mismos modelos, por lo que siempre seguiremos las indicaciones que nos facilite cada marca.
Finalmente, otro aspecto al que es necesario prestar atención en un coche eléctrico tiene que ver con los niveles de líquido refrigerante del sistema de enfriamiento de la batería. El cambio y reposición de estos líquidos es una operación fundamental para mantenerla en buen estado.
¿Puede averiarse un coche eléctrico?
Quienes afirmen que un coche eléctrico no puede averiarse se equivocan, lo que sucede es que una menor complejidad mecánica contribuye a reducir exponencialmente los riesgos de sufrir averías.
En este sentido la aparición de fallos en la batería es una situación que tarde o temprano puede producirse, al igual que nos sucede en nuestra vida diaria con cualquier otro dispositivo que funcione alimentado por baterías. El problema en este caso es que la batería de un coche eléctrico cuesta varios miles de euros.
Por esta razón es fundamental que a la hora de comprar un coche eléctrico valoremos la contratación de una garantía extendida de la batería, que nos asegurará su futura reposición sin coste, o en su caso que la póliza del seguro pueda contemplar esta circunstancia. Anotar que la garantía de los fabricantes sobre las baterías suele alcanzar los ocho años y los 160.000 kilómetros.
Otra posibilidad es disfrutar de nuestro coche a través de la fórmula de renting, de forma que cualquier contratiempo que pueda surgir durante el periodo de vigencia del contrato de alquiler a largo plazo será responsabilidad de la empresa de renting.
También hay que tener en cuenta que como cualquier otro coche los modelos eléctricos también pueden tener problemas con el sistema electrónico que se encarga de gestionar las distintas funcionalidades del vehículo, de forma que cualquier comportamiento anómalo significará pasar por el taller para realizar comprobaciones.
Terránea es una correduría de seguros especialista en comparar precios del mercado asegurador para ofrecer a sus clientes todo un abanico de servicios.
Dedicada a esta actividad desde 1998, pretendemos ofrecer claridad a nuestros clientes para que puedan ahorrar dinero y escoger la tarifa que se ajusta a sus necesidades.
Encuentra un seguro barato entre más de 30 aseguradoras
con nuestro buscador de seguros.
Tendrás un asesor personal. Ponemos a tu disposición un equipo de 60 profesionales, tramitadores y abogados para gestionar tus siniestros, con las máximas garantías de indemnización, y representarte en caso de conflicto con la compañía aseguradora.