La próstata es la glándula masculina que se encarga de producir el líquido seminal en el que viajan los espermatozoides y la inflamación de esta glándula se denomina prostatitis en el argot médico. La prostatitis, que puede ser crónica o de carácter bacteriano, tiene una mayor incidencia en hombres mayores de cincuenta años y requiere diagnóstico precoz y un tratamiento médico en el tiempo que impida la aparición de otras patologías.
La Sociedad Española de Medicina Interna calcula que los problemas de próstata afectan en nuestro país a 2 de cada 10.000 hombres. Aunque la prostatitis, nombre que recibe en medicina la inflamación de la próstata (hiperplasia), puede afectar a hombres de todas las edades, este tipo de trastorno suele aparecer con mayor frecuencia a partir de los 50 años.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez que en los hombres se encuentra ubicada debajo de la vejiga urinaria. Su función principal es la de producir el líquido seminal (semen) que nutre y transporta los espermatozoides.
Qué es la prostatitis
Cuando la próstata se inflama e incrementa su tamaño estamos hablando de un trastorno que en medicina se define como prostatitis.
Esta inflamación puede tener un carácter más o menos permanente y hasta crónico, más frecuente a partir de los 50 años, o tratarse de una patología que tiene un origen bacteriano y que por lo tanto tratada con antibióticos no tiene un carácter permanente en el tiempo.
Los síntomas de la prostatitis comprenden la existencia de dolor en las ingles, en la zona pélvica o en los genitales, pero el más llamativo de todos suele ser la aparición de dolor (disuria) o dificultad para orinar.
Esta dificultad se incrementará con el paso del tiempo si el paciente no acude a los servicios sanitarios para someterse a un tratamiento médico tras las correspondientes pruebas diagnósticas.
Otros síntomas frecuentes en la prostatitis es la necesidad de orinar con frecuencia, especialmente por la noche (nicturia), y lo que los médicos denominan “vacilación urinaria”, que provoca que la vejiga no se vacíe totalmente y que nos obligue a acudir con mayor frecuencia al baño.
Siempre acudir al médico
Ante la aparición de los primeros síntomas es importante acudir al médico para una valoración temprana, aunque en algunos casos un sentimiento de pudor puede hacer que muchos pacientes decidan automedicarse o buscar remedios naturales para evitar la visita al médico, comportamientos que en ningún caso son aconsejables y que a la larga suponen un error.
Hay que tener muy en cuenta que la prostatitis sólo puede curarse o tratarse a través de la medicina y por lo tanto un diagnóstico precoz será la mejor solución para nuestros problemas. Aunque no está probado que la prostatitis sea causa del cáncer de próstata, sí que su existencia sin tratamiento es un riesgo que debemos evitar.
Después del diagnóstico los pacientes de próstata tan sólo tienen que seguir un tratamiento farmacológico, si el médico así lo estima, y realizarse controles anuales para comprobar mediante ecografía que la próstata continúa teniendo un tamaño adecuado y mediante análisis de sangre y orina asegurarnos de que no existen rastros de algún problema de mayor calado para nuestra salud.
Prostatitis bacteriana
En hombres jóvenes la prostatitis suele tener un origen bacteriano y se produce cuando las bacterias presentes en la orina logran filtrarse y llegar a la próstata. De nuevo el tratamiento médico precoz es fundamental para poner fin a esta patología e impedir que puede adquirir un carácter crónico.
Es importante tratar rápidamente este tipo de infecciones bacterianas, dado que las bacterias causantes de la misma pueden trasladarse a la sangre, provocar epidimiditis (inflamación del testículo) e incluso esterilidad.
En ocasiones la prostatitis en personas jóvenes puede venir producida por un traumatismo en la zona donde se encuentra la próstata o en las vías urinarias, una circunstancia más frecuente en deportistas, aunque se trata de casos excepcionales.
De forma general con el tratamiento antibiótico adecuado estas prostatitis bacterianas suelen remitir en poco tiemposin dejar secuelas en el paciente, pero si lo síntomas retornan el mejor consejo es no perder tiempo en acudir al médico.
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