Entre 1985 y 1991 el fabricante yugoslavo Zastava Automobili consiguió comercializar en Estados Unidos sus vehículos low-cost Yugo, denominación que servía para burlar el bloqueo comercial de la comunista Yugoslavia. Tras la desintegración de la antigua Yugoslavia y los bombardeos de la OTAN sobre Serbia, la planta de Zastava en Kragujevac resultó dañada y en noviembre de 2008 Zastava Automobili cesaba sus actividades y sus activos pasaban a manos de Fiat Serbia.
La historia de la automoción es la historia de la aparición de nuevas marcas y la desaparición de otras, ya sea por fusiones o cese de actividad.
En este sentido cuando todavía existía el Pacto de Varsovia y Yugoslavia no se había dividido en diferentes naciones independientes, estuvo en actividad la firma yugoslava Zastava Automobili, que entre 1985 y 1991 y antes y después de la caída del “telón de acero” incluso llegó a comercializar más de 141.000 vehículos Yugo en el mismísimo Estados Unidos.
Los vehículos de Zastava Automobili eran producidos en la planta de Kragujevac y en octubre de 1978 el primero de sus modelos de ámbito internacional fue el Yugo 45. Este vehículo aprovechaba bajo licencia la mecánica del Fiat 128 e incorporaba una carrocería que con algunas modificaciones era la misma del modelo de Fiat.
Los Zastava Yugo en USA
Zastaba Automobili comenzó sus actividades como fabricante de automóviles en 1953 en la planta de Kragujevac. Tras la caída del muro de Berlín y el final del bloque soviético a los vehículos de Zastava se les abrieron muchas puertas en Europa y en otros mercados internacionales.
En concreto los Zastava Yugo entraron en el mercado norteamericano en 1985 (cuatro años antes del fin del comunismo en Yugoslavia) de la mano de Malcolm Bricklin. Cuando Bricklin llegó a Kragujevac en la planta trabajaban 50.000 operarios, cuando con 2.000 habría sido suficiente, y la plantilla estaba representada por más de un centenar de sindicatos comunistas.
Pero eso no desanimó a Bricklin. Su objetivo era ofrecer a la clientela USA un vehículo de técnica muy simple y precio low-cost que solucionara sus necesidades de
movilidad. Y la idea en ningún caso era una locura y, además, Bricklin ya contaba con alguna experiencia en desembarcar vehículos low-cost en Estados Unidos.
Los Zastava Yugo tenían un PVP que rondaba los 3.990 dólares, lo que explica que la firma yugoslava llegara a comercializar 141.511 unidades Yugo en Estados Unidos y que antes del comienzo de la Guerra de Yugoslavia en sus planes estuviera el acometer la introducción del Zastava Koral.
Los grandes competidores del Zastava Yugo eran en aquel momento el Chevy Chevette (5.645 dólares), el Ford Escort L (6.327 dólares) y el VW Golf (7.190 dólares). Uno de los grandes problemas del Zastava Yugo es que las primeras unidades fueron enviadas con bujías inadecuadas para funcionar con el combustible sin plomo que se vendía en Estados Unidos.
Por otro lado, la presencia de muchos componentes Fiat levantaron alguna desconfianza en los compradores norteamericanos, dado que en 1983 Fiat había tenido que abandonar el mercado estadounidense por la reiterada falta de fiabilidad en sus vehículos.
El final de Zastava
En la década de los noventa la desintegración de la antigua Yugoslavia provocó un reguero de conflictos bélicos entre Serbia, Croacia, Eslovenia y Bosnia.
En ese momento las sanciones económicas aplicadas contra la Serbia de Slovodan Milosevic (la factoría de Zastava estaba en territorio serbio) y los bombardeos de la OTAN en 1999, pusieron muchos obstáculos para la continuación de Zastava como fabricante de automóviles.
En noviembre de 2008 Zastava Automobili cesó sus actividades y todos sus activos, incluida la planta de Kragujevac, fueron adquiridos por Fiat Automobili Serbia, que tras una profunda remodelación comenzó en 2011 la fabricación de distintos modelos Fiat.
El último modelo de Zastava fue el Yugo Sana diseñado por Giugiaro y que había sido lanzado en 1990. La cifra total de producción de Zastava Automobili fue de 800.000 automóviles.
Las razones del Yugo
Los primeros Yugo GV se comenzaron a comercializar en Europa en 1985, pero lo cierto es que la denominación “Yugo” tenía su trampa.
Por las supuestas violaciones de derechos humanos en aquel momento Yugoslavia sufría un embargo comercial por parte de los países europeos, lo que provocó que Zastava no pudiera vender sus vehículos fuera de sus fronteras.
La solución que encontraron las autoridades yugoslavas y los responsables de Zastava fue burlar el embargo con la creación de una nueva marca: Yugo.
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