Es cierto que como todos los animales los perros están protegidos y preparados para soportar el frío, pero cuando se trata de cachorros, ejemplares de pelo corto o de avanzada edad, las cosas pueden complicarse. Debemos conocer qué síntomas nos descubren que nuestro perro tiene frío y también debemos esforzarnos porque el bienestar de nuestra mascota no descienda con bajas temperaturas.
Todos los años cuando se aproxima la temporada invernal y los termómetros comienzan a desplomarse, sobre todo cuando lo hacen por debajo de los 0ºC, es habitual que los propietarios de perros nos hagamos una misma pregunta: ¿Tiene frío mi perro?
De entrada hay que decir que los perros se encuentran preparados para dentro de lo razonable superar todo tipo de climatologías, aunque otra cosa bien distinta es que se trate de ejemplares de razas procedentes de climas más cálidos y que por cuestiones genéticas no cuentan con protecciones suficientes para soportar climas fríos.
Dicho esto debemos entender que, salvo excepciones, las bajas temperaturas también pueden afectar a la salud nuestros perros, sobre todo cuando se trata de cachorros, de ejemplares de pelo corto o de animales de avanzada edad, y que ello obligará a que extrememos las precauciones y los cuidados cuando llega el frío, sobre todo porque como sucede con las personas cada perro es un mundo.
Es cierto que los perros disponen de pelo y de una capa de grasa que les protege, pero también lo es que en animales especialmente sensibles las bajas temperaturas pueden provocar rigidez muscular, temblores, respiración lenta, somnolencia o sequedad en la nariz y, principalmente, apatía a la hora de realizar sus paseos diarios o los juegos más habituales a los que está acostumbrado. ¿Cómo podemos solucionarlo?
Evidentemente, lo primero es abordar la estación invernal en perfecto estado de salud, para lo cual de forma previa habremos visitado al veterinario para comprobar que nuestro perro está en perfectas condiciones. Segundo será una correcta alimentación que le brinde a nuestra mascota los nutrientes calóricos necesarios y, en tercer lugar, evitaremos realizar los paseos y las salidas en las horas de mayor frío.
Ni que decir tiene que en caso necesario protegeremos a nuestro perro con alguna prenda o abrigo para mascotas que le evite frío y en su caso la lluvia y que una vez en casa deberemos acondicionar debidamente su lugar de descanso, con el fin de que el animal esté cómodo, en una zona bien abrigada y protegida de las corrientes de aire y donde la temperatura ambiente sea adecuada y estable.
Además, también es aconsejable mantener hidratadas las almohadillas de las patas con crema protectora, ya que en época invernal es frecuente que se agrieten por el contacto continuado con superficies frías y húmedas, sin olvidarnos de evitar la humedad en las orejas, también muy expuestas al frío, para evitar las indeseadas otitis.
Cuánto frío soporta un perro
En invierno las bajas temperaturas nos obligan a cambiar nuestros hábitos de paseo si queremos evitar que nuestro perro, demasiado friolero, pueda sufrir un estrés térmico. Para favorecer el bienestar de nuestra mascota, además de protegerle del frío realizando los paseos en las horas de mejor temperatura, también podemos tomar algunas precauciones como la colocación de ropa de abrigo o proteger sus patas con calcetines o vaselina.
Nuestro país superó la ola de frío posterior a Filomena y las temperaturas extremas de esos días quedaron atrás, pero en invierno hay muchos días en los que los que la climatología pueden no ser adecuada para la salud de nuestros perros.
Varias veces al día los paseos obligan a que nuestras mascotas abandonen el abrigo y la seguridad de nuestras casas para exponerse a unas bajas temperaturas a las que en muchas ocasiones no están habituados ni preparados, por lo cual los propietarios debemos tener en cuenta algunos consejos que en estas circunstancias nos pueden ser de utilidad.
Según los investigadores veterinarios de la Universidad de Tufts (Massachusetts) los perros pueden soportar sin ningún tipo de estrés térmico temperaturas hasta -7ºC, siendo necesario a partir de entonces el aporte de un plus de energía para que nuestras mascotas puedan realizar una correcta termoregulación.
Por otro lado, a partir de -4ºC los problemas derivados de la pérdida de temperatura pueden llegar a ser peligrosos para ciertas razas caninas (yorkshire terrier, pinscher miniatura o chihuahua), siendo a partir de -6ºC el umbral crítico de temperatura que pueden soportar estos perros.
Cuando se trate de animales no adaptados a las bajas temperaturas debemos reducir el tiempo de exposición al frío, siendo apropiada la realización de actividad física (correr, saltar o favorecer el juego con otros perros) con el fin de elevar su temperatura corporal.
Los perros de mayor tamaño (nórdicos, perros pastores, mastines, golden retriever) tienen una mejor adaptación a las temperaturas gélidas, empezando a ser preocupantes a partir de -6ºC y entrando en un nivel crítico a partir de -12ºC.
Para combatir el frío extremo podemos seguir algunas pautas que favorecerán el bienestar de nuestros perros.Es recomendable retrasar la hora de salida y adaptarla en función de las necesidades, es decir, haremos coincidir los paseos con las horas de mayor temperatura (sobre las 3 de la tarde), así nuestro perro podrá disfrutar de un periodo de mayor actividad física sin sufrir tanto las consecuencias negativas del frío.
Otros factores que afectan de forma importante es la humedad y el viento, ya que cuando estos dos elementos se unen a las bajas temperaturas se vuelve mucho más difícil para nuestro animal mantener la temperatura corporal.
Por último, durante episodios de frio extremo debemos valorar la adquisición de abrigo o calcetines de goma o plástico para nuestro perro. Estos elementos le protegerán frente al frio y reducirán el estrés térmico.
Si nuestro animal no es especialmente sensible frente a las temperaturas gélidas simplemente podemos protegerle las almohadillas mediante la aplicación de una capa de vaselina, esta sustancia evitará en buena medida lesiones plantares.
Consejos para cuidar a nuestros cachorros en invierno
Las bajas temperaturas pueden resultar perjudiciales para la salud de nuestros perros, sobre todo cuando se trata de cachorros o de animales senior. Hasta los seis meses los cachorros no desarrollan totalmente el sistema que les permite equilibrar de forma natural su temperatura corporal, de forma que permanece en exterior en días de frío puede producirles hipotermia.
En invierno hay que extremar las precauciones con los cachorros que pasan tiempo en el exterior, sobre todo cuando las temperaturas se aproximan a los 0 grados o incluso descienden por debajo de este listón. El objetivo de nuestra preocupación será evitar que aparezcan los problemas de salud derivados de situaciones de hipotermia.
En el caso de perros adultos, salvo que padezcan alguna patología, y siempre dependiendo de la raza o de cuál sea su edad y estado de salud, los problemas derivados del frío invernal no suelen tener una importante presencia a temperaturas razonables (hasta -4ºC). Cuando el termómetro caiga por debajo de esta temperatura deberemos estar atentos en todos los casos.
La principal razón de que debamos ser precavidos es que hasta los seis meses en los cachorros los sistemas naturales de regulación térmica todavía no se encuentran desarrollados, de forma que un exceso de frío puede provocarles problemas en sus organismos al no tener capacidad suficiente para equilibrar su temperatura corporal.
Estos mismos desequilibrios térmicos se producen también en perros senior, donde los sistemas de regulación de la temperatura ya no funcionan correctamente.
Cuáles son los cuidados
Los cachorros no deben permanecer largo tiempo en el exterior cuando la temperatura descienda por debajo de los 10ºC, sobre todo cuando las condiciones climatológicas adviertan de la existencia de un alto nivel de humedad en el ambiente.
Por otro lado, debemos tener muy en cuenta que por debajo de 4ºC los riesgos para la salud de los cachorros se acrecientan, sobre todo cuando los animales no se encuentren suficientemente aclimatados, algo que puede suceder si salimos de viaje o cambiamos de residencia. Además, en ningún caso deberemos permitir que los cachorros puedan llegar a mojarse con la lluvia.
Lo aconsejable es que durante el invierno los cachorros se encuentren la mayor parte del tiempo en el interior de nuestras casas, que sus salidas sean controladas en tiempo y realizadas preferiblemente en aquellas horas del día en las que observemos que el frío es menos intenso o la climatología más benigna.
Por otro lado, una vez que regresemos de las salidas procederemos a secar a los cachorros, sobre todo la zona del vientre, las patas y las almohadillas, con el fin de reducir al máximo la pérdida de calor corporal. Si fuera necesario un baño siempre utilizaremos agua caliente con el fin de ayudar a la conservación de la temperatura.
Además, colocaremos su área de descanso en una zona caliente de la casa, aislada del contacto con el suelo y donde no existan corrientes de aire. En ningún caso los cachorros pernoctarán en el exterior durante el invierno.
Cómo puedo saber si mi cachorro tiene frío
Un síntoma claro de existencia de frío es la aparición de escalofríos o temblores. Pero cuando estos síntomas no se producen también podemos detectar la sensación de frialdad en las orejas, sobre todo palpando los bordes de las mismas, y en el propio cuerpo.
En los cachorros los problemas de estrés térmico por frío pueden producir un letargo en el nivel de actividad del animal, que se traduce en dificultad de movimientos, apatía, pérdida de apetito, etc. Si observamos este tipo de síntomas deberemos abrigar al cachorro para que conserve e incremente el calor corporal y acudiremos al veterinario para que valore su estado.
Por otro lado, en invierno es importante que la dieta incluya los suficientes nutrientes desde un punto de vista energético, por lo que en el caso de los cachorros es siempre aconsejable consultar con los especialistas para evitar errores de sobrealimentación o de déficit alimenticio o nutricional.
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