También los perros tienen su propia «gripe». La tos de la perrera o traqueobronquitis infecciosa canina (TBI) es una patología provocada por bacterias y virus que se extiende a través de las gotitas de saliva que son expulsadas por los perros afectados cuando tosen o estornudan. Esta patología no es grave pero conviene ser tratada para evitar que pueda evolucionar hacia una neumonía.

Las autoridades sanitarias advierten de que atravesamos una época en la que el virus de la gripe está atacando con fuerza, pero no debemos olvidarnos de que también los perros tienen su propia «gripe» aunque en su caso se trata de la muy contagiosa tos de la perrera o traqueobronquitis infecciosa canina (TBI).
Esta patología, que afecta fundamentalmente a las vías respiratorias superiores, suele estar originada de forma mayoritaria por la bacteria Bordetella bronchiseptica (hasta el 80% de los casos) y el virus de la parainfluenza canina (hasta el 40% de los casos). En menor medida (10% de los casos) el patógeno causante de esta enfermedad puede ser el coronavirus canino.
La tos de la perrera recibe su nombre por el hecho de que dado su alto nivel de contagio suele ser una patología muy frecuente en guarderías, refugios o albergues donde la infección puede propagarse rápidamente dada la alta densidad de animales.
Cuáles son los síntomas de la tos de las perreras
Como todas las enfermedades respiratorias los patógenos que provocan la tos de la perrera se extienden a través de las gotitas de saliva que los animales contagiados expulsan a en sus toses y estornudos o mediante el contacto de los ejemplares sanos con superficies contaminadas. El periodo de incubación de esta enfermedad oscila entre 5 y 7 días.
Como su nombre veterinario indica esta patología provoca una inflamación de la tráquea y de los bronquios, de forma que el principal síntoma apreciable por los dueños de los perros afectados es la aparición de una tos seca, sintomatología que que no debe asustarnos aunque si provocar una rápida visita al veterinario para su tratamiento.
El especialista será quién realice el diagnóstico y quien descarte otras patologías que también pueden evolucionar con tos, como es el caso de algunas cardiopatías, el colapso traqueal u otras enfermedades del sistema respiratorio.
Lo importante de mantener controlada la tos de la perrera tiene que ver con el hecho de impedir que pueda progresar hasta convertirse en neumonía, aunque lo más habitual en perros sanos es que unos tres días el propio sistema inmunitario sea capaz de acabar limpiando el organismo de patógenos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando la infección viene producida por bacterias la capacidad de contagio se mantiene durante un alto periodo de tiempo.

Cómo prevenir la tos de las perreras
Junto a la vacunación previa la mejor medida de prevención para evitar la extensión de la tos de la perrera es el aislamiento de los animales enfermos para que no compartan el mismo espacioy una rigurosa higienización de los todos los utensilios (comederos y bebederos) e instalaciones.
En el caso de infecciones de origen bacteriano los veterinarios suelen utilizar antibióticos contra los patógenos, fármacos supresores de la tos y antiinflamatorios para contrarrestar los síntomas de la fiebre y la inflamación de las vías respiratorias superiores.
Por otro lado, la vacunación contra el adenovirus canino, moquillo, parainfluenza y bordetella (bacteria que provoca el mayor número de contagios de tos de la perrera) es la mejor estrategia contra esta enfermedad canina, aunque como sucede en el caso de la gripe humana la constante aparición de nuevas cepas es un riesgo que no s puede obviar.

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