A la hora de adquirir un coche de segunda mano muchos compradores se fijan en los kilómetros que tenga recorridos el vehículo. Y es que, cuántos más haya hecho menor será precio de venta. Por ello, algunos vendedores optan por manipular el cuentakilómetros y bajar esa cifra. Sin embargo, esta acción puede acarrear multas e, incluso, penas de cárcel. A continuación te contamos cómo puedes comprobar si el cuentakilómetros de un coche está trucado y qué puedes hacer en su caso.
Llega la hora de cambiar de coche y estás decidido a comprar un modelo de segunda mano. A la hora de escogerlo seguramente te fijes en tres factores para determinar si el precio que se pide por él es realmente justo. El primero de ellos será la antigüedad, después el estado general y, por último, los kilómetros acumulados en el cuentakilómetros.
Los dos primeros son difíciles de manipular, sin embargo, el tercer elemento se puede trucar de manera relativamente sencilla para aumentar el valor real del vehículo. Por suerte, comprobar que el cuentakilómetros no esté trucado también es fácil.
Trucos para detectar un cuentakilómetros trucado
El único método infalible para detectar que el cuentakilómetros de un coche no está manipulado es solicitar en la Dirección General de Tráfico (DGT) un informe del mismo. En este documento oficial aparecerán todas las anotaciones de los kilómetros recorridos en cada una de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV) que haya superado.
Este informe, el único no manipulable por los delincuentes, también nos ofrecerá información sobre la primera fecha de matriculación o las posibles cargas legales o económicas del coche.
Más allá de realizar el trámite legal también existen otros trucos que nos sacarán de dudas sobre la manipulación del cuentakilómetros. Uno de ellos es comprobar si la tarjeta de la ITV es la original o se trata de un duplicado reciente. Esta “renovación” de la tarjeta es un recursos frecuentemente utilizado por los estafadores.
También puede suceder que el vehículo sea nuevo y a la hora de comprarlo todavía no haya superado la primera ITV. En este caso el informe de la DGT nos mostrará el número de propietarios anteriores. Si en este plazo menor de cuatro años hubiera cambiado, al menos, una vez más de dueño deberíamos dudar sobre la manipulación del cuentakilómetros.
En este caso, es aconsejable también revisar el libro oficial de mantenimiento que el propio fabricante sella. Este libro refleja los kilómetros realizados en cada revisión. Si el vendedor aduce no tenerlo, podemos comprobar la veracidad acudiendo a un concesionario con el número de bastidor o la llave. Eso si, el propietario siempre tendrá que acudir con nosotros.
Además, otro sistema para detectar manipulaciones del cuentakilómetros en coches nuevo que no han pasado la primera ITV es fijares en los neumáticos, en el desgaste interior y en si ha pasado por el taller.
Esto es, un coche con menos de cuatro años debería tener los neumáticos en bastante buen estado teniendo en cuenta que la vida media es de 40.000 kilómetros. Además, las gomas nos ofrecen información sobre el año de fabricación de las mismas.
Por otro lado, el desgaste de elementos interiores como el volante, los asientos o los botones nos indicarán el nivel de uso del vehículo. El cuero pelado, la tela desgastado o los botones borrados son una muestra de un uso intensivo.
Por último, conocer si el coche ha tenido que pasar por el taller a cambiar los frenos, el embrague o la correa de distribución también es un indicador del número de kilómetros recorridos.
Trucar el cuentakilómetros tiene consecuencias
Ya hemos visto que aquellos vendedores que manipulan el cuentakilómetros de un coche lo hacen con el objetivo de aumentar su valor de venta. Sin embargo, la normativa de protección a los consumidores obliga a los vendedores a proporcionar información real sobre el vehículo. Por tanto, con esta acción se esta incurriendo en un delito de estafa.
Si en un momento dado el comprador detecta que el vehículo adquirido ha sufrido la manipulación del cuentakilómetros puede optar por tomar varias medidas. La primera sería rescindir el contrato de compraventa y solicitar la devolución de su dinero. Opcionalmente puede pedir la rebaja del precio para ajustarse a los kilómetros reales y una indemnización por daños y perjuicios.
Si esta negociación no prospera o el vendedor no se muestra colaborador se puede denunciar ante la Oficina de Consumo, quién abrirá un expediente sancionador. Aquí el Sistema Arbitral determinará la nulidad del contrato y la indemnización. Por contra, si acudimos a este organismo no podremos optar por una denuncia por estafa.
La denuncia por estafa será la tercera vía para luchar contra este tipo de delincuentes. Si el comprador considera que se ha producido un engaño premeditado con ánimo de lucro podrá recurrir a la vía penal, siempre y cuando lo defraudado supere los 400 euros. En caso de resultar ganador, el vendedor puede ser condenado a penas de entre seis meses y tres años de prisión aunque si la pena es menos de 12 meses podrás ser conmutada por una multa cuya cuantía impone un juez.
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