Las características del caballo de polo son fruto de la mezcla de caballos “criollos” que se encargaban de las labores del campo y Pura Sangres ingleses para aportarles velocidad y resistencia. Esta mezcla ha generado animales fuertes y compactos con una agilidad, destreza y velocidad necesarias para el desarrollo de este deporte.
El polo es un deporte con una amplia tradición. Su origen se remonta hasta hace más de dos mil años y se sitúa en las tierras de Asia Central. Actualmente es un deporte practicado en más de 70 países aunque podríamos decir que “La Meca” de este deporte es Argentina desde que fue introducido por los colonos Ingleses.
Para el desarrollo de este deporte existen unas cualidades específicas que deben reunir los caballos, como son las características físicas, el temperamento y la aptitud. Los criadores de caballos de polo tratan de potenciar estas características sobre todas las demás, generando un tipo de caballo específico que se conoce como Polo Argentino.
Los Inicios del Polo
Desde la introducción del polo en Argentina en 1890 el deporte y, sobre todo, los caballos han evolucionado de forma excepcional. Los primeros caballos “criollos” eran animales que se empleaban simultáneamente en los partidos de polo y en los trabajos del campo. Esto daba lugar a un tipo de juego bastante rústico, duro y carente de profesionalidad llamado “Polo de Estancia” en el que los caballos destacaban sobre todo por su fuerza y robustez, aunque tenían poca velocidad y resistencia a la hora de correr.
Durante las décadas de los setenta y el ochenta se fue imponiendo un tipo de caballo más preparado para soportar carreras continuadas mezclando caballos criollos con Pura Sangre. La introducción de sangre árabe y berberisca aportó el punto extra de velocidad y resistencia de los que carecían los caballos criollos.
La raza resultante tenía las cualidades necesarias para adaptarse a la pampa húmeda y desarrollar el juego del Polo. En 1984, y con el objetivo de mejorar las cualidades de la raza y optimizar el caballo de Polo, se creó la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo, que se encarga de llevar un registro de los caballos pertenecientes a la Raza Polo Argentino.
Cría de los caballos de polo
El caballo de Polo es principalmente seleccionado por sus características físicas por lo que en ocasiones su apariencia no es la más bella. Sin embargo, las características de agilidad y destreza son potenciadas al máximo por parte de los criadores, consiguiendo unos animales con unos cuartos traseros y unas extremidades fuertes para soportar al jinete, además de un cuerpo estilizado y un cuello largo.
Tal es la importancia de estas características que desde hace unos años los criadores recurren a la tecnología embrionaria para perpetuarlas de padres a hijos. Aproximadamente el 40% de los caballos de polo han nacido mediante técnicas de implantación. La yegua a perpetuar es fecundada por otro animal de cualidades óptimas y acto seguido se retira el embrión del útero de la Yegua de Polo. A continuación se implanta el embrión en otra hembra para así conseguir un potro de buenas características sin que la campeona quede inactiva durante el periodo de embarazo.
Características óptimas del caballo de polo
La cría de caballos mestizos resultado de la mezcla de caballos Pura Sangre y criollos para conseguir ese punto extra de velocidad han favorecido la aparición de un tipo de caballo concreto. Actualmente las características del caballo de polo son un peso de en torno a 400-500 kilogramos y entre 1,55 y 1,60 metros de altura. Es necesario un esqueleto y una musculatura fuerte y marcada tendiendo ligeramente hacia un cuerpo grueso. Su cuerpo es rectilíneo, con cuello largo y bien insertado además de tener una cabeza bien proporcionada.
Cuerpo del caballo de polo
El cuerpo del caballo debe reunir además ciertas características:
- Unas patas anteriores largas y fuertes, con articulaciones resistentes.
- Un pecho profundo pero no muy ancho, ancas redondeadas y lisas con una grupa fuerte y recta.
- Los miembros traseros deben ser musculosos, con una babilla fuerte y prominente además de un corvejón finos y lisos.
Los animales destinados a polo deben tener paso rápido y libre con trote derecho y un galope enérgico. La edad ideal para el desarrollo de este deporte en caballos es entre 4 y 14 años de edad con un temperamento adecuado y un entrenamiento cuidado para evitar malos hábitos.
Las características de los caballos de Polo Argentinos han hecho que sean demandados en otros lugares donde se practica este deporte junto con sus jinetes. Es necesario reconocer que el trabajo de los criadores es el que ha permitido perfeccionar la raza hasta permitir la cría de caballos en todos los lugares del mundo donde se ha importado este deporte, permitiendo que los caballos con los que contamos en los campos de nuestro país sean descendientes directos de los caballos “poleros” criados en la pampa.
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Quien cría caballos de polo en España