En 1972 Seat presentó en sociedad el 600 L Especial, el último modelo de una familia de vehículos que dejaría de fabricarse en agosto de 1973. Entre 1970, fecha de salida del Seat 600 E, y 1972, los ingenieros de Zona Franca trabajaron en el prototipo E Lujo, un “concept-car” que acabaría haciéndose realidad con el nombre de Seat 600 L Especial.
Tras el modelo Seat 600 Normal producido entre 1957 y 1963, la firma española continuó desarrollando su primera y exitosa gama con el Seat 600 D, primero, y más tarde con el Seat 600 E, que aterrizó en el mercado español en 1970.
Más adelante, ya en 1972, haría su aparición el Seat 600 L Especial, pero lo que pocos recuerdan e incluso puede que ignoren es que en el periodo intermedio entre 1970 y 1972 los ingenieros de Zona Franca trabajaron en el Seat 600 E Lujo, un prototipo que finalmente acabaría siendo comercializado como L Especial.
De todas las versiones de la gama Seat 600 la “D” fue la que más unidades sumó y por lo tanto la que más éxito comercial registró. En su caso el motor pasó de los 633 cc y 18 CV iniciales, a los 763 cc y 25 CV, unas prestaciones que en 1972 crecerían hasta los 28 CV del Seat 600 L Especial.
Un prototipo de lujo
De entrada, el Seat 600 fue diseñado y desarrollado como un vehículo popular y de bajo coste, capaz de motorizar a una sociedad española que en los años cincuenta y sesenta se encontraba en pleno desarrollo y a pesar de todo inmersa en un profundo momento de cambio y evolución.
El auge económico de nuestro país dio lugar a una incipiente clase media que tenía una mayor capacidad de compra, de ahí que los responsables de Seat pensaran en la posibilidad de atraer a esa creciente clientela con automóviles dotados de mejores prestaciones y de un mayor equipamiento y nivel de confort. En su momento esos conceptos se consideraban un “lujo”.
Antes de la llegada al mercado del Seat 600 L Especial, el prototipo E Lujo incorporaba las rejillas laterales o los guarnecidos interiores, además del nuevo motor de 28 CV, el más potente que en aquel momento montaba el Seat 600 y que acabaría siendo su “tope” de prestaciones en el momento de su desaparición de las cadenas de producción.
Seat 600 L Especial
Con la experiencia del Seat 600 E Lujo la firma española presentó en 1972 el modelo L Especial, que incluía nuevos asientos tapizados en paño sintético y que por su forma eran más confortables que equipamientos anteriores.
En su caso las puertas ya tenían apertura normalizada, un hecho que se hizo realizad con el Seat 600 D, frente a la apertura de puertas poco convencional que tenían los primeros modelos de la gama 600.
El L Especial también incorporaba los aireadores posteriores, lo que distingue a esta versión del resto, mientras que el espacio para equipajes seguía siendo tan reducido que obligaba a montar la popular baca en el techo.
Desafortunadamente un año después de su presentación, en agosto de 1973, Seat decidió poner punto final a la producción del 600, en un momento en el que las berlinas familiares tipo 1500 y 124 se imponían en las preferencias de los compradores, junto a los compactos más modernos y aerodinámicos 127 y 133, que ofrecían una estética y unos comportamientos más acordes con los nuevos tiempos.
Incorporaba un motor de 28 CV, tenía una longitud de 3,3 metros, una batalla de 2.000 mm, un peso de 610 kg y una cara útil de 330 kg. Con estas características técnicas podía alcanzar una velocidad máxima de 115 km/h.
Su consumo en ciudad rondaba los 10 litros, que en carretera podían descender al listón de los 7 litros, pero siempre que la velocidad no excediera los 90 km/h, algo que con el vehículo cargado nos parece un poco difícil conseguir.
El precio de este último Seat 600 rondaba las 80.000 pesetas, quizá algo menos si no éramos exigentes con los opcionales, aunque este PVP significaba una subida de 20.000 pesetas con respecto al precio del Seat 600 D, un incremento que muchos compradores no aceptaron en su momento dirigiendo sus opciones hacia el 850 D.
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