La Cultura del caballo o la conquista de las grandes llanuras

El retorno de los caballos al Nuevo Mundo significó para las tribus de nativos americanos una nueva concepción de la vida. Su importancia a la hora de cazar, hacer la guerra o realizar sus actividades cotidianas, fue tal que reformó completamente su modo de vida dando lugar a la llamada “Cultura del Caballo”, un proceso histórico que tuvo en Norteamérica su mejor expresión entre el siglo XVII y mediados del siglo XIX.

La llegada de los descubridores españoles al Nuevo Mundo cambio para siempre el modo de vida de las tribus nativas americanas. Con los conquistadores llegaron de nuevo los caballos, extinguidos de estos territorios 10.000 años antes, convirtiéndose en animales muy importantes en la vida de algunos grupos étnicos.

Tanto es asíque estas tribus construyeron alrededor de los caballos toda su cultura, ya que sus hábitos de caza, su vida nómada, sus tradiciones y la forma en la que hacían la guerra, entre otras cosas, se adaptaron a la utilización de los caballos como herramienta fundamental.

En este sentido la presencia de los caballos modificó y dominó el estilo de vida de los pueblos indígenas que habitaron las grandes llanuras norteamericanas entre el siglo XVII y mediados del XIX, un periodo histórico que en Estados Unidos se conoce comola “Cultura del Caballo”.

Fue a partir de la conquista del Oeste, de la dominación de las tribus por parte del “hombre blanco” y de su reclusión en las llamadas “reservas indias”, cuando en Norteamérica comenzó el declive de esta cultura del caballo.

El regreso de una especie

Nadie sabe cómo fue, pero hace unos 10.000 años los caballos prehistóricos que poblaban el territorio norteamericano se extinguieron, pero afortunadamente este no fue el fin de la historia del caballo en el continente, ya que de manos de los exploradores españoles el caballo retornó a América.

Conquista grandes llanuras

En su segundo viaje las naves de Cristóbal Colón transportaron un total de veinte caballos y cinco yeguas al Nuevo Mundo. Estos animales de trabajo llegaron con el objetivo de ayudar a construir los asentamientos que los colonos comenzaron a levantar en los territorios conquistados, pero en aquel momento nadie podía suponer que la Historia les tenía reservado otro destino.

Posteriormente, y de la mano de Hernán Cortés, los caballos dejaron la isla de Cuba para llegar hasta Nueva España y posteriormente hasta México gracias a la expedición de Juan de Oñate en dirección al valle del río Grande. Esta incursión supuso la reentrada de los caballos en el continente americano, extendiéndose poco a poco por los nuevos territorios gracias a la huida y robo de algunos ejemplares.

Los caballos llegan a las Grandes Llanuras

Tradicionalmente, las tribus de las Grandes Llanuras americanas vivían de la caza y de la agricultura y el ritmo de su vida nómada tenía mucho que ver con los movimientos de las manadas de bisontes. Siguiendo a estas manadas estas tribus movilizaban sus poblados dos veces al año, antes de iniciar el cultivo a finales de primavera y tras la recogida de la cosecha en otoño.

Cultura del caballo

Desde inicios del siglo XVII los indios norteamericanos comenzaron a tener caballos. La expansión comenzó por territorio de Kansas, pero fue a mediados de siglo cuando los caballos llegaron a las Grandes Llanuras siendo empleados en la caza de bisontes. Alrededor de 1760, gracias sobre todo al comercio de pieles y los intercambios con los colonizadores franceses, el caballo ya formaba parte del día a día de los indios.

Aunque los caballos fueron utilizados por gran cantidad de las tribus, los grupos étnicos que más se adaptaron a su empleo fueron sioux, pies negros, crows, cheyenes, arapajoes, kiowas y comanches.

Un cambio de cultura

La llegada de los caballos supuso un incremento de recursos que provocó un cambio en la cultura indígena. La caza de bisontes a caballo se volvió vital en su modo de vida, dotando a las tribus de carne, cuero, cuernos y hueso para los utensilios, facilitándose además todas las actividades tradicionales gracias a la presencia de los equinos.

La propiedad de un caballo era un símbolo de poder y prestigio dentro de las tribus, que facilitaban a su dueño un mayor número de mujeres y recursos, al tiempo que los caballos eran fundamentales como armas de defensa frente al ataque de otros grupos.

La utilización de los caballos como armas de guerra crece con la progresiva colonización de los territorios del Oeste y el desplazamiento de las tribus de sus territorios tradicionales y fue en ese momento de conflicto cuando la “cultura del caballo” comenzó su declive.

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