Lejos de ser una técnica sencilla, fotografiar caballos es un arte complejo. No se trata tan sólo de captar a unos animales que en muchos casos se encuentran en movimiento, sino de conseguir capturar la esencia o el alma de cada caballo. Si quieres realizar buenas fotos de caballos aquí te ofrecemos algunos trucos y consejos útiles que pueden ayudarte a conseguirlo.
Fotografiar caballos es una pasión que comparten muchos aficionados al mundo ecuestre. Buscar el mejor encuadre, tener un fondo lo suficientemente atractivo, saber captar la personalidad de cada animal o conseguir un enfoque correcto con el caballo en movimiento, son retos que hay que enfrentar y resolver con experiencia.
Desde un punto de vista meramente técnico, fotografiar caballos viene a ser muy similar a fotografiar cualquier animal salvaje que se mueve en un entorno más o menos natural. Y ya sabemos que todos los animales siguen unas pautas propias que en ningún caso responden al guión del fotógrafo. Así que hay que armarse de paciencia.
Si estamos en exterior el primer paso será elegir y estudiar bien el escenario que nos va a servir de fondo de forma que sepamos cuáles son las diferentes posiciones del sol en función de la hora del día, lo que nos permitirá elegir la intensidad de luz que más nos interese, cuál debe ser la posición del fotógrafo, y toda una serie de preparativos previos que no podemos dejar a la improvisación.
Por otro lado, cuando se trata de retratos los ojos suelen ser la parte más emocional en una fotografía de caballos, de ahí que sean precisamente los ojos el punto de partida a la hora de crear una composición interesante.
Consejos para fotografiar caballos
Las cámaras actuales disponen de gran cantidad de funcionalidades y opciones que nos facilitan la realización de fotografías, por lo que es muy importante que conozcamos y controlemos nuestro equipo a la perfección con el fin de saber actuar sobre las aperturas, la velocidad del obturador y los modos de fotografía más adecuados a la hora de tomar fotos en movimiento.
Por otro lado, en muchas cámaras disponemos del modo “deporte” que por regla general se adapta bastante bien a la hora de fotografiar caballos en movimiento. Por último, si hacemos tomas delanteras o traseras es recomendable hacerlo respetando un ángulo de 45º para conseguir imágenes más equilibradas.
1. Importancia del trípode
A la hora de conseguir una buena foto la estabilidad de la imagen es fundamental. Lograrlo con una cámara ligera es relativamente fácil, pero a medida que se vuelve más pesada o que empleamos objetivos de mayor tamaño y peso el enfoque y nitidez de la imagen se complica.
Por ello el primer consejo es utilizar un trípode regulable en altura y con patas desplegables de forma independiente, lo que nos permitirá adaptarnos a las cambiantes circunstancias del terreno.
Por otro lado, en vez de trípode el dispositivo de apoyo puede ser de tipo monopie, lo que nos aportará estabilidad al tiempo que conservamos la opción de desplazarnos y cambiar de posición con agilidad.
2. Mejor “Manual” que “Autofocus”
Una vez controlemos el equipo debemos ser capaces de asegurar el máximo rendimiento y por ello optaremos por el manejo “Manual” de la cámara, ya quelos sistemas “Autofocus” tienen una velocidad de enfoque más lenta, por lo que tendremos un retraso desde el instante en el que disparamos hasta que el obturador real toma la imagen.
La velocidad de obturación debemos procurar que sea rápidapara detener el movimiento del caballo (en torno a 1/500 segundos).
3. Jugar con el diafragma
En el caso de que la imagen quede oscura podemos jugar con la apertura del diafragma. Cuanto más abierto se encuentre mayor será la luz que entre por el objetivo y más podremos subir la velocidad de obturación. Con las aperturas grandes podremos lograr, además, efectos de desenfoque en el fondo de nuestras fotos, logrando jugar con la “profundidad del campo”.
De forma general cuanto más abierto esté el diafragma menos profundidad de campo y cuando más cerrado esté el diafragma más grande será dicha profundidad.
De esta manera si queremos hacer un retrato utilizaremos una apertura grande del diafragma, reduciendo con ello la profundidad de campo y dejando nítido tan sólo el punto de enfoque y unos centímetros por delante y por detrás, centrando toda la atención en el caballo.
4. Cuidado con el encuadre
En relación con un encuadre correcto debemos prestar mucha atención a los fondos no naturales que puedan distraer la imagen principal (vallas metálicas, postes de luz, torres o cables de alta tensión, edificaciones, etc). Nunca pienses que el caballo se encuentra mal situado, quizá sea mejor que cambies de posición y de encuadre.
5. Qué objetivo utilizar
Si queremos conseguir imágenes naturales de nuestro caballo lo más aconsejable es no meternos demasiado en su vida y de esta forma el animal no mostrará síntomas de encontrarse estresado o asustado y su comportamiento y movimientos serán naturales.
Para ello utilizaremos objetivos de larga distancia que nos permitirán realizar las fotografías sin necesidad de aproximarnos. Este tipo de objetivos son fundamentales cuando se trata de competiciones.
6. Elegir el momento
Cuando los caballos se encuentran en movimiento, sobre todo en las disciplinas de Salto o de Doma Clásica, la técnica de realizar ráfagas o secuencias nos permitirá elegir a posteriori la imagen más adecuada.
Pero antes debemos elegir el momento que queremos captar. En obstáculos de poca anchura podemos apretar el disparador cuando las patas delanteras superen el listón superior, pero en el caso de obstáculos más anchos el momento será cuando el cuerpo del caballo se encuentre en el medio del obstáculo dibujando un arco ascendente.
7. Olvidarnos del flash
Por último. Otro consejo muy importante a la hora de realizar fotografías de caballos es no utilizar flash. Además de provocar brillos extraños, principalmente en los ojos, existe el problema de que podamos asustar al animal con el evidente riesgo que puede entrañar para jinetes y monturas.
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