El mundo de la automoción está lleno de espíritus pioneros y, a nivel nacional e incluso internacional, Paco Abadal es uno de esos espíritus. En colaboración con la firma belga Impéria llegó a producir sus propios vehículos. Después, fue la cabeza visible de Buick en España. Y, más tarde, llegó a ser distribuidor de las firmas norteamericanas General Motors y de Hupp Motor.
Abadal y Cía. fue un fabricante español de automóviles que tuvo una corta vida, dado que la Primera Guerra Mundial paralizó el proyecto, y tan sólo dos modelos en oferta. Uno con motor de 3.104 cc y un segundo con motor de 4.521 cc.
Los accionistas de este primer proyecto fueron, hasta 1915, Francisco Abadal y Pedro Homet. Aunque a partir de ese año la sociedad pasaría a denominarse Automóviles Abadal.
Después del parón productivo motivado por el conflicto bélico, sería la compañía belga Springel Impéria, a la que estaba ligado desde un primer momento, la que continuaría con la producción de vehículos bajo licencia con el nombre de Impéria Abadal.
En 1917 Paco Abadal llegó a un acuerdo con General Motors para comprar los derechos de Buick en España. No olvidemos que, ese mismo año, Estados Unidos había entrado en la contienda mundial, y de esa forma los vehículos carrozados en los talleres de Barcelona pasarían a llamarse Abadal-Buick.
Aquellos automóviles híbridos llevaban motores Buick, unos propulsores que se caracterizaban por ser muy avanzados tecnológicamente al incorporar válvulas en culata y bomba de agua. Mientras que las carrocerías eran aportadas por Abadal, lo que las convertía en unidades únicas, dado que la producción se realizaba de forma muy artesanal.
Esta actividad duraría hasta 1923, cuando se convirtió en distribuidor exclusivo para España de la General Motors. Incluso aspiró a que GM llegara a fabricar su prototipo Abadal Continental, algo que finalmente no sucedió.
Un personaje singular
Si en algo destacó pronto el polifacético Francisco Serramalera Abadal fue en el ciclismo, en la modalidad de velódromo. Aunque después de dejar los pedales su vida deportiva se dirigió hacia el mundo de la motocicleta, donde también destacó. Y también hacia los automóviles, lo que acabaría llevándole hasta Hispano Suiza, en calidad de agente comercial. Lo que también explica que posteriores vehículos suyos coincidieran en algunos aspectos con los Hispano.
Fue Paco Abadal el que por primera vez le presentó -en Sagunto concretamente- al rey Alfonso XIII un automóvil Hispano Suiza.
Su aventura con Buick comenzó en 1917, primero vendiendo vehículos completos de la firma norteamericana y, después, utilizando motores a los que sumaba sus propias carrocerías. Algo que en aquella época resultaba una práctica habitual.
Con este tipo de vehículos Abadal-Buick, que se caracterizaban por presentar un atractivo radiador en forma de V, la firma española participó en diversas competiciones. Pero aquellas carrocerías personalizadas tenían un elevado coste de producción y no podían competir con los vehículos carrozados que ofertaban las propias marcas.
Cómo eran los Abadal-Buick
Desde 1903 Buick es una de las marcas que forman parte del grupo General Motors. Incluso hay quien dice que la aparición de GM viene dada por el éxito de Buick. Pero realmente su fundación está fechada en 1899.
Esto la convierte en una de las marcas más antiguas del mundo y en la más antigua de Estados Unidos, dado que Studebaker no comenzaría en el mundo de los automóviles hasta 1902 y que Ford no lo hizo hasta 1903.
En 1911 Buick presentó su primer modelo con carrocería cerrada, aunque cinco años antes ya había hecho lo mismo Cadillac. Los Buick que llegaron a España de la mano de Paco Abadal fueron, entre otros, de los modelos Roadster D44, Touring D45 y E45. Con potencias de 45 y 60 CV. En concreto, para los Abadal-Buick, se emplearon bastidores D45 y DX45.
El Abadal-Hupmobile
El 1 de mayo de 1928 Abadal firmó una “joint venture” con la firma norteamericana Hupp Motor (Hupmobile), por la cual asumía la representación en España de dicha marca. Este acuerdo permitió que pudiera desarrollar el Abadal-Hupp, el último de los automóviles que llevaría su firma.
Tan sólo consta una única unidad Abadal-Hupp, la que fue promocionada en la Volta a Catalunya, una relación comercial que finalizó en 1930, cuando el fabricante unió su destino a la marca Peugeot.
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