Los propietarios de caballos saben que la presencia de insectos en los establos supone un gran riesgo para su salud, porque entre otras enfermedades mosquitos, tábanos y moscas pueden transmitir la Anemia Infecciosa Equina, una patología para la que no existe vacuna, que debe ser informada a las autoridades sanitarias y que pone en riesgo la vida de los caballos contagiados.
¿Qué es la anemia infecciosa equina?
La Anemia Infecciosa Equina (AIE) o fiebre de los pantanos es una patología infecciosa de ámbito europeo y mundial que afecta a caballos, burros y mulas, animales que ejercen de forma asintomática como hospedadores (reservorio) tras el contagio.
De acuerdo con el Reglamento UE 2020/2002 es obligatorio que los veterinarios y los responsables de los animales infectados notifiquen a las autoridades sanitarias y a la Organización Mundial de Sanidad Animal de la aparición de cualquier brote o ejemplar afectado de Anemia Infecciosa Equina.
En España los últimos casos de esta patología se produjeron en 2017 en localidades de Ávila y de Cáceres, aunque desde entonces no se ha producido ninguna alerta. Por el contrario, en el ámbito de la Unión Europea este año se han producido focos de AIE en Francia, Grecia y Rumanía.
El mayor riesgo se encuentra en estos momentos en el área de Ucrania, dado que con la guerra la mayor parte de los caballos, burros y mulas se encuentran sin un control veterinario adecuado.
¿Qué produce la anemia infecciosa equina?
La Anemina Infecciosa Equina viene producida por un virus del tipo “lentivirus retroviriade”. Este patógeno se transmite a través de las picaduras de mosquitos, tábanos, moscas de los establos y de cualquier otro insecto hematófago (chupador de sangre), que actúan como vectores. El periodo de incubación oscila entre una y tres semanas.
Por otro lado, está demostrado que en el caso de yeguas preñadas el virus puede transmitirse al feto y posteriormente a los potrillos lactantes a través de la leche. Los expertos consideran que los contagios también pueden producirse a través del uso de transfusiones de sangre y de agujas o material contaminado.
En los animales contagiados la AIE puede permanecer en modo latente de forma indefinida y hacer su aparición coincidiendo con situaciones de estrés severo o trabajo intenso, dando lugar a episodios de fiebre, anemia, pérdida de peso, etc.
Los veterinarios también destacan la existencia de una forma aguda de esta enfermedad que se caracteriza por la aparición de fiebre, ictericia, edema central, diarrea hemorrágica, petequias en las mucosas, etc.
¿Qué órganos afecta la anemia infecciosa equina?
La anemia infecciosa equina es una enfermedad viral que afecta principalmente a los caballos. Este virus tiene un impacto significativo en varios órganos y sistemas del cuerpo del animal, incluyendo:
- Sistema Inmunológico: El virus de la anemia infecciosa equina ataca directamente a las células del sistema inmunológico, en particular a los monocitos y macrófagos, que son tipos de glóbulos blancos. Esto resulta en una disminución de la capacidad del caballo para luchar contra infecciones y otras enfermedades.
- Órganos Hematopoyéticos: Afecta la producción de sangre en la médula ósea, lo que puede llevar a una anemia severa. La anemia es una disminución en la cantidad de glóbulos rojos o hemoglobina, lo que reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
- Hígado y Bazo: Estos órganos pueden inflamarse y funcionar de manera ineficiente debido a la infección. El hígado es crucial para procesar toxinas y ayudar en la digestión, mientras que el bazo juega un papel importante en la filtración de la sangre y en la respuesta inmune.
- Vasos Sanguíneos: El virus puede causar daños en los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a hemorragias y a la formación de coágulos sanguíneos.
¿Qué hacer en caso de anemia infecciosa equina?
La diagnosis de la Anemia Infecciosa Equina se lleva a cabo mediante la realización de dos complejas técnicas de carácter serológico: ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas y prueba de inmunodifusión en gel de Agar (test de Coggins), siendo este último ensayo el considerado test de referencia para el diagnóstico de la AIE.
El test de Coggins es capaz de detectar los anticuerpos de la enfermedad a partir de las 2-3 semanas de producirse la infección y suele utilizarse para detectar los “falsos positivos” que pueden darse con la primera de las pruebas de detección.
La presencia del virus de la AIE obliga a que los animales afectados sean sometidos a aislamiento de cuarentena o confinados en pequeños grupos si se trata de un brote, junto a la fumigación de las instalaciones y el uso de repelentes de insectos con el fin de evitar que la infección pueda propagarse.
La Anemina Infecciosa Equina es una enfermedad que no tiene tratamiento farmacológico curativo, por lo cual en la mayor parte de los países, España incluida, la normativa al respecto exige el sacrificio de los animales contagiados.
Tampoco existen vacunas efectivas para prevenir la AIE, dado que el virus causante de la misma muestra un alto grado de mutación que hace poco efectivos los programas de vacunación.
¿Cómo evitar la anemia infecciosa equina?
Para evitar la anemia infecciosa equina (AIE), una enfermedad viral grave en los caballos, es crucial implementar medidas de prevención y control. Estas incluyen:
- Pruebas y Diagnóstico Regular: Realizar pruebas de AIE regularmente, especialmente en nuevas adquisiciones, antes de trasladarlos a nuevas instalaciones o antes de apareamientos. Se utiliza una prueba llamada ELISA o la prueba de Coggins para diagnosticar la AIE.
- Cuarentena para Nuevos Caballos: Mantener en cuarentena a los nuevos caballos antes de introducirlos en un rebaño es esencial. La duración recomendada de la cuarentena varía, pero generalmente se considera un período de 30 a 60 días.
- Control de Vectores: Los insectos, especialmente los tábanos y mosquitos, son vectores principales de transmisión del virus de la AIE. Controlar estos vectores mediante el uso de repelentes, mosquiteros, y manteniendo limpios los establos y alrededores para reducir la población de insectos es crucial.
- Higiene Rigurosa de Instrumentos: Evitar el uso compartido de agujas, jeringas, o cualquier otro instrumento que pueda estar contaminado con sangre. Estos deben ser esterilizados o descartados después de su uso.
- Manejo de Sangre y Fluidos Corporales: Tomar precauciones al manejar sangre y otros fluidos corporales. Esto es especialmente importante durante procedimientos como la castración, el parto o el tratamiento de heridas.
- Educación y Concienciación: Educar al personal que trabaja con caballos sobre las formas de transmisión de la AIE y las mejores prácticas para prevenir su propagación.
- Control de Movimientos y Certificación: Restringir el movimiento de caballos infectados o sospechosos de estar infectados. Además, para el transporte de caballos entre regiones o países, se requiere frecuentemente una certificación de que el animal está libre de AIE.
- Eutanasia en Casos Positivos: Dado que no hay cura para la AIE y los caballos infectados permanecen como portadores del virus de por vida, a menudo se recomienda la eutanasia para evitar la propagación de la enfermedad.
Implementando estas medidas, se puede reducir significativamente el riesgo de anemia infecciosa equina en las poblaciones de caballos.
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