Hazlo tú mismo en menos de una hora: Si te vas a marchar de viaje con el coche es fundamental que revises algunos aspectos básicos del mantenimiento de tu vehículo. En este artículo te damos unos consejos elementales para que te asegures de que tu coche está en buen estado y que podrás viajar con él sin sufrir ningún disgusto.

Tener el automóvil siempre a punto es obligatorio todo el año si queremos viajar con seguridad. Pero también es cierto que la revisión del coche es aún más importante si te vas a ir de vacaciones. Los desplazamientos cuando vas a viajar fuera por un puente o unas vacaciones suelen ser más largos. Por lo que el coche y sus elementos están más expuestos y durante más tiempo a posibles averías o fallos.
Y, no sólo eso: una avería de última hora en un día cualquiera puede provocar que llegues tarde al trabajo, o que tengas que utilizar el transporte público unos días. Pero una avería cuando viajamos fuera puede arruinarnos las vacaciones o ese puente que llevamos meses esperando. Para evitarlo es fundamental la revisión de su correcto mantenimiento y que nos aseguremos, de esta forma, de que nuestro coche está a punto para salir de viaje con él.
Por tanto, si vas a realizar un viaje largo con el coche, es necesario realizar unas comprobaciones básicas. Ahora bien, ¿sabes qué revisar en el coche antes de salir de viaje? Nosotros nos hicimos la misma pregunta. Y para responderla hemos acudido a los técnicos de CarsMarobe, empresa de formación y asistencia técnica de automoción, donde acuden muchos mecánicos para formarse.
Allí nos han explicado, paso a paso, cuáles son los 6 puntos a revisar de nuestro vehículo antes de comenzar nuestro viaje. Después de este mantenimiento básico podremos iniciar nuestras vacaciones con seguridad.
1. Revisar el NIVEL DE ACEITE de tu vehículo
Empezaremos por asegurarnos de que el vehículo y el motor estén fríos. Ya que es el estado en el que debe estar para poder revisar y comprobar con comodidad y seguridad los distintos elementos del vehículo. Si acabamos de conducirlo es mejor que esperemos un par de horas antes de comenzar la tarea. Para que los elementos que vamos a revisar vuelvan a su estado normal.

Una vez hecho esto empezaremos por uno de los mantenimientos más fáciles y rápidos, pero también más importantes: revisar el nivel de aceite. Para ello, abre el capó del coche (y sujétalo debidamente, no queremos que te caiga encima) y usa la varilla de medición.
Este punto es muy importante tras los meses fríos del invierno, ya que durante éstos las heladas producen que el circuito y el lubricante se contraigan y se expandan en varias ocasiones. Lo que, unido a que en invierno llevamos a cabo una conducción más lenta, hace que nuestro coche consuma más aceite.
Para comprobar el nivel empieza por sacar la varilla y limpiarla con un trapo. Introdúcela de nuevo hasta el fondo del depósito, y vuelve a sacarla. Ahora observa si la mancha de aceite se encuentra entre las marcas indicadas por el fabricante del vehículo. Si estuviese por debajo del mínimo, o muy cerca de él, habría que rellenar el depósito con el aceite recomendado por el fabricante. Una vez lo hagas realiza la misma operación y asegúrate de que el coche cuenta con el lubricante necesario.
2. Comprobar el nivel de ANTICONGELANTE
Otro punto básico de revisión del coche antes de viajar de vacaciones es el líquido refrigerante. Sea invierno o no, es necesario asegurarnos de que el vehículo no ha perdido ni tiene un nivel demasiado bajo de esta sustancia. Para asegurarte debes localizar el depósito de refrigeración, que se encuentra en el compartimento del motor. Suele ser un recipiente de plástico transparente con un tapón azul o negro.

A primera vista, sin desenroscar el tapón, podrás comprobar el nivel de líquido refrigerante, al estar a la vista en su depósito. El nivel ha de estar entre el mínimo y el máximo y nunca debe llenarse del todo. Si se pretende realizar un viaje largo se aconseja llevar en el coche una botella con líquido refrigerante.
3. Revisión de las PASTILLAS y el LÍQUIDO DE FRENOS
Y llegamos a los frenos. Que como es lógico es fundamental que funcionen bien para nuestra seguridad. Para ello debemos asegurarnos de que la presión del líquido de frenos esté al nivel correcto. Es tan sencillo como pisar a fondo el pedal del freno y comprobar si baja el nivel del vaso de expansión.

Hay que aclarar que el nivel del líquido de frenos nunca debería disminuir. De ser así, el nivel bajo del líquido de frenos podría deberse a dos razones:
- El desgaste normal de las pastillas de frenos: las pastillas de freno son uno de los elementos que debemos cambiar cada cierto tiempo. Si esta es la razón deberás sustituirlas. Cuando lo hayas hecho, el nivel volverá a subir automáticamente, por lo que no será necesario rellenar el depósito.
- Fuga: En el caso de que fuese por una fuga en el circuito de los frenos deberías acudir inmediatamente a un mecánico profesional, ya que el coche podría fallarte al frenar.

Además, para comprobar que el líquido de frenos está en perfecto estado, debes cerciorarte de que su color es amarillo y que se encuentra entre las dos marcas de máximo y mínimo. Y es recomendable cambiarlo cada dos años, ya que, con el tiempo, pierde resistencia al calentamiento.
4. Cómo reponer el LÍQUIDO LIMPIAPARABRISAS
Solemos olvidarlo con frecuencia y no darle toda la importancia que tiene. Pero una buena visibilidad es fundamental para poder conducir con seguridad. Para ello es necesario que compruebes el buen funcionamiento y estado de las escobillas del limpiaparabrisas (que la goma no esté pasada). Y también comprobar el nivel del líquido limpiaparabrisas. Algo que podemos realizar con un simple vistazo al depósito ubicado bajo el capó.

Debes llenarlo de nuevo si necesita un líquido adecuado -que puedes encontrar en cualquier gran superficie o en tiendas de recambios-. Y, si no dispones de uno de estos líquidos de limpieza específicos, puedes rellenarlo con agua del grifo, aunque no es lo más recomendable.
5. Revisar los NEUMÁTICOS de tu coche: fundamental para la seguridad
Los neumáticos también son de suma importancia, ya que de ellos depende el agarre de nuestro vehículo al asfalto. Por eso es fundamental vigilar su desgaste y cambiarlos cuando sea necesario.

Empieza por comprobar que su dibujo no baja de 1,6 milímetros de profundidad, aunque es recomendable que supere los 2 milímetros. Para ello puedes utilizar la clásica moneda de 1 euro y observar que cubra toda la parte dorada del borde. También podrás utilizar un calibre -si quieres ser más exacto-, o bien mirar los testigos o pelos de caucho. Cerciorándote de que no sobresalgan dentro del surco.
En cuanto a la presión de las ruedas, cuando estén fríos los neumáticos, sigue las instrucciones del fabricante para comprobarla con un manómetro (que encontrarás en cualquier gasolinera, aunque puedes comprar también uno digital a precios muy competitivos).

Además, deberás observar que no haya bultos, cortes o golpes visibles en las ruedas. Y, si vas a llevar mucho peso en el viaje, añade 200 gramos a la presión recomendada por el fabricante.
No nos debemos olvidar tampoco de la rueda de repuesto. Debemos comprobar su estado y su presión, equiparándola siempre a la presión más alta de las ruedas que tengamos montadas en el vehículo. De forma que, si tenemos la desgracia de pinchar, podremos colocarla con una presión correcta y proseguir nuestro viaje sin más contratiempos.
6. Cómo poner a punto las LUCES de tu coche
Como decíamos en puntos anteriores, la visibilidad es capital a la hora de conducir. Por eso es importante verificar el alineado de las luces de los faros y corregirlo si es necesario. Así aseguraremos nuestra visibilidad en carretera en condiciones adversas y evitaremos también deslumbrar al resto de conductores.
Para calibrarlas empieza por colocar el coche frente a una pared. Enciende las luces del coche y marca la parte más alta del haz de luz en la pared con un lápiz. Retira el vehículo unos seis metros y haz una nueva marca para comparar.

El reglaje es correcto si la segunda marca se encuentra un 10% por debajo de la primera y al mismo nivel. Consulta el manual de tu vehículo para saber dónde están los tornillos reguladores o si incluso los puedes ajustar desde el interior.
Además de estos seis puntos de revisión te recomendamos que compruebes que llevas en el coche todo lo necesario para emprender el viaje: un gato -imprescindible para los pinchazos-, chaleco reflectante, kit anti-pinchazos -en caso de no contar con rueda de repuesto-, y los triángulos de emergencias para señalar debidamente tu vehículo en caso de tener que parar por cualquier percance. Además, no olvides tener tu seguro en vigor. Y si no es así, contrata un seguro por días para tener disponible el coche durante el viaje.
Una vez hayamos hecho todas estas comprobaciones básicas ya tendremos nuestro coche listo para salir de viaje con absoluta tranquilidad y disfrutar esas merecidas vacaciones en el destino deseado.

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