Hoy el récord de velocidad en tierra está en 1.227 km/h, pero en 1966 un loco llamado Neil Thompson lo colocó en 466 km/h a los mandos de un vehículo mutante construido a partir de un Studebacker de 1953 y un Corvette azul. El próximo mes de agosto este engendro de Mad Max saldrá a subasta en la reunión anual de Pebble Beach (California). Los coleccionistas más ricos ya sueñan con él.

En 1966 un pirado llamado Neil Thompson batió el récord de velocidad en tierra consiguiendo alcanzar los 466 km/h a los mandos de un vehículo mutante construido a partir del bastidor de un Studebacker de 1953, al que le añadió el morro aerodinámico de un Corvette azul.
Es importante valorar cómo se debe el récord alcanzado por Thompson en 1966, aunque en estos momentos el ranking de velocidad se encuentra encabezado por el ThrustSSC y sus 1.227,985 km/h conseguidos en octubre de 1997. Este vehículo fue el primero en romper la barrera del sonido.
Un vehículo propio de Mad Max

Este récord se consiguió en el lado salado de Bonneville en Utah (Estados Unidos), un lugar que ya es legendario y sagrado para los amantes de la velocidad extrema y donde otro montón de locos como Thompson han intentado ser los más rápidos de la historia, algunos de ellos con fatales consecuencias.
El vehículo mutante de Neil Thompson, más propio de la película Mad Max y que llevaba pintado el número 400 en sus laterales, equipaba cuatro salidas de escape debajo de cada puerta, una gran cantidad de ranuras en las aletas traseras y un orificio trasero por el que debía salir y desplegarse el paracaídas que hiciera posible que aquel engendro pudiera llegar a detenerse.
Para “calentar” Thompson decidió realizar dos pasadas sobre la pista salina de Bonneville, una en cada dirección, a una velocidad máxima de 438 km/h, para finalizar con una tercera pasada que puede calificarse de suicida en la que consiguió que su “mutante” se hiciera con el récord consiguiendo una velocidad máxima de 466 km/h.
Después de aquella inverosímil hazaña el vehículo desapareció.

Un desaparecido engendro a subasta
Neil Thompson murió en 2012 sin saber qué es lo que había sucedido con aquel engendro con el que había batido el récord de velocidad en 1966, porque el mix de Studebacker y Corvette azul desapareció sin dejar pistas. Nadie sabe quién se lo llevó y a dónde, pero quien lo hizo seguramente sabía que aquel vehículo podía tener muchos compradores.
Hace aproximadamente un año este mutante reapareció de nuevo en muy buen estado y con todos sus elementos originales, incluso con su dorsal 400 todavía visible en su lateral, convirtiéndose en un clásico de ensueño para cualquier coleccionista ávido de sumar a su garaje un vehículo exclusivo.

El próximo mes de agosto está previsto que Gooding & Co. ponga a subasta el mutante de Neil Thompson. Será en la reunión que todos los años tiene lugar en la localidad de Pebble Beach (California), en la que tradicionalmente se dan cita los mejores clásicos a nivel mundial y por supuesto un buen número de compradores llegados a California desde todas las partes del mundo.
¿Su precio? Por el momento es una incógnita que se encuentra guardada a buen recaudo, pero seguramente alcanzará las tres cifras. ¿Su actual propietario? Ese es otro de los secretos que los responsables de Gooding & Co. no quieren desvelar.

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