En la vida es de bien nacidos ser agradecidos. El refrán lo ha cumplido a la perfección Pasquale Rizzo, que dejó antes de fallecer toda su fortuna a su perro Tor, su mascota desde hacía siete años y que en 2014 le había salvado la vida. Ahora el can es millonario y no acabará en un refugio, como temía su propietario.
En ocasiones nuestras mascotas nos marcan tanto en nuestra vida que estamos dispuestos a darlo todo por ellas. Eso mismo le sucedió a Pasquale Rizzo, un jubilado italiano que con 83 años encontró a un perro de raza caniche en los alrededores de su casa, en un barrio a las afueras de Milán.
Rizzo no dudó en acoger y ofrecer un hogar a Tor, y ambos estrecharon lazos de tal forma que con el tiempo se convirtieron en amigos inseparables, en familia. El amor que sentía el can por su mejor amigo humano quedó bien reflejado hace tres años, cuando en esta ocasión, le tocaría al animal salvar a su dueño.
En ese momento, un ataque al corazón casi termina con la vida de Rizzo, pero los ladridos de Tor alertaron a los vecinos de que algo sucedía. Finalmente, la ambulancia llegó a tiempo tras la llamada de éstos y el anciano pudo salvarse de milagro gracias a su mascota.
Este hecho caló de tal forma en Pasquale Rizzo, que tras su recuperación, se encargó de asegurar el futuro de su perro, ante la posibilidad de que éste terminara sus días en un refugio de animales al no tener ningún otro familiar que pudiera hacerse cargo.
La decisión estaba tomada. Rizzo iba a destinar su fortuna valorada en un millón de euros a su perro y así lo solicitó expresamente en su testamento. Ahora, el anciano italiano ha fallecido a los 90 años y sin ningún pariente o hijo, su mascota ha sido finalmente la heredera en su testamento. Una manera de agradecer lo que ésta hizo por él aquel día en el que su vida pendía de un hilo.
Debido a que el ordenamiento jurídico italiano no permite que los animales puedan recibir herencias, la justicia italiana nombró como heredero a una persona para que ésta cumpliese el deseo y la voluntad de Rizzo como testador, de asegurar el futuro de su mascota.
Por el momento, Tor, que ha pasado de vivir en la calle a convertirse en millonario en siete años, se encuentra viviendo en unas instalaciones en las que recibe todos los cuidados que necesita. Que una familia le adopte en un futuro podría ser una opción según declaró la persona encargada de su protección al medio italiano La Reppublica.
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Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA
Que linda historia, aunque algo poco inusual.
Gracias por compartirla.