Cada vez más propietarios, jinetes y centros hípicos se preocupan por el bienestar y la salud de sus caballos y de esta forma junto a la alimentación y los cuidados veterinarios las técnicas de masajes terapéuticos, hidroterapia, acupuntura o monta natural sin herrajes ni hierros, se han convertido en habituales en un mundo equino que está evolucionando hacia una nueva relación entre jinete y caballo.
Es fácil comprobar que el mundo del caballo está sufriendo una revolución en cuanto a bienestar de los animales se refiere. Hasta ahora muchos propietarios se limitaban a dar libertad a sus caballos como complemento a los trabajos de monta, por lo que era frecuente observar cómo los animales se marchaban cansados y tensionados a sus paddocks y boxes.
Actualmente la visión está cambiando y los propietarios invierten parte del tiempo de trabajo en darles cuerda para ayudarles a tonificar, lo que junto a un ejercicio adecuado, adecuadas relaciones sociales con otros caballos y una mejor alimentación han cambiado de forma importante la vida de algunos equinos.
Cada vez es más común invertir en la recuperación y rehabilitación de animales que han sufrido sobrecargas o lesiones, apareciendo disciplinas que como la hidroterapia han demostrado que son las mejores opciones para el tratamiento sin medicamentos de músculos, ligamentos, tendones y huesos.
La hidroterapia como solución
La hidroterapia surge como alternativa a la fisioterapia y rehabilitación tradicionales, proporcionando una solución a los problemas de caballos que han tenido que retirarse por una lesión músculo-esquelética.
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Los tratamientos que se aplican en esta disciplina ayudan a recuperar y mejorar de manera notable el rendimiento físico, reduciendo además los tiempos de recuperación, sobre todo cuando se trata de problemas articulares.
Esta disciplina se basa fundamentalmente en la realización de ejercicios dentro de una piscina circular. Aquí un veterinario o entrenador especializado somete al caballo a un ejercicio físico moderado, con el fin de fortalecer la musculatura sin forzar ligamentos ni tendones.
La piscina puede ser más o menos profunda en función de si el entrenador considera que el caballo necesita nadar para mejorar su recuperación o si solo precisa ejercitarse en un agua más somera.
En estos procedimientos cobra mucha importancia la temperatura del agua, ya que en entornos fríos o calientes se logran distintas reacciones. El agua fría promueve unas reacciones a nivel celular, en las estructuras de los vasos sanguíneos y analgésicas, que permiten que los animales entrenen sin llegar a desarrollar dolor y que se traduce en efectos positivos en cuanto al proceso curativo.
Esta terapia debe realizarse dos o tres veces a la semana, aportando unos cambios muy positivos en el caballo y su bienestar sin dejarlo cansado para el entrenamiento. Los expertos afirman que una sesión de trabajo en piscina de 20 minutos se asemeja a casi dos horas de ejercicio en la pista, todo ello sin forzar articulaciones y ligamentos.
A estos beneficios hay que sumar la eliminación de los movimientos de impacto por la mayor densidad del agua y el desarrollo de una buena capacidad pulmonar, que hace que los animales que son sometidos a hidroterapia desarrollen una gran capacidad cardiorrespiratoria, algo que de cara a la competición puede ser una gran baza.
Los propietarios invierten en sus caballos
Cómo ya hemos comentado los cambios en el mundo del caballo y la preocupación por su bienestar son evidentes. No es sólo que algunos animales se hayan convertido en mascotas, por lo que la relación con los dueños es mucho más estrecha y saludable, sino que cada vez los caballos de trabajo y competición ven cómo se modifican parte de sus pertrechos y utensilios con el fin de disminuir el sufrimiento y los daños derivados de una monta “tradicional”.
Ahora en muchos centros hípicos observamos filosofías mucho más respetuosas con los animales, favoreciendo que los caballos permanezcan juntos en los paddock y que desarrollen relaciones sociales hasta llegar a ser una manada, lo que sin duda tiene para ellos importantes efectos psicológicos.
Además, es común entre los nuevos jinetes y muchos de los antiguos invertir más dinero en quiroprácticos y podólogos equinos, eliminando en algunos casos las herraduras y los hierros en la monta para favorecer una relación más respetuosa con el animal en la que el entendimiento y no el sometimiento sea la norma.
Estos mismos propietarios invierten en masajes terapéuticos, acupuntura, hidroterapia e incluso en sesiones de solarium, que mejoran el estado de ánimo y la relajación de los animales, incrementando el rendimiento a la hora de competir y su actividad física.
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