El sistema linfático juega un papel fundamental en la salud y bienestar de los caballos. La función del sistema linfático es evitar las infecciones y mantener un correcto equilibrio de líquidos en el organismo. Un incorrecto funcionamiento de este sistema se traducirá en mayor riesgo de enfermedades y en acumulación de líquidos (edemas linfáticos o linfedemas) en las extremidades.

El desconocido sistema linfático es el encargado de realizar el drenaje de toxinas, de mantener un correcto equilibrio de líquidos en el cuerpo y de ayudar a combatir, en colaboración con el sistema inmunológico, todo tipo infecciones.
A través de los vasos linfáticos la linfa transporta nutrientes, deshechos y linfocitos vitales para evitar que los patógenos puedan prosperar en el organismo, pero además de estos vasos circulatorios primarios el sistema linfático también está formado por los ganglios y por dos órganos linfoides, como son el bazo y las amígdalas.
Problemas con la linfa
La linfa es un líquido transparente o de tonalidad lechosa que circula por todo el organismo a través de los vasos linfáticos y de forma paralela a los capilares arteriales que surten de nutrientes a las células.
A diferencia de las arterias que conducen la sangre los vasos linfáticos carecen de masa muscular, lo que provoca que la linfa circule por ellos a baja velocidad y que esta circunstancia pueda provocar la aparición de «atascos».

Además, circunstancias externas como traumas, lesiones o secuelas postoperatorias, pueden contribuir al deterioro de los vasos linfáticos y a procesos inflamatorios que ralenticen aún más la circulación de la linfa.
Por otro lado, en caballos sanos los largos periodos de inactividad puede provocarles hinchazón en las patas, una circunstancia que nos advierte de que el líquido linfático (linfa) se está acumulando anormalmente en las extremidades. Este trastorno recibe el nombre de linfedema o edema linfático
Esta inflamación viene provocada porque las bacterias se filtran al tejido conjuntivo subcutáneo, lo que hace que las patas se hinchen, aumenten de temperatura y muestren sensibilidad al tacto.
Cuidado con las patas traseras
Por regla general en los casos de linfedema las patas traseras suelen ser las extremidades más afectadas. La razón es que se encuentran situadas a mayor distancia del corazón, lo que hace que el riego sanguíneo sea más lento y que el líquido linfático pueda atascarse con mayor facilidad en la zona comprendida entre el corvejón y el espolón.
En los caballos salvajes prácticamente no existen problemas con el sistema linfático y la explicación es que estos ejemplare pueden llegar a caminar hasta 20 kilómetros diarios, el mayor problema se produce en los caballos estabulados que a diario realizan un rango de movimientos muy bajo, inferior a los tres kilómetros, que es insuficiente para que el sistema linfático pueda operar a pleno rendimiento.

La aparición de un edema linfático es el primer síntoma de que algo no funciona correctamente y que se hace necesaria la intervención del veterinario para evitar la aparición de la llamada «pata de elefante», que no es otra cosa que una inflamación o de carácter crónico.
Cómo tratar problemas linfáticos en caballos
Al menor síntoma lo principal es buscar la colaboración del experto veterinario, que propondrá el tratamiento más adecuado para evitar que los líquidos acumulados se conviertan en tejidos conjuntivos rígidos.
Para detectar las patas hinchadas es aconsejable controlar las extremidades con regularidad y medir el perímetro de la caña por encima del menudillo antes y después de la realización de ejercicio. La diferencia entre ambas mediciones nos muestra cuánto se han hinchado las patas en el periodo de descanso.

Si existe un problema en el funcionamiento del sistema linfático el veterinario o el especialista en este tipo de técnica puede llevar a cabo un drenaje linfático para estimular que la linfa acumulada pueda volver a fluir con normalidad. Después del masaje la aplicación de vendas de compresión en las patas afectadas contribuirá a que la fluidez de la linfa se mantenga.
En aquellos casos en los que el edema linfático tenga un carácter agudo no es aconsejable el masaje, porque ello provocaría que las bacterias acumuladas puedan propagarse por todo el sistema sanguíneo, por lo que primero será necesario un tratamiento antibacteriano.
Como siempre la prevención es el mejor consejo para evitar la aparición de trastornos linfáticos y el ejercicio diario de intensidad media es en estos casos la mejor medicina.

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