A mediados de los sesenta la Guardia Civil puso en servicio 86 unidades del Citroën 2CV Sahara, un curioso vehículo todoterreno que incorporaba dos motores, delantero y trasero, que le permitían ofrecer tracción total. El 2CV Sahara, que equipaba dos depósitos de gasolina bajo los asientos delanteros, podía competir en precio, peso y prestaciones, con los Land Rover y los Jeep Willis.

A lo largo de su historia la Guardia Civil ha dispuesto de infinidad de vehículos, algunos tan legendarios como los Renault R-4, Land Rover o los Nissan Patrol, pero no debemos olvidarnos en esta historia de los 86 Citroën 2CV Sahara que la Benemérita recibió a medida de los sesenta, una versión muy especial, curiosa y extraña que nunca se comercializó a clientes particulares.
El 2CV Sahara, que incorporaba dos motores y cuatro ruedas motrices, fue desarrollado por Citroën como alternativa a los Land Rover y los Jeep Willis, teniendo en cuenta que si hay una marca europea con experiencia en la tracción integral y la pruebas off-road esta es Citroën, que durante años protagonizó muchas de las travesías de aventura por el desierto africano.

2 CV Sahara: Una idea de bricolaje
Durante dos décadas los 2CV Sahara dieron movilidad a la Guardia Civil en entornos rurales. Estos vehículos fueron desarrollados sobre una idea del ingeniero francés Maurice Bonafous, que montó en el maletero de su 2CV un segundo motor que se encargaba de aportar fuerza y tracción al tren posterior. Y lo auténticamente extraordinario de aquel “invento” de bricolaje es que funcionó.
En 1958 Citroën decidió poner a prueba los primeros prototipos del 2CV 4×4 de Bonafous. El resultado era un vehículo muy sencillo y ligero que conseguía moverse en terrenos de arena con una gran soltura y que podía sortear pendientes del 40% cargado con sus cuatro ocupantes.
A su favor estaba un peso y un PVP inferior al de los todoterrenos convencionales y que se trataba como todos los 2CV de un vehículo con muy bajo mantenimiento, algo imprescindible cuando se trata de unidades destinadas a patrullajes que apenas tienen un descanso, de ahí que la gendarmería francesa, los servicios médicos de alta montaña y las petroleras con explotaciones en el desierto fueran los primeros clientes del 2 CV Sahara, junto con la Guardia Civil.

Un auténtico chollo: Los 2CV Sahara de la Guardia Civil
Las unidades de la Benemérita fueron producidas en Vigo entre julio y diciembre de 1964 y una parte de ellas -se calcula que unas 15- se destinaron a servir de “almacén” de recambios para las 86 unidades que finalmente entraron en servicio. Cada una de las unidades se compró con un descuento del 35%. Un auténtico chollo.
Los 2CV Sahara de la Guardia Civil se pintaron en el color verde habitual de este Cuerpo, llevaban la rueda de repuesto situada sobre el capó, dado que el maletero estaba ocupado por el segundo motor, tenían las aletas traseras “recortadas” para facilitar el cambio de neumáticos y en el portón trasero llevaban una abertura con ventilador a la vista para que el motor trasero pudiera respirar.
Aunque quizá su mayor novedad fuera que bajo los asientos delanteros contaban con dos depósitos de combustible de 15 litros cada uno, a los que se podía acceder a través de las correspondientes tapas situadas en las puertas.
Cada uno de los motores del 2CV Sahara tenía una cilindrada de 425 cc y una potencia de 24 CV y para ponerlos en marcha era necesario activar dos contactos diferentes (eran necesarias por lo tanto dos llaves) que estaban situados a la izquierda del cuadro de mandos.

Además, también eran necesarias dos cajas de cambio que podían manejarse con una única palanca, una solución que requería una sincronización mecánica diga de tener muy en cuenta.
Un Citroën a precio de Ferrari
En situaciones normales el 2CV Sahara podía funcionar con un solo motor, aunque para alcanzar la velocidad máxima de 110 km/h era necesario que los dos propulsores entraran en funcionamiento, más todavía cuando las condiciones del terreno exigían máxima tracción. Por todos estos motivos pesaba 735 kg, unos 260 kg más que un 2CV convencional.
El principal problema, junto a los desequilibrios en el funcionamiento de ambos motores, era el ruido interior. ¿Se figuran dos motores funcionando de forma simultánea y sin ningún tipo de insonorización? Conversar y entenderse en el interior de un 2CV Sahara seguro que no era sencillo, por no hablar del calorcito en verano.

Estos vehículos de Citroën aguantaron en servicio casi veinte años, pero poco a poco los recambios se terminaron en Vigo y la presencia de otros modelos con mejores prestaciones y confort relegaron a los 2CV Sahara a los desguaces o a los coleccionistas de clásicos.
Se calcula que se construyeron unas 700 unidades, de las cuales se conservan una treintena más o menos, lo que provoca que su precio en el mercado de los clásicos se aproxime a los 100.000 euros, más o menos como un Ferrari Testarossa, aunque en una de las últimas subastas las pujas por un 2CV Sahara llegaron a superar los 172.000 euros.

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