La historia de la automoción está repleta de nombres propios, pero cuando hablamos de automóviles deportivos cuatro nombres brillan en Italia con luz propia: Enzo Ferrari, Ferruccio Lamborghini, Alfieri Maserati y Alejandro de Tomaso. El último de ellos encabezó la firma que firmó deportivos tan emblemáticos como el Mangusta o el Pantera.
De una forma u otra los automóviles deportivos siempre han sido el oscuro “objeto de deseo” de todas las marcas norteamericanas y por esta razón en 1969 Ford Motor andaba por Europa a la caza y captura de una firma italiana con fama en el mercado de los automóviles deportivos.
Unos años antes Enzo Ferrari había rechazado todas las ofertas del gigante USA, pero en esta ocasión De Tomaso se puso a tiro gracias a que su prototipo Pantera entraba dentro de los planes de la firma de Detroit.
Primero fue el Mangusta
De Tomaso Automobili había sido fundada en 1959 en Módena por el constructor argentino Alejandro de Tomaso y a lo largo de su historia firmó modelos emblemáticos que han pasado a la memoria colectiva de los fans de la automoción (Vallelunga, Mangusta, Pantera, Deauville, etc), además de varios prototipos de automóviles de competición, incluyendo en 1970 un monoplaza de F-1 para el legendario piloto Frank Williams.
La llegada de Ford a De Tomaso supuso la entrada de la marca norteamericana en el accionariado de la firma italiana, además de un acuerdo de suministro de motores y un contrato para la distribución del nuevo De Tomaso Pantera en Estados Unidos a través de la exclusiva red comercial de Lincoln-Mercury. Los acuerdos con Ford se acabarían rompiendo en 1974.
La idea de Ford era ofrecer un deportivo por un precio no superior a los 10.000 dólares y que fuera capaz de competir con el Chevrolet Corvette de su gran rival General Motors. El Pantera fue presentado oficialmente en marzo de 1970 y unas semanas después debutó en el Salón del Automóvil de Nueva York. Entre 1971 y 1974 llegaron a Estados Unidos unos 6.000 De Tomaso Pantera, uno de ellos fue propiedad del cantante Elvis Presley.
Pero antes de convertirse en accionista de referencia en De Tomaso, Ford ya había colaborado en el desarrollo del Mangusta, un modelo anterior al Pantera y que había sido diseñado por el mismísimo Giorgetto Giugaro, que en esa época compaginaba trabajo en la firma carrocera Ghia, que fue propiedad de De Tomaso antes de ser adquirida finalmente por Ford.
El De Tomaso Mangusta incorporaba un motor Ford V8 de 289 CV para el mercado europeo y de 302 CV para el norteamericano, mientras que el motor del Pantera era el denominado “Cleveland V8”, un propulsor que llegó hasta los 500 CV y que era similar al que montaba el Ford Mustang.
Un gigante con pies de barro
Gracias al éxito comercial de su modelo Pantera, De Tomaso decidió entrar en el negocio de las dos ruedas con la compra de Moto Guzzi en 1972. Por otro lado, en 1975 adquirió a la francesa Citroën el 30% de Maserati, mientras que el 70% restante quedaba en manos del gobierno italiano.
Se trataba de dos operaciones de “salvación nacional” destinadas a evitar la desaparición de dos marcas muy importantes para la economía de Italia, pero que acabaron poniendo en riesgo la supervivencia de la propia De Tomaso.
En el mismo sentido en febrero de 1976 De Tomaso se lanza a una nueva operación con la compra del 45% de Innocenti a BMC, aunque posteriormente acabaría vendiendo todos sus activos en Maserati e Innocenti al Grupo Fiat.
En 1990 De Tomaso puso fin a la producción del Pantera, un modelo que sería reemplazado por el Biguá. Finalmente, en julio de 2012 y tras la muerte de Alejandro De Tomaso en mayo de 2003, la firma italiana fue declarada oficialmente en bancarrota.
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