¿Cómo evitar que mi caballo sufra quemaduras por el sol?

El efecto de los rayos ultravioleta sobre la piel de los equinos puede ser tan perjudicial como en los humanos. Descamación, rojez, dolor e incomodidad son los síntomas más leves de una quemadura por sol en nuestro caballo. Te explicamos cómo evitarlo y cómo tratar las quemaduras en caso de que el caballo las sufra.

caballo expuesto a los rayos del sol que podría sufrir quemaduras

¿Quién dijo que los caballos a pleno sol no pueden llegar a quemarse? En este sentido entre muchos propietarios perdura el error de que los caballos pueden permanecer al sol sin ningún problema, convencidos de que su capa de pelo les protegerá de las quemaduras cutáneas.

Viviendo en un país con un clima tan soleado como España tendemos a dar por sentados algunos puntos acerca de las medidas de seguridad que hemos de tomar respecto a los rayos del sol y sus efectos sobre la piel. Del mismo modo que solemos olvidar que los animales, al igual que los seres humanos, también se exponen a la radiación ultravioleta y sus efectos durante las épocas de más sol. Si te lo estás preguntando aún la respuesta es sí, el sol puede ser dañino para los caballos.

Así lo explica la doctora Janet Littlewood, veterinaria especialista en dermatología equina, en una entrevista de la revista británica Horse & Hound. En la misma, afirma que la pigmentación en el cabello y la piel protege contra la penetración de la luz ultravioleta, por lo que “cualquier caballo no pigmentado o un animal con áreas de piel blanca es más propenso a daños por quemaduras solares”.

En muchos propietarios existe la falsa creencia de que los caballos pueden permanecer en verano a pleno sol sin ningún problema, pero lo cierto es que una intensa y prolongada radiación solar puede provocarles lesiones cutáneas de importancia. Para evitarlo los caballos estabulados en prados deben disponer de arbolado o de zonas artificiales de sombra.

Hay que advertir a estos propietarios que esta afirmación es totalmente falsa y que en el caso de los caballos las quemaduras en la piel pueden aparecer si existe una radiación solar demasiado intensa y los animales carecen de sombra.

Además, es importante tener en cuenta que cuando existen “zonas calvas” o con poco pelo en el cuerpo de los animales se hace necesario protegerlas con productos antisolares, porque en esos casos la debilitación cutánea reduce la capacidad de estas zonas frente a la radiación solar.

Qué calor puede soportar un caballo

Lamentablemente, en nuestras salidas ecuestres es frecuente observar cómo en las horas más calurosas de un día de verano siempre hay caballos que permanecen al sol sin ningún tipo de protección.

Podemos estar seguros de que si los animales pudieran moverse libremente no estarían en ese mismo lugar y a esa misma hora, pero como se encuentran prisioneros y no pueden cambiar de hábitat no les queda otra que aguantar y beber todo lo que puedan para refrescarse.

Todos los propietarios deben saber que la temperatura rectal de un caballo oscila de forma normal entre los 37,5 y 38,5ºC, y que a partir de 41ºC los daños para su salud pueden llegar a ser irreversibles.

quemaduras de un caballo por el sol

Con la llegada del calor los caballos mudan su capa de pelo y es el momento para proceder al recorte de crines con el fin de que el animal pueda encontrarse más cómodo y con menos sensación de calor.

Esta operación será muy útil para proceder al desenredado, limpieza en detalle y saneamiento de las crines y de la cola. Es un trabajo que es necesario hacer con cierta asiduidad, porque al final del mismo es seguro que la imagen y salud de nuestro caballo habrán mejorado.

Finalmente, en verano es importante evitar que los caballos realicen trabajo intenso a pleno sol, porque con ello pueden llegar a perder hasta un 10% de su peso corporal a través de la sudoración, un efecto que se puede acelerar en climas cálidos y húmedos, con un riesgo claro de deshidratación y de golpe de calor.

¿Qué partes del caballo son más sensibles a las quemaduras por sol?

Hay que señalar que, a pesar el mayor riesgo se produce durante los meses de verano -especialmente para los caballos que pastan libremente al aire libre-, la luz solar también puede causar perjuicios a su piel durante el resto del año. Con un mayor riesgo de sufrir daños por sol en el rostro -especialmente en el hocico y alrededor de los ojos-, así como en los oídos y en la zona de los talones, ya que es donde los caballos suelen tener una menor densidad de pelaje, o incluso zonas sin él.

hocico y nariz de caballo quemados por el sol

Por esta razón el solo puede afectar a todas las razas de caballos -ya que todos tienen zonas con menos pelo-, pero los dueños de caballos de pelaje corto o poca densidad del mismo deben ser especialmente cuidadosos con la exposición al sol del equino.

¿Qué daños producen las quemaduras solares en los caballos?

En la mayoría de los caballos, el único daño causado por las quemaduras solares son similares a los que sufrimos nosotros mismos: incomodidad ocasional, enrojecimiento y descamación de la piel. Sin embargo, el daño repetido por exposición al sol podría acabar generando problemas graves a nuestro caballo.

Puede provocar engrosamiento y descamación en la superficie de la piel (queratosis).  Lo que a veces puede transformarse en cáncer de piel, carcinoma de células escamosas”, dice.

Según la doctora Littlewood la exposición a la luz ultravioleta también tiene efectos adversos sobre los mecanismos inmunes de la piel. Por lo tanto, los caballos con patas blancas tienden a sufrir más problemas con infecciones, como la foliculitis bacteriana y la fiebre del barro”. Condiciones que podrían empeorar y ser más difíciles de tratar si no las atajamos a tiempo.

proteger a caballos de quemaduras

¿Cómo prevenir las quemaduras solares en caballos?

Es importante que nos aseguremos de que nuestro caballo siempre tenga zonas de sombra donde pastar y pasar su tiempo al aire libre. Que pase muchas horas al sol, sobre todo en las horas de mayor calor, es casi una garantía de quemaduras si no tiene dónde protegerse.

Si nuestro caballo pasa la mayor parte de su tiempo en la cuadra estará protegido. Pero esto no debe hacer que nos confiemos. Especialmente en verano, cuando los rayos de sol inciden de forma más intensa, hay que tener cuidado con el animal. Que pase mucho tiempo expuesto al sol durante las horas cercanas al mediodía podría poner a prueba su piel.

Existen cremas solares específicas para caballos, aunque muchos propietarios prefieren usar directamente productos de protección solar normales (sobre todo las infantiles de alto factor de protección). Si optas por esta opción asegúrate de que la crema o loción no contenga ningún producto o componente que pueda dañar al animal o causarle alguna reacción. Lo ideal es aplicarles crema en el hocico y zonas más sensibles media hora antes de ponerse bajo el sol. Y luego repetir la aplicación cada 2 horas.

Además existen máscaras para la cabeza y la boca, así como mantas que pueden aliviar a nuestro caballo de la exposición directa al sol en zonas sensibles. 

caballo al sol

Sombra y ducha

Lo aconsejable cuando los caballos permanecen en el exterior es que dispongan de arbolado natural que les brinde protección frente al sol a cualquier hora del día, o que en su caso existan parasoles u otros dispositivos artificiales que les puedan proporcionar la necesaria sombra. En caso contrario lo mejor será recogerles al amparo de un box o de una cuadra.

Por otro lado, cuando en verano decidimos refrescar a nuestro caballo con manguera lo primero a tener en cuenta es que la presión del agua no sea excesiva, porque en ese caso la ducha no le va a gustar demasiado. Además, nunca apuntaremos con el chorro directamente a la cabeza, evitando con ello que el agua pueda entrar en el interior de ojos, orejas, ollares, etc.

Siempre comenzaremos la ducha por los cascos de forma que el animal pueda ir adecuando su temperatura corporal sin brusquedades, e iremos ascendiendo por las patas hasta llegar al vientre, el pecho y el lomo.

Tras este baño refrescante y reparador eliminaremos el agua sobrante para evitar que se acumule sobre la piel la humedad y el calor provocados por la evaporación y llevaremos el animal a la sombra para que descanse.

Al final de la ducha y del secado podemos proceder a una revisión visual del caballo con el objetivo de localizar posibles lesiones cutáneas causadas por insectos, ácaros o garrapatas, con el fin de señalizarlas y acudir posteriormente al veterinario para su tratamiento.

¿Qué hacer si mi caballo se ha quemado por el sol?

Cuando la prevención llega demasiado tarde y el caballo ha sufrido quemaduras por el sol lo más recomendable es acudir a un veterinario. Sobre todo en los casos en que la piel del equino presente ampollas o esté supurando

El tratamiento general para las quemaduras leves de un equino consiste en lavar con agua salina (agua con sal común) las zonas quemadas para eliminar las costras y aplicar un poco de yodo. Después, una vez esté seca la zona, aplicar una crema o loción hidratante. Aunque también es habitual el uso del aceite de oliva para la hidratación de la piel, dadas sus propiedades balsámicas. En cualquier caso, si se presentan síntomas de infección, lo más probable es que el veterinario también recete la administración de antibióticos.

Una vez estemos aplicando el tratamiento para la recuperación de nuestro equino es importante que vigilemos de cerca si evoluciona satisfactoriamente y las quemaduras remiten. De no ser así, habrá que acudir al veterinario de nuevo, ya que el animal podría sufrir de un caso de fotosensibilización o fotosensibilidad.

cabalgando al sol

¿Qué es la Fotosensibilización en caballos?

La fotosensibilización es una condición en la que la piel reacciona anormalmente a la luz ultravioleta. Se produce en diversas especies, pero principalmente en caballos, ganado bovino y ovejas. Siendo la piel no pigmentada la más comúnmente afectada por esta dolencia.

Puede venir causada si el animal ingiere una planta que contenga alguna sustancia fotosensible, presentes en algunas drogas y medicinas, en tintes y plantas -como el trigo sarraceno, en el caso de los caballos-.​ Aunque también puede venir causada de forma directa por daños en el hígado, disparándose en la piel por el efecto de la luz UV, que genera la formación de radicales libres que dañan la piel del animal. Lo que en último término produce úlceras, necrosis y desprendimientos en la piel de los equinos.

El pronóstico para un caballo que sufra fotosensibilización primaria es bueno. Ya que se puede localizar y eliminar la causa subyacente. Y posteriormente tratar las llagas o daños de la piel que haya causado.

Como decíamos, también puede producirse fotosensibilidad cuando un caballo tiene daños hepáticos severos. Si el órgano no funciona correctamente no puede procesar la clorofila por completo. Lo que produce fililoeritrina fotosensible en los tejidos. En estos casos deberán llevar un tratamiento veterinario mucho más intensivo, buscando hasta qué punto han llegado los daños hepáticos y si son retornables.

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Jorge Monroy Criado

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