Deshidratación en caballos: ¿Es peligrosa? Todo lo que debes saber

La deshidratación puede ser mortal para los caballos. Te contamos cómo saber si un caballo está deshidratado y te damos algunos consejos, cuidados y medidas que puedes tomar para evitar que la salud del equino se resienta por falta de hidratación.

caballo deshidratado

Lo primero que has de saber acerca de la deshidratación en caballos es que este es un factor que puede producirse con suma facilidad en las estaciones de mayor temperatura y que no sólo afectará el rendimiento del caballo, sino que puede incluso llegar a poner en peligro su vida si los niveles de deshidratación son muy altos.

En países como España, donde las temperaturas que se alcanzan en verano superan en ocasiones los 40 ºC el peligro para los caballos es más que evidente. Máxime cuando compiten o realizan ejercicio físico intenso. Por eso debemos tomar las precauciones necesarias para mantener a nuestro caballo bien hidratado si no queremos que el animal sufra y mantenga un buen estado físico. Ya que puede ocasionar un grave problema para él.

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Cómo evitar la deshidratación en caballos

  1. El caballo debe siempre tener agua fresca y limpia disponible: es importante no restringir el acceso al agua a los caballos, especialmente durante las competiciones. Si se da la circunstancia de que tu caballo no quiere beber cuando viajas para competir puede deberse al cambio del sabor. En tal caso lleva siempre contigo varios bidones de agua. O bien opta por mezclar el agua con algo que le dé un sabor agradable para el equino, como el zumo de manzana.
  2. Basar la alimentación del equino en henolaje: puede ser una buena opción cuando tratamos con caballos que beben poco o presentan reticencias a hacerlo. Se trata de un forraje conservado que tiene mayor contenido de humedad que el heno normal. Lo que proporciona al caballo el agua que necesita su organismo para funcionar con normalidad, además de reducir el riesgo de que sufra un cólico (dolencia especialmente extendida entre estos animales). Si no disponemos de henolaje también podemos empapar con un poco de agua el heno.
  3. Enfría a tu caballo lo antes posible: después de galopar en días de especial calor, como los que suelen repetirse en verano, es conveniente reducir la temperatura del caballo lo antes posible para que no sude y deje de deshidratarse.
  4. Mantener al caballo a la sombra: principalmente en las épocas de mayor calor, y especialmente cuando competimos. El equino debe estar a la sombra el mayor tiempo posible. Evitarás quemaduras y que el caballo se deshidrate por el calor. 
  5. Los electrolitos: deben utilizarse para ayudar a reemplazar las sales esenciales que pierde el cuerpo del equino a través de su sudor. Existen productos específicos. Puedes consultar a tu veterinario de confianza. 

Cómo medir o detectar la deshidratación del caballo

Existen varias formas de detectar que nuestro caballo puede estar sufriendo deshidratación o que presenta una falta de líquidos preocupante. Así puedes comprobarlo:

  • La prueba estándar e infalible es el plasma: una muestra de sangre tomada por el veterinario le permite saber cuál es el nivel de proteínas y glóbulos rojos en la sangre del caballo. 
  • Orina oscura: si el equino no orina durante mucho tiempo o cuando lo hace tiene un aspecto especialmente oscuro es que está deshidratado.
  • Aspecto de las membranas mucosas: si están congestionadas y tienen un aspecto rojizo es síntoma de deshidratación del caballo.
  • Desorientación: si el caballo se muestra desorientado, apático por su entorno o mareado es muy probable que sea por deshidratación. Llama al veterinario.
  • Falta de apetito: si el animal no quiere comer ni beber puede ser un síntoma de deshidratación.
  • Pellizcamiento: aunque muchos veterinarios ya descartan esta prueba para comprobar los niveles de hidratación del equino, durante muchos años se ha utilizado. Se comprime la piel del cuello y se cuentan los segundos que tarda en volver a la normalidad. También se opta por apretar las encías y observar el tiempo que tardan en recuperar su color.
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¿Por qué se deshidratan los caballos?

El caballo es uno de los animales con mayor capacidad para enfriar su organismo. Y la manera en que su cuerpo lo hace es a través del sudor, haciéndolo de forma más efectiva que ningún otro animal. El calor de su organismo disminuye no sólo mediante el sudor, sino también al acelerar la respiración. Algo que hacen de forma instintiva. En ambos casos, tanto una respiración acelerada como el sudor favorecen la deshidratación del caballo.

En el caso del sudor de los equinos hay que apuntar que éste es hipertónico. Es decir, contiene una mayor concentración de sales naturales que los propios fluidos corporales. Por lo que hemos de tener en cuenta que cuando nuestro caballo suda a causa del ejercicio o el calor está perdiendo una gran cantidad de electrolitos de forma muy rápida. 

Lo habitual es que un caballo pierda de 7 a 8 litros de agua en una sesión intensa de ejercicio, aunque la cifra puede dispararse hasta una tasa máxima de 15 litros por hora. Si bien esta cantidad se verá directamente afectada tanto por la condición física de nuestro equino, como por la intensidad de su actividad y por el ambiente (temperatura y cantidad de luz solar a la que está expuesto). 

Hemos de ser conscientes también de que sólo dándole agua a nuestro caballo no lo hidratamos. El agua ayuda a diluir los fluidos corporales que rodean los tejidos, lo que a su vez “apaga” el mecanismo de la sed. Pero lo cierto es que las mejor forma de rehidratar a un caballo es incluyendo un preparado o adición de electrolitos al agua o a la comida húmeda del caballo. Ya que es fundamental para el animal. 

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Jorge Monroy Criado

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