El proceso evolutivo que han seguido los caballos de generación en generación les ha servido para poder adaptarse a diferentes ecosistemas y tareas, pero cuando hablamos de herencia genética no podemos olvidarnos de la presencia de las llamadas enfermedades congénitas, malformaciones que pueden llegar a ser graves y que los potros heredan de sus padres.

Los caballos son animales que han evolucionado durante miles de años para llegar a la especie con la que convivimos hoy en día. Durante esta evolución han sufrido cambios en su tamaño, aspecto, pelo, fuerza, agilidad, etc., que se han transmitido de padres a hijos a través de la herencia genética.
Pero a través de los genes también se pueden transmitir enfermedades congénitas, malformacionesque desarrollan las crías y que vienen causadas por la herencia procedente de los padres. Es cierto que algunos potros pueden desarrollar enfermedades por un mal desarrollo en el útero, pero únicamente hablaremos de enfermedades congénitas cuando el defecto se transmite o hereda.
Las enfermedades congénitas pueden afectar a cualquier órgano y tener diferente gravedad, siendo algunas extremadamente raras y otras más frecuentes:
- Luxación de la patela: Afección en la que la rótula del caballo se sale de su posición normal en la rodilla. Esto puede ser hereditario y se puede transmitir de padres a hijos.
- Hipoplasia cerebelosa: Condición en la que el cerebelo del caballo no se desarrolla completamente. Los caballos afectados por esta enfermedad pueden tener problemas de equilibrio, coordinación y movilidad.
- Anemia hemolítica congénita: Enfermedad en la que el sistema inmunológico del caballo ataca y destruye sus propios glóbulos rojos. Esto puede causar anemia y otros problemas de salud graves.
- Atresia anal: Malformación congénita en la que el ano del caballo no se desarrolla correctamente. Esto puede causar problemas de defecación y puede requerir cirugía para corregirlo.
- Contractura tendinosa congénita: Patología que provoca que los tendones del caballo no se desarrollan completamente, lo que puede causar problemas de movimiento y rigidez en las extremidades.
Malformaciones visibles
Estas malformaciones aparecen en músculos, huesos o articulaciones, se aprecian a simple vista (macroscópicas) y son fáciles de reconocer y diagnosticar -incluso en ejemplares recién nacidos- sin necesidad de pruebas.
Las enfermedades congénitas más habituales están relacionadas con malformaciones de tipo óseo. Pueden darse en la cara (hocicos torcidos, huesos nasales irregulares o braquignatia, mandíbula inferior demasiado larga…). También pueden tratarse de defectos en las patas que provoquen posturas anómalas y cojeras o en la espalda (escoliosis, lordosis, hipoplasia de las falanges…).
Por otro lado, existen malformaciones que requieren una exploración más detallada. Estas patologías suelen estar relacionadas con problemas en los ojos (cataratas juveniles); en la boca (paladar hendido) o en las articulaciones (luxación de rótula).
La mayoría de estas malformaciones son detectables desde el momento del nacimiento y gran parte de ellas son leves y tienen recuperación total o parcial con tratamiento veterinario. Otras, por el contrario, tienen carácter grave y pueden provocar la muerte de los potros en un corto periodo de tiempo.

Algunas malformaciones visibles en caballos que pueden ser congénitas o adquiridas son:
- Cola de golondrina: Malformación congénita en la que la cola del caballo tiene una curvatura hacia arriba en forma de «V». Esto puede ser un problema estético, pero no afecta la salud del caballo.
- Patas arqueadas: Algunas razas de caballos, como los árabes, tienen una predisposición a tener las patas arqueadas. Sin embargo, en algunos casos, las patas arqueadas pueden ser una malformación que afecta la capacidad del caballo para caminar o correr correctamente.
- Ojos bizcos: Ciertos caballos pueden tener los ojos desalineados, lo que se conoce como estrabismo o ojos bizcos. Esto puede afectar la visión del caballo y su capacidad para juzgar la distancia y la profundidad.
- Nariz torcida: Malformación en la estructura nasal del caballo puede hacer que la nariz se vea torcida o desviada. Esto puede afectar la respiración del caballo y, en algunos casos, puede ser un signo de una enfermedad más grave.
- Quiste del seno frontal: Malformación congénita en la que un quiste se forma en el seno frontal del caballo. Esto puede ser un problema estético, pero si el quiste se agranda, puede causar problemas respiratorios y neurológicos.
Es necesario tener en cuenta que algunas malformaciones visibles en caballos pueden afectar la salud y el bienestar del animal, mientras que otras son simplemente una característica de la raza.
Enfermedades de la sangre
Las enfermedades hereditarias que afectan a la sangre lo hacen alterando la composición, morfología y funcionalidad de sus células. Esto significa que pueden estar afectados los glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno; los glóbulos blancos, encargados de la defensa del organismo o las plaquetas, encargadas de la coagulación de la sangre.
Un ejemplo de enfermedad congénita es la isoeritrolisis neonatal. Se trata de una patología que provoca la rotura de los glóbulos rojos en potros recién nacidos, provocando con ello una sintomatología grave si no se detecta a tiempo, aunque existen tratamientos que dan resultados muy positivos cuando el diagnóstico es temprano.
Otro ejemplo es la inmunodeficiencia combinada severa (SCID). Se trata de un defecto congénito queprovoca la alteración de los glóbulos blancos, por lo que el sistema inmunitario es incapaz de proteger contra la acción de microorganismos patógenos.
Esta enfermedad hereditaria es más habitual en los caballos pura sangre árabes y puede causar la muerte de los potros antes de los seis meses.

Algunas enfermedades de la sangre que pueden ser congénitas en los caballos incluyen:
- Anemia hemolítica congénita: Trastorno hereditario de la sangre en el que el sistema inmunológico del caballo destruye sus propios glóbulos rojos. Esto puede causar anemia y otros problemas de salud graves.
- Inmunodeficiencia combinada severa (SCID): Alteración genética rara en el que el sistema inmunológico del caballo no se desarrolla adecuadamente. Los caballos afectados tienen una mayor susceptibilidad a las infecciones y pueden tener una esperanza de vida limitada.
- Deficiencia de factor XII: Trastorno de la coagulación de la sangre en el que el caballo tiene niveles reducidos del factor XII. Esto puede causar problemas de coagulación de la sangre y puede aumentar el riesgo de hemorragias.
- Deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD): Alteración enzimático hereditario en el que el caballo no produce suficiente enzima G6PD. Esto puede aumentar la susceptibilidad a la hemólisis, una ruptura de los glóbulos rojos que puede causar anemia.
- Síndrome de von Willebrand: Afección hereditaria de la coagulación de la sangre en el que el caballo tiene niveles reducidos del factor de von Willebrand. Esto puede causar problemas de coagulación de la sangre y aumentar el riesgo de hemorragias.
Es importante tener en cuenta que estas enfermedades de la sangre congénitas son relativamente raras en los caballos y que no todos los caballos que las padecen muestran síntomas clínicos. Si sospechamos que nuestro caballo puede tener una enfermedad congénita de la sangre, se debe consultar con un veterinario especializado en equinos para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Otras enfermedades congénitas
Cualquier órgano puede estar afectado por una malformación congénita, que puede ser morfológica (que altera la estructura, microscópica o macroscópica) o funcional (que impide que funcione de forma correcta), pudiéndose presentar en ojos, oídos, aparato reproductor e incluso en la piel.
Existen alteraciones morfológicas frecuentes a nivel digestivo, como por ejemplo los defectos en el desarrollo del intestino que impide que se absorban los nutrientes o los casos de uréter ectópico, donde uno o ambos uréteres, los conductos que llevan la orina del riñón a la vejiga, no siguen un trayecto correcto causando incontinencia e infecciones urinarias.

También podemos encontrar este tipo de alteraciones en el corazón, por ejemplo, cuando las válvulas no tienen una forma adecuada e impiden que la sangre circule correctamente.
En el sistema nervioso también podemos identificar patologías congénitas en el acúmulo de líquido alrededor del cerebro (hidrocefalia) o en un defecto en el desarrollo de la columna vertebral (espina bífida).

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