En 1984 Maradona llegó a Nápoles y en 1986 ganó con Argentina el Mundial celebrado en México. Además del fútbol, una pasión del ‘pelusa’ siempre fueron los Ferrari, con una particularidad llamativa, su color. Fue propietario de un Testarossa negro, cuando en aquel momento todos los coches de Ferrari eran rojos. Esta novedosa joya acabaría años después en manos de un coleccionista español.
Diseñado por Pininfarina y presentado en el Salón del Automóvil de París de 1984, del exclusivo Ferrari Testarossa (no confundir con el TR Testa Rossa de finales de los 50) tan sólo se fabricaron 7.177 unidades hasta 1996.
Con su tracción trasera, sus 4.485 mm de longitud, un peso de tan sólo 1.506 kg y un motor V12 de cinco litros y 390 CV, capaz de impulsar a una velocidad de 290 km/h, el Testarossa pasa por ser uno de los modelos más icónicos (y más deseados) de la firma de Maranello.
En aquella época todos los Ferrari eran de color rojo, no había opciones, y nadie en Italia ni en ningún lugar del mundo podía imaginar cualquier otro color en las carrocerías del “cavallino rampante”. Pero a pesar de lo afirmado por los responsables de Maranello, lo cierto es que el Testarossa negro de Maradona no fue el primero, ni tampoco sería el último.
Un negro en un continente rojo
Después de su paso por el FC Barcelona (1982-84) Diego Armando Maradona fichó por el Nápoles, un club en el que estaría ocho temporadas entre 1984 y 1992 antes de recalar de nuevo en España para jugar en en el Sevilla FC y de regresar a la Argentina para enrolarse en Newell´s Old Boys y Boca Juniors.
Durante su etapa en el Nápoles el “Pibe de Oro” se convirtió en un auténtico ídolo para los aficionados napolitanos, tanto que después de ganar para Argentina el Mundial de México 1986 el presidente napolitano Corrado Ferlaino decidió premiar a su jugador estrella con una joya nunca vista hasta la fecha: un Ferrari de color negro (Glasurit Nero Met 901/C).
Lo cierto es que Maradona ya había tenido en su garaje dos coches salidos de las líneas de montaje de Maranello, un F40 y un F355, pero el caprichoso astro argentino no se conformaba y habló con su representante -Guillermo Coppola- para que hiciera lo posible y lo imposible por conseguirle un Ferrari negro.
Y el deseo de Maradona acabó siendo una orden para Ferlaino, que en 1987 gastó la friolera de 430.000 dólares en hacer realidad el capricho automovilístico del “Pibe de Oro”. Pero lo que no sabía Maradona en aquel momento, es que el actor norteamericano Sylvester Stallone había sido el primero en conseguir que Enzo Ferrari se “saltara” la disciplina religiosa del color rojo.
A la vista de que todo era cuestión de dinero, meses después el cantante Michael Jackson también decidió comprarse un Ferrari de color negro, aunque en su caso el toque personal de distinción -ningún famoso quiere ser igual a otro famoso- fue conseguir que el coche fuera descapotable. Anotar que este coche se hizo mundialmente famoso tras su aparición en un anuncio de Pepsi Cola.
Maradona, el Testarossa negro y su petición expresa
Lo cierto es que el relato del que fuera su mánager por aquel entonces, Guillermo Coppola, ha dado lugar a ciertas confusiones por parte de los medios debido a la inexactitud de su mensaje. Tal vez por confundir la historia que había detrás de cómo consiguió tanto el Testarossa como el F40 para el ‘Pelusa’.
Seguramente nunca existió tal Ferrari F40 negro del que se habla. La historia de Guillermo comienza por la petición de Diego de hacerse con un Ferrari F40 en 1986, durante la víspera del Mundial de México. Para entonces, en realidad el F40 no existía, ya que su lanzamiento tuvo lugar un año después.
Por lo que sí que podría estar refiriéndose al modelo Testarossa, que se puso a la venta en 1984 y del que hay documentos gráficos que confirman que Maradona era propietario de este coche. También se le vio con un Ferrari F40, pero de color rojo. También se ha llegado a difundir que, aun teniendo el Testarossa negro, la petición de Maradona fuera de un F40 negro que, eso sí está contrastado, nunca pudo llegar a tener.
Cómo llegó a España
Diego Armando Maradona conservó el Ferrari Testarossa negro hasta que después de su paso por el Sevilla FC (1992-93) decidió regresar a la Argentina para finalizar allí su carrera deportiva como jugador.
En aquel momento la importación desde Europa de un coche de las características y precio del Testarossa devengaba una importante cantidad en impuestos y tasas aduaneras, una cifra que un astro ya en decadencia no estaba dispuesto a pagar. Así que el Ferrari acabó siendo vendido a un coleccionista español que se escondía bajo las siglas M.M.
De esta forma y con tan sólo 20.200 kilómetros el Ferrari Testarossa que el presidente del Nápoles le había regalado a Maradona en 1987 acabó recalando en tierras españolas, al menos hasta que su propietario M.M decidió venderlo de nuevo en 2014 por la friolera de 250.000 euros.
Hoy, Ferrari continúa siendo una marca muy exclusiva con los colores de sus modelos, tanto que el cantante Justin Bieber figura en la “lista negra” de Maranello, donde aparecen los nombres de todas aquellas personas a las que bajo ningún motivo se les puede vender un Ferrari.
¿Por qué? En el caso de Bieber la razón es que el cantante decidió pintar de azul y sin permiso su Ferrari 458 Italia, algo totalmente prohibido, al tiempo que en 2017 y con menos de un año de uso subastó su Ferrari, un hecho que la marca de Maranello no perdona.
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