Pocos saben que en 1930 Mussolini encargó a Fiat que desarrollara un automóvil práctico y económico para motorizar a los italianos. En una primera fase este proyecto finalizó con la aparición del Fiat 500 Topolino, pero tras la Segunda Guerra Mundial en 1957 se presentó el Nuova 500, que daría lugar a los Fiat 500 Económico y Estándar, dos modelos de éxito que convertirían a este vehículo en un icono.
Actualmente, el nuevo Fiat 500 reaparecido en el mercado en 2017 ocupa lugar en el Top 10 de los automóviles más vendidos en España, pero los aficionados a los vehículos clásicos seguramente no hayan olvidado que la idea inicial del Fiat 500 partió en 1930 de Benito Mussolini.
En aquel momento Giovanni Agnelli, que formaba parte del Senado italiano, fue convocado por el Duce para informarle de la improrrogable necesidad de motorizar a los italianos con un vehículo económico. El deseo de Mussolini es que ese vehículo popular no estuviera por encima de las 5.000 liras.
Simultáneamente, Hitler hizo lo mismo con Ferdinand Porsche. En el caso alemán el vehículo propuesto por el Führer no debía superar los 1.000 marcos y el resultado acabaría siendo en VW Escarabajo.
Nace el Topolino
El encargo de Mussolini dividió a los técnicos de Fiat en dos corrientes de pensamiento. Por un lado estaban los partidarios de que Fiat llevara adelante el proyecto aprovechando el “know-how” de experiencias anteriores, mientras que en el lado opuesto se situaban quienes pensaban que lo más lógico era “pasarle el muerto” a Oreste Lardone, que ya había realizado en el pasado otros prototipos de similares características.
En aquel momento la decisión salomónica de Agnelli fue continuar con ambas líneas de trabajo con el fin de no contrariar al Duce. En el verano de 1931 el primer prototipo del Fiat 500 ya se encuentra listo para comenzar la fase de pruebas, pero en 1932 Mussolini visita la planta de Fiat sin que todavía le puedan presentar un resultado concreto.
Para acallar la impaciencia del Duce el proyecto Fiat 500 recae en las manos de Dante Giacosa, que con las prisas acomete una copia descarada del Balilla que permite que el 15 de junio de 1936 se ponga a la venta el Fiat 500 A, un modelo que recibiría el sobrenombre de Topolino y que claramente podía ser cualquier cosa menos un automóvil innovador.
Además, el problema para Fiat es que el Topolino costaba 8.900 liras, más de las 5.000 liras propuestas por Mussolini y unas veinte veces el salario de un trabajador especializado, mientras que por su parte Porsche ofrecía el VW Escarabajo por 990 marcos, cinco veces el sueldo de un trabajador especializado).
Ni que decir tiene que el propósito de Mussolini de ofrecer a los italianos un coche económico podía considerarse un auténtico fracaso.
Del Fiat 600 al Nuova 500
Finalizada la Segunda Guerra Mundial el gobierno italiano le otorga de nuevo a Fiat la responsabilidad de motorizar la Italia de posguerra y el encargo vuelve a recaer sobre los hombros de Danta Giacosa, que tiene que diseñar un automóvil práctico y barato en medio de una Fiat cuyas instalaciones industriales prácticamente han sido destruidas por la contienda.
La idea sobre la que trabajar llega inesperadamente de la mano de un desconocido empleado de la Deustche Fiat, Hans Meter Bauhof, que en 1953 envía a Turín los diseños de un pequeño vehículo de dos plazas propulsado por un motor de dos tiempos colocado en la parte trasera y que también tenía la tracción en las ruedas posteriores, una cuestión que era anatema en Fiat.
Giacosa examina el proyecto de Bauhof y decide que el esquema propuesto por el alemán es interesante, pero que la mecánica debe ser de cuatro tiempos una cuestión que retrasa su aparición. La solución es “inventar” una carrocería Fiat 500 e insertarla el motor de un Topolino, dando lugar a un modelo híbrido que recibirá el nombre de Fiat 600 y que se pone a la venta con gran éxito en 1955.
De esta forma Giacosa gana el tiempo necesario para desarrollar con tranquilidad el nuevo Fiat 500, que incorporaría un motor de gasolina de 479 cc y 13 CV. El nuevo modelo se presentará al público el 4 de julio de 1957 con el nombre de “Nuova 500”.
De la nada a la historia
Las terminaciones de la primera serie Nuova 500 son verdaderamente espartanas y faltan sobre todo los cromados (muy solicitados por los italianos de aquellos años).
Las luces se accionaban con un único mando de seis posiciones, las lunas fijas tenían dos deflectores laterales que abiertos al máximo molestaban para conducir y el techo de chapa había sido sustituido por una amplia capota de tela que descendía casi hasta el principio del cofre posterior. El resultado fue que los italianos brindaron al Nuova 500 una fría acogida.
Para resolverlo en septiembre de 1957 Fiat lanza una versión levemente mejorada, pero que sigue sin cumplir con los deseos de los posibles compradores. Es entonces cuando se decide realizar una mejora sustanciosa y se trabaja sobre el motor y sobre el equipamiento. En el mes de noviembre Fiat vuelve a sacar a la venta dos nuevas versiones: Nuova 500 Económico y Nuova 500 Estándar.
El Fiat 500 Económico incorporaba como novedad un motor de 15 CV, podía alcanzar los 90 km/h y su PVP se veía reducido con el fin de ganar atractivos para los potenciales compradores. Por su parte, el Fiat 500 Estándar incorporaba, además, los cromados que tanto gustaban a los italianos. Con este modelo se inicia un boom que convertirá el Fiat 500 en un fenómeno social en Italia y Europa.
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