Las herraduras han sido tradicionalmente colocadas en los caballos para evitar el desgaste de los cascos y así mejorar su asiento. En la actualidad la existencia de nuevos materiales y la aparición de distintas disciplinas ecuestres ha hecho evolucionar el mundo del herraje, aunque empieza a haber partidarios del abandono de esta práctica buscando un manejo más natural de los caballos.
¿Qué es el herraje de caballos?
En el mundo de los caballos domesticación y herraduras van de la mano. Durante siglos los caballos han jugado un papel fundamental en el transporte, en el trabajo en el campo y en la guerra, por lo que a lo largo de la historia todos los pueblos han considerado a los caballos una herramienta indispensable en su día a día.
Por esta razón los propietarios siempre fueron conscientes del desgaste de los cascos y de la importancia de un buen estado de los mismos para que sus caballos fueran productivos. De esta necesidad en el siglo II a.C. surgen las primeras herraduras fijadas con clavos, algoque los historiadores asocian con las tribus germanas nómadas.
¿Cómo se realiza el herraje en caballos?
La función de estas primeras herraduras era básicamente protectora, aunque al mismo tiempo brindaban a los caballos una mejor adherencia en suelos blandos, lo que les permitía alcanzar velocidades superiores.
Sobre el año 1000 las herraduras ya se habían extendido por toda Europa, e incluso existían diferentes tipos (inglesa, florentina, turca…). En la actualidad herraduras y técnicas de herraje se han perfeccionado gracias a un mayor conocimiento de la anatomía equina y de la forma en que se mueven los caballos.
Ello permite conocer con detalle en qué zonas apoyan más peso y en cuales sufren más desgaste, lo que facilita diseñar herraduras que sean más adecuadas y eficientes. Lo que se busca en una herradura es que sea resistente, liviana, flexible, antideslizante, absorbente del impacto y fácil de colocar.
¿Cuánto cobra un herrero de caballos?
El precio que los Recuero suelen cobrar por herrar un caballo ronda los 50 euros. Se trata de un trabajo minucioso que requiere mucha maña, esfuerzo y cariño.
De hecho requiere de otras técnicas, como susurrar a los caballos, calmarlos y calzarlos con unas herraduras que les proporcionen seguridad y protección al trote y al galope.
¿Cómo son las herraduras de los caballos?
Por regla general las herraduras son estructuras planas con forma de luna que constan de varias partes y que pueden modificarse para adaptarlas a cada animal y a cada extremidad. La parte redondeada delantera se llama lumbre o pinza y es la zona más reforzada, ya que aquí se genera el impulso al apoyar el caballo sus patas sobre el suelo.
Los laterales están formados por los vuelos o ramas, donde encontramos las claveras u orificios acanalados para los clavos. Por detrás de los vuelos están los callos o talones, que es la zona de menor espesor de una herradura.
El orificio que queda en el centro, con forma circular, se denomina luz o puerta. Las herraduras de las manos y pies son totalmente diferentes, al igual que sucede con las de los miembros izquierdos y derechos.
Según el terreno también existen diferentes herraduras. Esta circunstancia se aprecia muy bien en las disciplinas deportivas donde encontramos distintos diseños y grosores en función de cuál sea el objetivo a conseguir. En los caballos de polo, por ejemplo, las herraduras incluyen tacos para evitar que resbalen en la hierba.
En cuanto al material empleado el hierro es el metal más usado en la fabricación de herraduras, mientras que el aluminio se utiliza en caballos de competición con el fin de reducir peso y ganar velocidad.
¿Por qué es importante el herraje en los equinos?
Aunque las herraduras metálicas han demostrado su utilidad y eficacia, el mundo del caballo sigue tratando de encontrar mejoras y por esta razón se trabaja en nuevos materiales que permitan mejorar peso y prestaciones.
Hace unos años Continental, el fabricante alemán de neumáticos para automoción, puso en el mercado unas herraduras de elastómero fijadas a los cascos con un adhesivo, aunque por el momento su alto coste es un factor a tener en cuenta.
Las que sí se han popularizado son las herraduras ortopédicas y terapéuticas. Las primeras sirven para corregir deformidades o suplir elementos que faltan de forma que el caballo pueda recuperar el movimiento o realizar alguna disciplina concreta, mientras que las segundas sirven para curar enfermedades del casco.
¿Qué le pasa a un caballo si no se le pone herradura?
Desde hace unos años han surgido tendencias que apuestan por un manejo natural de los caballos, eliminando entre otras cosas herramientas como el hierro o las espuelasdurante la monta.
Estas nuevas técnicas también apuestan por alojamientos y alimentación naturales y por prescindir del uso de las herraduras. A los caballos sin herrar se les denomina descalzos o “barefoot”.
Prescindir del uso de herraduras puede tener numerosos beneficios para los caballos si se realiza de forma adecuada y siempre con el asesoramiento de un veterinario especializado en podología equina.
Además, debemos tener muy en cuenta que los caballos necesitarán espacio suficiente para caminar, que habrá que valorar previamente su nivel de actividad y que antes de proceder a descalzarlos completamente es necesario realizar un proceso de transición adecuado.
¿Qué sienten los caballos cuando les ponen las herraduras?
La herradura obliga al caballo a caminar sobre la punta de la uña, lo que transmite contracciones musculares al lomo. También padecen molestias y dolores de espalda.
¿Por qué les ponen herraduras a los caballos?
Su diseño tiene el objetivo principal de proteger los cascos de los caballos. Las herraduras se emplean para ayudar a mejorar la durabilidad del casco de los caballos de trabajo. De hecho la pezuña en sí está hecha del mismo material que la uña, que se denomina queratina.
¿Cuántas veces se puede herrar un caballo?
Te preguntarás cada cuánto se debe herrar un caballo. La recomendación es hacerlo cada 40 ó 50 días, ya que a partir de ese tiempo el casco habrá crecido demasiado y el correcto aplomo y balances del pie van desapareciendo. Ese es por tanto el tiempo que le duran las herraduras a un caballo.
¿Cuánto tiempo se tarda en herrar a un caballo?
Dependerá de la época del año y de cada caballo, ya que hay cascos que crecen más rápido que otros. Pero el tiempo máximo que debe permanecer una herradura en el casco oscila entre los 35 y 55 días. Suelen ser 35 días en el caso de los caballos deportivos puesto que un mínimo crecimiento del casco les altera el aplomo.
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