En 1998 el Sultán de Brunei encargó a AMG dos coches exclusivos. La respuesta de la firma alemana fue el CL700 AMG, un modelo del que tan sólo se fabricaron dos unidades que fueron vendidas por un concesionario del Reino Unido y que siempre estuvieron aparcadas en el garaje de la residencia británica del sultán. Hoy esos dos CL700 AMG son el sueño de cualquier coleccionista adinerado.
En 1967 dos ex-ingenieros de Mercedes-Benz, Hans Werner Aufrecht y Eberhard Melcher, fundan en Grobaspach su propia empresa de ingeniería, diseño y desarrollo de motores de competición: AMG. Cuatro años después un Mercedes 300 SEL AMG se impone en su categoría en las 24 Horas de Spa.
En 1988 AMG se convierte en el equipo oficial de Mercedes-Benz en el regreso de la marca alemana al Campeonato Alemán de Turismos (DTM) y en 1990 se firma el primer acuerdo de colaboración entre AMG y Mercedes-Benz.
En la temporada 1992 el piloto Klaus Ludwig gana el DTM a los mandos de un Mercedes-Benz 190E preparado por AMG y será un año después -1993- cuando se presente el primer turismo de serie preparado por AMG, el Mercedes-Benz C36 AMG.
En 1994 y 1995 el DTM volverá a estar encabezado por dos turismos de competición preparados por AMG y en el Salón de Ginebra de 1996 AMG presenta su primer turismo con firma propia: C50 AMG. De esta forma el fabricante de motores se convierte en constructor de vehículos
Un coche exclusivo para un cliente exclusivo
AMG se mantendría independiente hasta 2005, cuando el consorcio Daimler decidió integrarla en su organigrama industrial, pero hasta entonces la independencia de AMG hizo posible el desarrollo de proyectos sin el aval de la marca alemana. Uno de estos proyectos fue el CL700 AMG.
Sobre la base del Mercedes C140 tan sólo se fabricaron dos unidades de este modelo, que curiosamente nunca llegó a figurar en el catálogo de AMG. Esto no sucedió con las versiones 600 AMG, 70 AMG, 72 AMG o 73 AMG, todas ellas realizadas sobre bastidores Mercedes-Benz CL y que no pasaron en ningún caso de un reducido número de unidades.
Pero en el aspecto de “tiradas cortas” el CL700 AMG se lleva la palma y la explicación está en quién fue el exclusivo cliente que encargó las dos unidades en 1998: el Sultán de Brunei. Y la primera pregunta para desentrañar el misterio del CL700 AMG es saber dónde exactamente está Brunei.
Para comenzar hay que decir que se trata de un país independiente que ocupa una pequeña parte de la isla indonesia de Borneo -5.800 km2-, que sus apenas 500.000 habitantes son de religión islámica y que está gobernado por una monarquía absoluta regida por un sultán.
En 1998 la colección de automóviles del Sultán de Brunei era una de las mayores del planeta, incluso tenía varias unidades del mismo modelo, pero con colores diferentes, aunque en su garaje faltaba un coche exclusivo y ese coche fue el CL700 AMG.
En aquella época el Sultán de Brunei solía pasar el verano disfrutando del fresco clima de Gran Bretaña, donde poseía una residencia en Berkshire, y por esta razón fue el concesionario Greenoaks of Maidenhead el que consiguió vender las dos unidades del CL700 AMG.
CL700 AMG, auténtico lujo y tecnología de los noventa
Como es natural y con semejante cliente en la firma del pedido AMG no escatimó en lujos. Comenzando por incorporar un motor V12 de 7.055 cc y 503 CV de potencia, un bloque que en el mundo de la competición fue de los mejores propulsores que han pasado por los circuitos alemanes y europeos.
En concreto el CL700 AMG era un coche pesado y poco ágil, pero lo cierto es que gracias a su cambio automático y su tracción trasera sus prestaciones eran notables, mostrando sobre todo una aceleración excelente.
Además, el sultán quedó encantado con el exclusivo color Designo LCP, que dependiendo de cuál fuera la luz del momento podía ofrecer destellos azules o verdes. Por otro lado, la tapicería interior combinaba el cuero verde y negro con detalles decorativos realizados en madera natural lacada.
En aquella época el CL700 AMG incorporaba extras y tecnologías de última generación como faros de xenon, sensores de aparcamiento, techo panorámico, asientos calefactados con memoria y accionamiento eléctrico, etc., un “full-equip” que valía una auténtica fortuna y que el Sultán de Brunei pagó sin rechistar.
Ni que decir tiene que los frenos, la suspensión y las llantas, eran componentes exclusivos “made in AMG”, lo que convertía a los CL700 AMG en dos raras joyas que acabaron encerrados en un garaje del Reino Unido.
Se rumorea que su precio fue de 250.000 libras por cabeza, un PVP que en 1998 superaba con creces al del mejor superdeportivo. En la actualidad las dos unidades CL700 AMG valen en el mercado de los clásicos una auténtica fortuna.
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