En cualquier vehículo el cambio de neumáticos depende fundamentalmente de los kilómetros realizados y de cuál sea su estado, pero para autocaravanas que hacen pocos kilómetros lo aconsejable es pensar en el cambio de ruedas cada ocho años. Si durante ese tiempo el mantenimiento han sido el correcto quizá podamos alargar el cambio algo más, pero siempre pensando que los materiales se degradan y pierden prestaciones.
A simple vista los neumáticos para autocaravanas son fácilmente reconocibles porque llevan las letras CP, pero interiormente se diferencian de otros más habituales en que por razones de seguridad cuentan con tres capas/lonas más y en que tienen reforzados sus flancos.
Estas circunstancias técnicas reflejan que se trata de neumáticos diseñados para soportar grandes niveles de peso y, además, lo más aconsejable es que incluyan las siglas “M+S” que los hace adecuados para circular con mala climatología sobre asfaltos o superficies deslizantes por barro, nieve, etc.
Tiempo de uso
Si simplemente nos atenemos a una cuestión de tiempo ocho años es un periodo prudencial para pensar que los neumáticos de nuestra autocaravana deben ser sustituidos, aunque aparentemente se encuentren en buen estado. Seguramente a lo largo de ese tiempo los materiales hayan perdido buena parte de sus cualidades.
Lo mejor es que periódicamente acudamos al taller a revisar los neumáticos con el objetivo de detectar posibles daños no visibles a simple vista y que sea un experto el que nos brinde y asegure la seguridad que necesitamos.
Comprobar la Ficha Técnica
Antes de optar por un neumático u otro para nuestra autocaravana, cuando se trata de ruedas de reposición, lo primero es comprobar la Ficha Técnica para asegurarnos de cuáles deben ser las dimensiones y valores de los neumáticos que debemos montar, no vayamos a cometer algún error.
Esto es especialmente importante cuando compramos un vehículo de segunda mano si no queremos tener problemas futuros en la ITV.
Mejor calidad que precio
Por supuesto que en el tema de los neumáticos siempre debemos estar abiertos a “buenas ofertas”, pero no es aconsejable “escatimar” y por ello debemos apostar por marcas que frente a precio nos aseguren calidad, durabilidad y prestaciones.
Una de las cuestiones a nuestro juicio innegociables es que se trate de neumáticos no aptos para soportar cargas pesadas, porque esta circunstancia incrementa innecesariamente el riesgo de accidente.
A la hora de renovar neumáticos siempre surge la misma pregunta: ¿Cada cuánto tiempo debo hacerlo? Creemos que se trata de una decisión que debe valorarse en función de los kilómetros realizados y en función del estado general de las ruedas.
En cuanto al uso de neumáticos de invierno el Reglamento General de Vehículos los acepta como alternativa a las clásicas cadenas, una opción esta última que cada vez está más en desuso, aunque es totalmente idónea para los usuarios que opten por ellas.
Por otra parte, los neumáticos de invierno no sólo están diseñados para la nieve, sino que también lo son para la aguanieve y las bajas temperaturas. Cuando la temperatura desciende por debajo de los 7ºC los neumáticos de invierno nos ofrecen mejore prestaciones que los neumáticos “todo tiempo”.
Neumáticos: La importancia del mantenimiento
Lógicamente, un buen mantenimiento en cuanto a las presiones y una buena técnica de conducción, evitando sobrepesos y maniobras bruscas, siempre tendrá una incidencia positiva en el estado y duración de los neumáticos a largo plazo.
También puede ser beneficioso conseguir un desgaste equilibrado y para ello periódicamente cambiaremos las ruedas de lado y de eje, siempre que todas ellas presenten un estado de desgaste similar.
Además, en invierno es aconsejable desmontar las ruedas y guardarlas para evitar deformaciones al estar el vehículo en parado y que, por otro lado, no sufran las inclemencias climatológicas.
Si el desmontaje no es posible una buena opción es mover el vehículo con cierta frecuencia o elevarlo y calzarlo para que las ruedas no apoyen en el suelo y cubrir los neumáticos con fundas para protegerlos del frío, de la lluvia y de la humedad.
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