El actor James Dean tenía 24 años cuando el 30 de septiembre de 1955 murió al volante de un Porsche 550 Spyder. Tras el siniestro, y hasta su desaparición en 1959, este vehículo estuvo acompañado de una especie de maldición, que en la prensa de la época acabaría dando lugar al sobrenombre de “Porsche del Averno”. Aunque antes James Dean lo había bautizado como el “Pequeño Bastardo”.
El 30 de septiembre de 1955 James Dean acaba de finalizar el rodaje de “Gigante” y estaba deseando regresar al mundo de las carreras, así que para quitarse el “mono” se puso al volante de un Porsche 550 Spyder tuneado por George Barris, el creador del primer Batmóvil de la historia.
James Dean tenía 24 años cuando con su “Pequeño Bastardo”, como cariñosamente el actor había bautizado a su deportivo, se estrelló contra un Ford Custom Tudor en el cruce de la Ruta 41 con la 466. Con su muerte se cumplía la predicción de “vive rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver” y nacía un mito que a día de hoy sigue vigente.
La impaciencia de Dean lo puso al volante del Porsche
Pero a pesar de su exclusividad, tan sólo se fabricaron noventa unidades de este modelo, el Porsche 550 Spyder no era el coche que James Dean deseaba. Él había encargado un Lotus MK-X, pero dadas las muchas exigencias del actor, el concesionario de Lotus en Hollywood le convenció de que debía esperar.
Para amenizar la espera, James Dean recibió a cambio el famoso Porsche 550 Spyder, un vehículo con carrocería de aluminio, 600 kg de peso y una velocidad máxima 220 km/h. Y, siguiendo los deseos de la estrella, fue tuneado por George Barris con asientos de tela escocesa, un número 130 pintado en la carrocería, y dos franjas rojas en la parte trasera.
El “Pequeño Bastardo” era difícil de conducir, tanto que uno de sus amigos, el también actor Alec Guinness, le comentó que aquel biplaza le parecía un auténtico peligro. Pero, en contra de todas las opiniones, James Dean puso rumbo a las carreras del Paso de Robles.
¿Cómo murió James Dean?
Antes del accidente el Porsche 550 era remolcado por la ranchera de otro de los amigos del actor, Bill Hickman, mientras que, por detrás y en otro coche, les seguían el mecánico Rolf Wuetherich y el fotógrafo Sandford Roth. Pero la impaciencia era uno de los defectos de James Dean.
En algún punto del camino el actor se puso al volante del “Pequeño Bastado”, acompañado por Rolf Wuetherich. De nada sirvió que la policía les amenazara con sancionarles por exceso de velocidad, porque James Dean se dirigía como un proyectil al cruce donde acabaría encontrando la muerte.
El accidente ocurrió cerca de Cholame, California, cuando Dean conducía su Porsche 550 Spyder. Iba en dirección este por la Ruta Estatal 46 cuando un automóvil que se dirigía en sentido contrario, manejado por un estudiante de secundaria llamado Donald Turnupseed, giró a la izquierda frente al Porsche de Dean.
El Porsche de Dean impactó contra el costado del otro automóvil, causando graves lesiones a Dean. Fue trasladado rápidamente a un hospital cercano, pero fue declarado muerto a su llegada. La causa oficial de su muerte fue la combinación de lesiones internas graves, incluyendo una fractura de cuello, y una lesión cerebral.
Pero la leyenda no terminaría en la chatarra, porque George Barris se quedó con los restos del automóvil por 2.500 dólares. Con el objetivo de hacer negocio con una reliquia que pensaba que iría ganando valor con el paso del tiempo. Y seguramente no se equivocaba.
Pero en el taller el coche rompió las sujeciones que lo mantenían elevado, lesionando en su caída a uno de los mecánicos. A raíz de lo cual Barris decidió que lo mejor sería venderlo por partes.
¿Por qué el “Porsche del Averno”? Tras James Dean hubo más
El 21 de octubre de 1956 Troy McHenry y William Eschrid participaban en una carrera de velocidad con coches que incorporaban algunas de las piezas del “Pequeño Bastardo”. Durante el transcurso de la prueba el primero murió y el segundo resultaría gravemente herido.
Además, mientras el coche aún estaba en el garaje de George Barris un ladrón perdió un brazo al intentar robarlo y cuando la policía de tráfico de California lo solicitó para una exposición sobre seguridad vial, el garaje donde se guardaban los vehículos ardió y tan sólo uno de los coches consiguió sobrevivir. ¿Cuál? Pues el “Pequeño Bastardo”.
Finalmente, el Porsche 550 Spyder acabaría siendo bautizado por la prensa como el “Porsche del Averno”, cuando en un instituto de Sacramento se desplomó de su pedestal lesionando de gravedad a un estudiante. Pero la maldición continuaría haciendo de las suyas.
En 1958 el camión que lo transportaba perdió los frenos estrellándose contra otros vehículos y en 1959 en una exposición en Nueva Orleans de nuevo se descolgó de las sujeciones sin motivo aparente, aunque esta vez sin causar daños personales.
George Barris contrató entonces el traslado desde Nueva Orleans con una empresa de transporte de vehículos, pero misteriosamente el “Pequeño Bastardo” desapareció en el camino sin dejar rastro. Por supuesto que en todo este tiempo los coleccionistas de joyas clásicas lo han buscado sin demasiado éxito, porque ese Porsche 550 Spyder vale su peso en oro.
Terránea es una correduría de seguros especialista en comparar precios del mercado asegurador para ofrecer a sus clientes todo un abanico de servicios.
Dedicada a esta actividad desde 1998, pretendemos ofrecer claridad a nuestros clientes para que puedan ahorrar dinero y escoger la tarifa que se ajusta a sus necesidades.
Encuentra un seguro barato entre más de 30 aseguradoras
con nuestro buscador de seguros.
Tendrás un asesor personal. Ponemos a tu disposición un equipo de 60 profesionales, tramitadores y abogados para gestionar tus siniestros, con las máximas garantías de indemnización, y representarte en caso de conflicto con la compañía aseguradora.