En abril de 1972 el Seat 127 se convirtió en el primer coche “made in Spain” que incorporaba la solución mecánica del “todo adelante”, que consistía en colocar el motor sobre el eje delantero y en trasladar la tracción de las ruedas traseras a las delanteras. Esta decisión técnica hizo posible que el Seat 127 ofreciera un aprovechamiento del 80% del espacio habitable, un récord en su época.
A finales de los cincuenta -1959- los modelos Austin y Morris cambiaron el mundo del coche popular. La razón estuvo en un cambio de ubicación mecánica, pasando del “todo atrás” al “todo delante”, una cuestión que ayudaba a ganar espacio en el interior del habitáculo, algo fundamental cuando se trata de automóviles de pequeño formato.
Este cambio dejó un tanto fuera de juego a modelos tan emblemáticos y experimentados como eran el Volkswagen Escarabajo, los Fiat 500 y 600 y los Renault 4, y a otros como el Simca 1000, el Renault 8 o el Seat 850, que todavía no habían visto la luz, pero que eran proyectos que ya no podían detener su aparición.
Con sus 3,59 metros de longitud y un motor delantero de 903 cc y 47 CV (posteriormente se sumaría un segundo motor de 1.010 cc y 52 CV) el Seat 127 era un coche con un aprovechamiento del 80% del espacio habitable, una cita récord en su época y que se convirtió en el listón a alcanzar e incluso a batir por el resto de marcas.
Sus reducidas dimensiones hacían del Seat 127 un vehículo compacto muy maniobrable en ciudad, mientras que el gran espacio interior y la tracción delantera lo hacían muy cómodo en carretera.
Autobianchi fue el conejillo de indias
Todos los fabricantes vieron claro que el futuro de la automoción pasaba por colocar el motor en la parte delantera y en trasladar la tracción de las ruedas traseras a las delanteras.
En el caso de Seat, los ingenieros trabajaron desde un primer momento con el objetivo de que el sustituto del 850 incorporara estas características. Pero con la colaboración de Fiat, y para evitar la aparición de problemas futuros, primero se ensayó esta solución mecánica en el Autobianchi A110, de la mano de Dante Giacosa.
La escasa difusión de Autobianchi hizo pensar que, de producirse errores, éstos tendrían un alcance limitado. Como las pruebas resultaron ser un éxito, Fiat comenzó la producción del 127 en 1971 y, un año después, el Seat 127 se presentaba como primicia en el Salón de Barcelona de 1972. El diseño de este modelo para Fiat y para Seat estuvo a cargo de Nino Manzoni.
La importancia que Seat dió al 127 queda marcada por el hecho de que, para su promoción, intervinieron figuras como la actriz Ursula Andress (todo un sex-symbol cinematográfico de aquella época), o el piloto brasileño y Campeón de F-1, Emerson Fittipaldi.
Seat 127 vs Renault 5
Las entregas del Seat 127, que como tal estuvo en producción hasta 1982, se adelantaron unos meses con el fin de anticiparse a su rival, el Renault 5, que no llegó a los concesionarios hasta finales de 1972.
A su favor, el R5 tenía el portón trasero, elemento que Seat introdujo meses después en el 127, y un motor colocado en posición longitudinal. En los diez años en que estuvo en producción, Seat fabricó 1,4 millones de su modelo 127, que en muchos casos se destinaron a la exportación con la marca Fiat.
En todo ese tiempo Seat desarrolló versiones de cuatro puertas -mayoritariamente el Seat 127 tan sólo se ofrecía con dos puertas-. Una configuración que no tuvo su paralelo en Fiat y que, sin embargo, funcionó muy bien a nivel nacional. Esta versión se fabricó en exclusiva para toda Europa en la planta de Zona Franca.
Seat 127 Fura
Entre 1982 y 1986 Seat continuó con la producción del Fura, un modelo que era una evolución del 127 y del que se llegaron a fabricar 85.000 unidades. El Seat Fura vivió en primera persona la ruptura con Fiat, de ahí que los españoles conociéramos tras el “divorcio” el Seat Fura Dos, que puede considerarse el “último” Seat 127, y el deportivo Seat Fura Crono equipado con un motor de 1.438 cc, que era el mismo propulsor que montaba el Seat 1430 y que dió lugar a la Copa Fura.
De esta forma el Seat 127 (más las ventas del Fura) fue el primer automóvil español capaz de superar las cifras comerciales del mítico Seat 600.
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