Salir a montar a caballo con nuestro perro requiere presentarlos y lograr que se lleven bien entre ellos. Un procedimiento que podemos llevar a cabo mediante varios consejos útiles con los que familiarizar a ambos animales y que faciliten el objetivo.
Una vez que se hayan conocido ambos animales pueden convertirse en amigos inseparables, como hemos visto reflejado en varios ejemplos de los que ya os hemos hablado. Vamos a repasar los pasos a seguir para que puedan convivir y salir juntos a dar un paseo. Mediante los consejos que vamos a ver a continuación podremos montar a caballo con nuestro perro sin preocupaciones.
Debemos tener en cuenta que para montar a caballo junto a nuestro perro, este tiene que estar bien atado hasta que coja confianza y se acostumbre a la presencia del equino. De esta forma evitaremos disgustos innecesarios.
Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, a pesar del instinto depredador que pudiera tener en su origen el perro, diversos estudios han confirmado la domesticación y el proceso evolutivo han ayudado a que ambas especies hayan podido socializar, acompañar al ser humano conviviendo en armonía e incluso divertirse mediante el lenguaje del juego.
1. Primer contacto: prepara la situación
Hasta que uno se acostumbre a la presencia del otro, debemos ir poco a poco. Podemos establecer un primer contacto entre ambos animales, que deberán estar atados para evitar accidentes. Lo ideal es que nosotros hagamos de nexo de unión entre ambos.
Una vez que se han visto, dejaremos que nuestro can olfatee al equino para que más tarde pueda identificarlo y lo asocie a su entorno habitual. Será fundamental tener cuidado en este paso, ya que tu perro puede reaccionar ladrando e incluso puede intentar saltar a morder al caballo, que se puede asustar y soltar una coz en defensa propia. Este primer objetivo consiste en que ambos se conozcan poco a poco, y que comprueben que ninguno supone un peligro para el otro y puedan convivir en armonía.
Ten en cuenta que si nuestro perro es un cachorro, el proceso será mucho más rápido y fácil. Al igual que pasa con los humanos, los cachorros son mucho más dóciles y sugestionables.
2. Deja que tu perro se familiarice con el establo
Habituar a nuestro perro al establo es el siguiente paso. Para eso, debe acompañarnos cada vez que vayamos, y podemos dejar que nos ayude a dar de comer a nuestro can en el establo. De esta forma, identificará el lugar y se convertirá en una rutina habitual que además asociará como una costumbre positiva. Si ambos animales comparten juntos una parte del día de forma regular, será más fácil que el perro asocie la compañía del caballo como una parte agradable de su rutina.
Será conveniente que el perro se mantenga en estos primeros compases en un lugar concreto del establo y tenga una referencia concreta (por ejemplo, una manta) donde se encuentre relajado y sujeto a una correa, para después dejarlo suelto y que se mantenga en el mismo espacio quieto sin sujeción. Tras repetir este proceso, el animal se habituará a que seamos nosotros quienes le permitamos moverse a su aire para que el caballo no se altere.
3. Cómo presentar a perro y caballo
El perro debe vernos preparar al equino, cepillarle y colocar las monturas y el resto de protecciones. Como decimos, este proceso debe hacerse las primeras veces manteniendo una distancia de seguridad con el can y teniéndolo atado hasta que se habitúe a ello. Podemos emplear la manta como referencia y atar al can cada vez más cerca del caballo hasta que estemos seguros de que haya aceptado esta situación.
No desesperes con el proceso. Sabemos que puede ser largo y costoso, pero también fácil y rápido si actuamos como debemos. La diferencia estará en la educación que le hayamos dado a nuestra mascota y no cometer errores comunes a la hora de adiestrar a tu perro, ya que si te obedece a la primera todo será mucho más sencillo. Este adiestramiento permite además que el perro no posea instinto de caza hacia el caballo ni que éste tenga miedo del can.
Una vez tengas educado a tu perro, podrás posteriormente presentarle a tu caballo, para lo que te puedes ayudar de golosinas. Por ejemplo, cada vez que tu perro responda a tus órdenes puedes darle una golosina como premio. Una técnica que suele funcionar muy bien.
Una vez que veamos que caballo y perro conviven bien juntos y se encuentran cómodos y tranquilos en la presencia del otro, podemos prepararnos para salir a pasear.
4. El perro debe ir atado al comienzo
La primera vez que salgamos a pasear y montemos en el caballo con nuestro perro conviene hacerlo sin montarnos en la silla. Pasearemos con ellos situándonos en el medio y sujetando por un lado las riendas de nuestro caballo, y por el otro, la correa del perro.
Una vez superado este último paso sin percances, lo repetiremos varias veces hasta que ambos animales se acostumbren a salir juntos. Una vez logrado este objetivo, podremos probar a montar en el caballo y dar un breve paseo sin alejarnos mucho, con el fin de comprobar la reacción de ambos animales.
Si vemos que equino y perro responden bien ante nuestras instrucciones y que no hay ningún tipo de problema, estamos preparados para montar a caballo con nuestro perro. Utiliza primero un lugar vallado para ensayar y probar antes de optar por lugares abiertos, espaciados y tranquilos. Busca siempre la comodidad, tanto para ti como para ambos animales.
5. Cómo actuar durante el paseo
Una vez que hemos conseguido prácticamente el objetivo y nos hemos asegurado de tener al perro bajo control, no debemos descuidarnos durante el paseo para evitar retroceder. Ten presente que lo habitual es que cada animal ande a sus aires. No fuerces a ambos a mantenerlos demasiado juntos, ya que no es algo necesario para su convivencia.
De hecho, cuando ya se han conocido y se han acostumbrado a convivir el uno con el otro, lo más probable es que se ignoren mutuamente. Mantén la atención y no les pierdas de vista para evitar que alguno de los dos pueda distraerse o que pueda suceder un imprevisto que altere el paseo. Los cinco o seis metros de distancia siempre serán necesarios, eso sí. Así ambos animales se desplazarán sin molestarse y nos aseguraremos de evitar percances que puedan ocurrir. También puedes optar porque otra persona lleve al perro atado varias veces para mayor tranquilidad. Premia y valora la actitud de tu perro dándole ánimos para que así mantenga su atención hacia ti más que al entorno ambiental.
Al final, el objetivo es el de crear una especie de burbuja o nexo de unión entre jinete, perro y caballo que haga posible y facilite esta actividad. Es habitual encontrarnos en muchos clubes hípicos a perros paseando, mientras los jinetes preparan a sus caballos y salen a montar. Los canes ni se inmutan por la presencia de los equinos porque están acostumbrados a su presencia.
Siguiendo estos consejos, podrás comprobar con el paso del tiempo cómo salir a montar a caballo con tu perro se convierte en algo habitual y placentero.
Periodista | Comunicación corporativa y Marketing Digital en TERRÁNEA