Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y tener a un caballo sin duda lo es. Estos animales necesitan mucho espacio para vivir, grandes cantidades de comida y ejercicio diario para mantenerse en forma. Veamos cuáles son sus cuidados básicos.
El descanso, fundamental para los caballos
Cómo es lógico y normal, nuestro caballo necesita un lugar en el que descansar y refugiarse durante todo el año.
Este sitio puede tratarse de un establo de caballos, de un granero, de una cuadra, etc. Será suficiente con que el lugar cuente con espacio suficiente para el caballo y para su cama, ya que de otro modo le será imposible descansar cómodamente.
Es importante prestar atención a la cama ya que aunque los caballos puedan dormir de pie, descansarán más y mejor si lo hacen tumbados. Y cuidado con el suelo de la cama, si la superficie es demasiado dura es probable que con el tiempo esto le acabe provocando una lesión.
Lo más normal es que el caballo disponga de una cama hecha de paja, una buena opción ya que es bastante económica y muy cómoda para nuestro animal. El problema es que la paja contiene esporas fúngicas que pueden provocar afecciones respiratorias en nuestro caballo.
Pero esta no es la única opción, tenemos varias alternativas aunque sean un poco más caras. Podemos optar por una cama hecha con virutas de madera (sin polvo) o cáñamo.
Cómo cuidar el lecho dónde duerme tu caballo
Podemos aprovechar que nuestro caballo está fuera de su lugar de descanso para mantenerlo en las condiciones adecuadas. Los cuidados básicos de la caballeriza de un caballo son principalmente:
Mantener limpio el comedero y el bebedero
Con limpiarlo un par de veces a la semana para quitar bien los restos de comida que pueda haber es suficiente.
Cambiar el material de la cama
Algo que debe llevarse a cabo al menos una vez a la semana.
Ventilar el lugar y remover la cama
Fundamental para que no se apelmace y se refresque un poco.
Sacar el estiércol
Será recomendable varias veces a día. Si no lo hacemos nuestro caballo puede acabar contrayendo alguna enfermedad.
También es recomendable pintar al menos una vez al año la caballeriza, ya que la pintura desinfecta y acaba con cualquier bacteria que anide en ellas.
Qué debe comer un caballo
La comida, el agua y la sal son alimentos esenciales en los cuidados básicos de cualquier caballo. Veamos cuál es la cantidad adecuada en cada caso.
La alimentación de un caballo variará en función de distintos factores. El tamaño, el peso, la raza, la edad e incluso la actividad física, son algunas de las características que debemos tener en cuenta antes de empezar a alimentar al caballo.
La dieta contiene básicamente heno, aunque también podemos suministrarle de vez en cuando grano, siempre siendo mayor la cantidad de heno, que puede ser césped, alfalfa o ambas. Realizar una mezcla con diferentes tipos de heno es bueno para proporcionar al caballo una dieta equilibrada. El grano puede ser avena o pienso dulce.
Atención con darle al caballo de comer heno en mal estado. Si el heno es polvoriento, mohoso, tiene hojuelas o grumos de residuos de plantas, es mejor no dárselo al caballo, pues podemos provocarle un cólico o algún problema respiratorio. En el caso de los cólicos, recuerda que como vimos en nuestro artículo: 12 curiosidades sobre caballos que no conocías, los caballos no pueden vomitar, por lo que estaríamos ante un severo problema.
El horario de comidas hay que respetarlo, debe ser siempre el mismo y tenemos que evitar que sea antes o después de que el animal haya hecho ejercicio físico.
Los caballos deben comer entre 2 y 3 veces al día. ¿Qué cantidad? Pues si nuestro caballo es de tamaño medio y tiene una actividad normal, lo ideal sería entre 9 y 10 kilos de comida al día, aproximadamente.
¿Cuánto debe beber un caballo?
Los caballos necesitan beber grandes cantidades de agua al día. Si bien es cierto que en la comida encuentran parte de la cantidad de agua que necesitan, esta no es suficiente. Necesitan entre 25 y 55 litros de agua al día, dependiendo del tamaño, peso, la actividad que realicen y del lugar en el que se encuentren.
El agua es uno de los cuidados básicos imprescindibles para nuestro caballo y debe estar siempre limpia y fresca, sobre todo en épocas de mayor calor. Para ello debemos asegurarnos de que los recipientes donde el caballo bebe estén pulcros y llenos, pues el agua puede evaporarse en verano o congelarse en invierno y debemos estar atentos ante estas adversidades.
Alimentos que complementan una buena dieta: la sal
Si, como bien estáis leyendo hablamos de darles sal a nuestros caballos. Ese alimento que tanto atormenta a nuestros mayores y que no parece muy beneficioso para nuestra salud. Sin embargo, ofrecerle sal a cualquier caballo es asegurarle un buen equilibrio en sus electrolitos, gracias a los minerales que contiene la sal.
Lo ideal es suministrar la sal en bloques, pero si nuestro caballo la rechazara, también la podemos mezclar con el heno en la comida. Esto le aportará las sales minerales que necesita y le vendrá muy bien para recuperarse después de cualquier actividad física.
Cómo mantener en buen estado el pelaje de los caballos
Otro de los cuidados básicos en un caballo es el cepillado. Un caballo con un pelaje bien cuidado se ve mucho más bonito y saludable. A veces, peinar las melenas y las colas de los caballos puede resultar placentero.
Aunque no todo es desenredar y peinar, también debemos retirar los restos de hierba y de barro que se queden en el pelo. Usar una rascadera o un cepillo de raíces nos servirá de ayuda para retirar lo más gordo, después podemos seguir con un buen cepillo de dientes anchos, como la bruza, y acabar con un cepillo de crin, que es más suave y se usa para la cabeza y las zonas dónde tienen más hueso, como en las piernas.
Si vemos que hay zonas muy enredadas podemos usar los dedos para que nos sea más fácil, y mejor obviar las tijeras, podemos hacer una escabechina que tardará varios meses en recuperarse.
Cómo cuidar los cascos de un caballo
Es necesario prestar atención a los cascos de nuestro caballo. Se trata de una zona muy sensible que si no cuidamos correctamente puede acarrear en alguna infección. Si nuestro caballo pasa mucho tiempo entre barro y agua, es posible que desarrolle hongos en sus pezuñas. Podemos localizar los hongos si observamos en la parte inferior de las pezuñas algo blanco y pastoso. Puede darse el caso de que simplemente con dejar al caballo en un lugar seco el hongo desaparezca, pero hay casos en los que la cosa se complica y es necesario tratar estas infecciones con medicamentos.
Nadie mejor que un veterinario puede saber el caso concreto de cada caballo y los medicamentos que van a ser necesarios, por lo que lo mejor es acudir a él y que eche un vistazo a nuestro caballo para que después de examinarlo, nos pueda dar un diagnóstico adecuado.
¿Cada cuánto se deben limpiar los cascos de los caballos?
Pues la respuesta correcta a esta pregunta sería: depende. ¿De qué? Del tipo de actividad del caballo. Si pasa la mayor parte del día dando paseos por zonas con muchas piedras, cruzando ríos o andando por sitios con muchos hierbajos y pinchos, lo mejor será revisar al caballo cada vez que vuelva de ese paseo pues es muy probable que algo se le haya podido clavar.
Si no es el caso de nuestro caballo, con revisar los cascos una vez al día será suficiente. Sobre todo debemos fijarnos si hay algún pincho o piedra que pueda molestar al caballo. Si tiene alguna herida tenemos que curársela para cerciorarnos que no irá a más.
Lo importante es asegurarnos que nuestro caballo está cómodo, y eso se consigue manteniendo la limpieza de sus cascos. Podemos usar varios cepillos para la limpieza y por último aplicar algún tipo de grasa con un pincel gordo por ejemplo, para evitar la sequedad en épocas calurosas o el exceso de humedad en épocas más frías.
De vez en cuando al caballo le vendrá muy bien que un herrero le recorte y lime las pezuñas. Lo ideal sería hacerlo aproximadamente cada 6 semanas.
Cuánto ejercicio necesita un caballo
Otro de los cuidados básicos que necesita nuestro caballo es una buena cantidad de ejercicio. Todos sabemos que los excesos no son buenos y abusar del ejercicio con nuestro caballo es tan malo como no hacer ninguno.
Dependiendo de la edad y la raza, el caballo necesitará más o menos ejercicio, pero como mínimo, todos los caballos necesitan ejercitarse una hora, cuatro veces por semana.
El descanso también es importante, así que por lo menos un día a la semana nuestro caballo deberá descansar completamente.
Cuidado al hacer ejercicio. Si no calentamos al caballo, podrá sufrir alguna lesión. Al igual que nosotros calentamos antes de ir a correr, con el caballo debemos hacer lo mismo. Podemos empezar dando un paseo de unos 10 minutos. Seguidamente pasamos al trote y por último ya podremos galopar tranquilamente sabiendo que el caballo ha calentado correctamente.
Todos estos consejos son indicaciones de los cuidados básicos a tener en cuenta, pero si vemos algo extraño en nuestro caballo, algo fuera de lo habitual no dudéis en consultar con vuestro veterinario, él es el más indicado para daros las pautas exactas que necesita cada caballo.
Y si tu caballo es anciano ten presente que necesitará cuidados básicos específicos para caballos mayores.
¿Qué es un caballo estabulado?
La estabulación de caballos en boxes puede generar los llamados vicios de cuadra, comportamientos repetitivos asociados al aburrimiento y la falta de interacción social. Cuando estos problemas aparecen es necesario cambiar la dinámica de vida de los animales, ofreciéndoles un espacio donde puedan pastar, relacionarse con otros caballos y ejercitarse de forma libre, de esta manera dispondremos de animales más equilibrados y saludables para el ejercicio de la equitación.
Los caballos son animales que viven en grupos en los que existe una enorme interacción social y una jerarquía muy marcada. En estado salvaje los caballos dedican más de catorce horas a pastar y, además, son capaces de desplazarse kilómetros en busca de agua y alimento.
Los caballos se han estabulado por tres razones. La primera es un mejor aprovechamiento del espacio, la segunda que el pupilaje en prado es más caro que el pupilaje en box y la tercera es la comodidad en el cuidado de los caballos. Es más rápido limpiar un box de 2 x 2 metros que un prado diez veces más grande y si tenemos que mantener varios prados alimentar y dar agua supondrá un gran esfuerzo.
Además, con los caballos en prado los jinetes tendrán que desplazarse a buscarlos y después llevarlos a un lugar adecuado para equiparlos, por no hablar de que en muchas ocasiones será necesario limpiarlos.
Por todo ellolos boxes son habituales en las hípicas, yendo en contra de las necesidades naturales de los caballos, que requieren espacio para moverse, forraje contínuo y compañía. Estos déficit desembocan en los denominados vicios de cuadra.
¿Qué son los vicios de cuadra?
Estos trastornos forman parte de las denominadas estereotipias, alteraciones de la conducta que consisten en comportamientos repetitivos que no tienen ninguna función útil. Los vicios de cuadra vienen derivados de situaciones de estrés y ansiedad, problemas que aparecen en caballos que no tienen sus necesidades básicas cubiertas.
La causa más habitual de estos vicios es el aburrimiento. En los boxes los estímulos son muy limitados y las relaciones sociales se limitan a los caballos más cercanos, en caso de que puedan verse, por lo que si no salen el tiempo suficiente ni se relacionan con las personas de forma adecuada, los caballos pueden desarrollar “vicios de cuadra”.
Por otro lado, la falta de ejercicio y el exceso de energía es otro factor desencadenante de esterotipias, ya que al no ejercitarse a diario el animal busca formas de quemar la energía sobrante.
Existen multitud de “vicios de cuadra”, algunos muy llamativos como las patadas a las puertas y paredes del box y otros más discretos como los lamidos compulsivos o las actitudes agresivas hacia animales y personas.
¿Qué es el baile del oso en los caballos?
Los vicios de cuadra más frecuentes son el baile del oso. Consiste en un balanceo constante de la cabeza que también puede ir acompañado de un movimiento de balanceo del cuerpo. En el baile del oso el caballo carga su peso sobre las extremidades delanteras, lo que a largo plazo puede generar problemas musculares y lesiones en las manos por sobrecarga.
¿Cómo curar la aerofagia en equinos?
La aerofagia es otro de los vicios de cuadra más habituales. Los caballos comienzan lamiendo o mordiendo los bordes de la puerta, haciendo presión sobre ella y emitiendo una especie de ronquidos. Con esta práctica liberan endorfinas, unas hormonas que les ayudan a reducir el estrés. Algunos especialistas consideran que este vicio aumenta el riesgo de cólicos, aunque no se ha podido comprobar.
¿Por qué los caballos corren en círculos?
Además de estas dos estereotipias existen otras bastante frecuentes, como los movimientos en círculos, especialmente en los caballos de carreras por su ritmo de entrenamiento, comer o morder madera, vocalizar, el acicalado excesivo o las sacudidas de cabeza continuas.
En animales estabulados una vez que aparecen es prácticamente imposible corregir los vicios de cuadra. La solución es proporcionarles espacio, alimento continuo y la compañía de otros caballos o animales.
Para ocupar su tiempo libre y evitar el aburrimiento también pueden emplearse juguetes equinos, como las pelotas, al tiempo que las redes slow feeder para el forraje pueden ayudar a que el caballo coma de forma más lenta, dejándole menos tiempo para aburrirse.
Finalmente, el aumento del ejercicio físico ayuda a que consuman energía. Aunque la monta es una buena forma de cansar a un caballo, los paseos del ramal también contribuyen ayudando a mejorar la relación con su dueño.
Cómo cuidar caballos en ferias y romerías
En España la presencia de caballos en fiestas y romerías populares es algo habitual, pero para evitar problemas hay que estar pendiente de ciertos detalles a la hora de preparar estos eventos. La elección de un caballo adecuado, con buen talante y tranquilidad ante grandes grupos de personas es vital, así como una correcta hidratación, alimentación y mantenimiento durante las horas en las que estemos disfrutando del evento nos evitará sobresaltos.
Una vez más el “alumbrao” de la Feria de Abril sirvió de pistoletazo de salida para las múltiples fiestas, ferias y romerías que se celebran en nuestro país con la llegada del buen tiempo. Independientemente de cada festividad en todas ellas hay un factor común: los caballos.
La presencia de caballos en este tipo de festividades es casi tan antiguo como el orígen de las mismas, ya que nuestro país cuenta con una tradición equina de gran peso en casi todas sus comunidades autónomas. En Andalucía la afición por el caballo va un paso más allá, haciendo de estos animales epicentro de grandes celebraciones como El Rocío.
Llevar un caballo a un evento como la Feria de Abril puede parecer sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Estas actividades requieren una preparación previa para asegurar que el animal tenga un comportamiento adecuado y que su presencia no entrañe riesgos.
Elegir y preparar un caballo para ferias y romerías
A la hora de elegir un caballo debemos tener en cuenta el uso que queremos darle, ya que nada tienen que ver un caballo para salto, que para doma o para realizar rutas o romerías.
Para este último uso debemos escoger un caballo bien domado, tranquilo, confiado y que tenga un fácil manejo tanto montado como pie a tierra. Hay que tener en cuenta que deberá enfrentarse a grandes afluencias de gente y a todo tipo de ruidos.
Es recomendable que el caballo esté bien acostumbrado a nosotros, ya que de esta forma confiará en nuestras órdenes y conoceremos al animal para poder prever ciertas reacciones. A pesar de ello son muchos los jinetes que alquilan o toman prestados animales para estos eventos, algo que puede suponer un riesgo si no se tiene experiencia en la monta.
A la hora de preparar al caballo para acudir a una feria es importante saber cómo va a desarrollarse la misma, por ejemplo si el animal va a tener que estar en zonas muy concurridas, si va a tener que caminar varios kilómetros o si va a tener que soportar peso. Esto es básico de cara a la preparación física y acostumbramiento a diferentes estímulos.
Por ejemplo, un animal que va a hacer una romería o trayecto largo deberá seguir una rutina de musculación, especialmente aquellos ejemplares que se montan poco, para evitar lesiones en las patas o la espalda.
Por el contrario, los que van a tener que estar en zonas urbanas deberán estar habituados a ruidos como petardos, música alta o presencia de perros u otros caballos.
Cuidados de un caballo para feria o romería
Aunque la mayoría de jinetes son conscientes de que los caballos requieren cuidados durante las ferias, por desgracia hay otros que se olvidan de los mismos. El principal factor a tener en cuenta son las altas temperaturas que aumentan el riesgo de que los animales sufran golpes de calor.
Para evitarlo debemos asegurarnos que tienen suficientes horas de descanso en una zona con sombra, intentando evitar que sean montados o realicen una actividad intensa en las horas centrales del día.
Es fundamental asegurarles una buena hidratación ofreciendo agua de forma frecuente y hacer paradas periódicas para que el animal no se sobrecaliente y pueda saciar su sed. Tampoco se debe obligar a los caballos a pasar horas sin comer, ya que el aparato digestivo de estos animales está preparado para ingerir alimento de forma contínua.
Por otro lado, un alimento en mal estado, una ración insuficiente o un ayuno prolongado puede generar cólicos de gran gravedad. Igualmente es importante revisar al caballo a diario para detectar posibles heridas o roces, especialmente aquellos que se mueven en zonas urbanas, y usar repelentes de insectos para evitar molestias al animal.
Por último, el control de los cascos y las herraduras es fundamental, ya que los caballos van a caminar durante varias horas, en algunos casos por terrenos erosivos como el asfalto, por lo que la pérdida de una herradura puede conllevar un desgaste irregular o excesivo y malos apoyos que deriven en cojeras y lesiones de las patas.
¿Qué cuidados necesitan los caballos en otoño?
Tras el caluroso verano los cambios bruscos de temperatura que se producen en otoño afectan negativamente a nuestro caballo, de ahí que al comienzo de esta estación sea aconsejable cambiar de pautas alimenticias, efectuar una “puesta a punto” gradual y efectuar una serie de controles preventivos que nos asegurarán un otoño y un invierno tranquilos.
Acaba de entrar el otoño en los calendarios y los aficionados a los caballos saben muy bien que esta estación requiere de cuidados especiales en los animales, sobre todo derivados de los bruscos cambios de temperatura ambiental, una circunstancia que afecta de forma importante a los caballos, cuyos organismos siempre necesitan de un periodo de adaptación a las nuevas circunstancias climatológicas.
Si no somos previsores estos cambios ambientales pueden afectar negativamente a nuestros caballos, sobre todo cuando se viene de un verano caluroso, algo que suele ser generalizado, y porque es en otoño cuando gracias a las primeras lluvias la hierba brota con fuerza lo que en ejemplares que tienen la oportunidad de pastar en exterior puede provocar problemas digestivos, dado que los niveles de azúcar presentes en el pasto es en esta época superior a lo aconsejable.
Adaptar la dieta
Por lo tanto lo primero que hay que tener en cuenta al llegar el otoño es que las pautas de alimentación de nuestro caballo deben comenzar a cambiar, adaptándolas poco a poco a lo que será la norma durante los fríos meses de invierno.
Esta modificación de la dieta debe producirse siempre de la mano de un experto, sobre todo porque es en otoño y también en invierno cuando nuestro caballo rendirá de mejor forma, dado que estos animales soportan mejor el frío que el calor, aunque tratándose de una estación tan inestable, como le sucede también a la primavera, tendremos que estar atentos a los cambios de temperatura y a que la alimentación responda con eficacia a las necesidades nutricionales del animal.
Puesta a punto gradual
Pero ese mayor rendimiento debe producirse de forma gradual, porque probablemente durante los meses de mayor calor la forma física de nuestro caballo se habrá resentido por un menor tiempo de entrenamiento y también puede que haya ganado peso por la mayor inactividad, lo que nos aconseja que aprovechemos las primeras semanas de otoño para desarrollar un adecuado plan de “puesta a punto”.
El objetivo es conseguir que poco a poco nuestro caballo vuelva a estar en perfectas condiciones, tanto de peso como de estado físico, principalmente en lo que se refiere al sistema muscular de las extremidades, una prudencia que contribuirá a evitar lesiones indeseadas.
Por otro lado, los expertos saben que el otoño es una de las épocas en las cuales habitualmente se revisan los cascos. El control sobre las pezuñas es aconsejable para prevenir que puedan aparecer problemas de laminitis, agrietamientos, etc, y al mismo tiempo nos permite comprobar el estado de las herraduras por si fuera necesaria su sustitución. La limpieza y control de los cascos nos permitirá valorar si nuestro caballo precisa del aporte de algún nutriente específico para fortalecer sus pezuñas.
Por otra parte, el otoño también es el momento adecuado para realizar un desparasitado interno y para aplicar el plan de vacunación que nos aconseje el veterinario.
Cuidado con la humedad en otoño
Hemos comentado que los caballos soportan mejor el frío que el calor, lo cual es totalmente cierto, pero en otoño uno de los problemas es la humedad creciente, una cuestión que, como sucede con el viento, no es demasiado saludable para los caballos, de ahí que en esta época del año tengamos que cambiar la estrategia.
La mejor opción es que los animales permanezcan de noche a resguardo en una instalación bien atemperada y sobre todo seca, lo que facilitará que no gaste innecesariamente energías en mantener su temperatura corporal.
De día los caballos deberán estar protegidos de la lluvia con su correspondiente manta impermeable y en caso de lluvia intensa deberemos conducirlos bajo protecciones techadas, secarlos y evitar las corrientes de aire.
Cuidados de los caballos en primavera
En primavera los caballos cambian su manto de pelo y es en esta época del año cuando más les crecen los cascos, por lo tanto es muy importante diseñar una dieta nutricionalmente adecuada a sus nuevas necesidades. Por otro lado, en primavera es cuando debemos realizar las labores de desparasitación, tanto interna como externa, y comenzar con los entrenamientos tras el parón invernal.
Con la llegada de la primavera y el final de los fríos invernales los caballos comienzan a experimentar los habituales cambios estacionales que se producen a lo largo de esta época del año y que suelen afectar al manto de pelaje y a los cascos, razones ambas que nos obligan a extremar los cuidados y exigencias en la dieta.
Cómo es natural las condiciones climáticas afectan a todos los seres vivos y por extensión también a los caballos, que durante el invierno habrán necesitado más aporte nutricional para mantener sin problemas su temperatura corporal.
¿Cuál es la mejor nutrición de los caballos en primavera?
Si durante el invierno no hemos aportado los suficientes suplementos a la dieta, o no hemos adoptado una alimentación adecuada, lo normal es que con la llegada de la primavera nuestro caballo se encuentre por debajo de su peso o, por el contrario, que la falta de ejercicio derivada del mal tiempo y el exceso de alimento hayan derivado en una situación de sobrepeso.
Por lo tanto antes de apostar por una alimentación u otra con la llegada de la primavera debemos valorar, primero, el estado físico del animal con el fin de diseñar una dieta personalizada que nos brinde unos resultados adecuados, teniendo en cuenta que en esta estación comenzará el cambio de manto y se producirá una mayor regeneración de los tejidos queratinosos de los cascos.
En primavera los nutrientes más importantes en la alimentación de un caballo son los aminoácidos, la biotina (ayuda al fortalecimiento de los cascos), el ácido patogénico (contribuye a la regeneración de las células) y la vitamina B6 (interviene en la metabolización de los aminoácidos).
Primavera: Cuidar el pelo y los cascos de un caballo
Los caballos suelen cambiar su manto en primavera, lo que exige que procedamos a un cepillado frecuente con el objetivo de retirar el pelo muerto y de estimular la segregación de los aceites naturales de la piel.
En relación con los lavados hay que ser muy precavidos, porque las temperaturas en primavera pueden ser muy cambiantes y una ducha a destiempo puede provocar cambios demasiado bruscos en la temperatura corporal de los caballos.
Si observamos que la temperatura no lo permite podemos realizar una limpieza puntual con una esponja húmeda con el objetivo de retirar alguna mancha indeseada.
En relación con los cascos deberemos mantener la limpieza de los mismos para evitar la proliferación bacteriana, con especial atención a las ranillas, y tener en cuenta que es durante esta estación cuando más se desarrollan los cascos, lo que obliga a estar atentos a la uniformidad de su crecimiento.
Desparasitación interna y externa de los caballos en primavera
Los tratamientos de desparasitación interna suelen realizarse de forma bianual, generalmente en primavera y en otoño, por lo cual salvo intervenciones extraordinarias es en estas próximas semanas cuando toca hablar al respecto con el veterinario.
Junto con la desparasitación interna la primavera es un momento adecuado para realizar una evaluación veterinaria de cara al incremento del número de insectos que suelen amargar la vida de los caballos con la llegada de los calores y provocar diferentes problemas de piel e infecciones.
Debe ser el especialista el que diagnostique los repelentes más adecuados, que sean eficaces y no causen problemas dermatológicos en los animales, una labor que debe ir acompañada de exhaustivas operaciones de limpieza y desinfección en todas las instalaciones equinas.
Entrenamiento de un caballo en primavera
Comenzada la primavera no es aconsejable someter a nuestro caballo a esfuerzos que puedan causar lesiones en cascos y tendones, de forma que el trabajo debe evolucionar de forma pausada yendo de menos a más paulatinamente con el fin de evitar sobrecargas.
Con esta estrategia conservadora conseguiremos que el animal vaya fortaleciendo poco a poco sus extremidades y su estructura muscular, hasta conseguir que en pocas semanas se hayan olvidado los indeseados parones invernales y tengamos un caballo listo para disfrutar de él durante los meses de buen tiempo.
Seguro para caballos: Cuida a tu caballo y protégete de imprevistos
Como sucede con las mascotas, los seguros para caballos ofrecen coberturas que protegen al animal como a su dueño, incluyendo garantías básicas como la responsabilidad civil por los daños personales o materiales que pueda ocasionar el equino, además del robo o el fallecimiento del animal.
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Hola! quería preguntar una cosa…yo quiero tener un caballo y me estoy mirando que hay que darles de comer y en algunas paginas web me sale que alguna vez se le puede dar sandia y en otras paginas web veo que no se le puede dar sandia.
Me podríais ayudar con esta pregunta?
gracias!
No le des sandia, les puedes dar manzanas o zanahorias como premios
Puedes consultar en este artículo toda la información que necesitas sobre la alimentación de un caballo: https://blog.terranea.es/alimentacion-equina-que-come-un-caballo/
muy interesante para los cuidados de los caballos
me es de mucha utilidad este tipo de consejos, ya que soy primerizo con los caballos y que mejor que tener un buen consejo de los expertos
gracias por todo.
¡Muchas gracias por su comentario! Nos alegra saber que le ha sido de gran utilidad. Cualquier cosa que necesite, o si necesita asegurar a sus caballos, no dude en contactar con nosotros. Un saludo.