Los perros que se ponen a ladrar cuando se quedan solos en casa pueden causar ciertos problemas a sus dueños con la comunidad de vecinos. Siendo un tema recurrente en las juntas de muchos edificios. Por eso te traemos algunos consejos si es tu caso y quieres evitar que tu perro ladre y arme ruido… o por si quieres pasarle este artículo a uno de tus vecinos con mascota.

Es normal que todos los perros ladren y emitan distintos tipos de vocalizaciones, pero el problema comienza cuando la frecuencia y sonoridad de los ladridos adquiere un nivel excesivo. ¿Cómo podemos resolver el problema? Lo primero es acudir a veterinarios y terapeutas caninos para que sean ellos los que localicen el origen de dicha conducta y apliquen el tratamiento corrector.
Los propietarios de perros conocen bien que las vocalizaciones innatas (ladridos, gemidos y aullidos) forman parte del sistema de comunicación de todos los cánidos, pero por regla general los problemas comienzan cuando los sonidos son excesivos, permanentes o se producen a horas inadecuadas, convirtiéndose en una conducta molesta tanto para las personas que conviven con el animal como para el resto de vecinos.
En ocasiones y por motivos relacionados con la ansiedad por soledad/separación los perros vocalizan en exceso en ausencia de sus dueños, sobre todo en una fase juvenil, un comportamiento que puede pasar desapercibido para sus propietarios ausentes y del que es conveniente advertirles antes de que las molestias, perjuicios y quejas vayan a más.

En estos casos es aconsejable que consultemos con nuestro veterinario para que sea el especialista el que nos indique cuál puede ser el tratamiento terapéutico a aplicar, que puede ser acudir a un adiestrador canino con el objetivo de que nos ayude a encontrar el origen del problema y a resolverlo a largo plazo.
Los ladridos forman parte del sistema de comunicación auditiva que tienen los perros, lo que significa que todos los perros ladran y que el problema surge cuando el nivel sonoro o duración de estos ladridos excede la normalidad.
Por regla general las vocalizaciones excesivas suelen tener un mismo origen, inseguridad, ansiedad, miedo, frustración o aburrimiento, aunque los etólogos defienden que existen otras motivaciones para los comportamientos de este tipo, como pueden ser un afán socializador (nuestro perro ladra al escuchar los ladridos de otros perros), un carácter agresivo o algún tipo de disfunción cognitiva.
Por otra parte, hay perros que muestran un excesivo apego y que responden a las situaciones de separación con un exceso de ladridos que no puede considerarse dentro de la normalidad.
En estos casos puede ser útil utilizar feromonas caninas con el objetivo de que a través del olfato los perros tengan la sensación de que no están solos. Por otro lado, en ocasiones los ladridos excesivos pueden venir provocados por la existencia de alguna patología, como puede ser el hipotiroidismo, o de tipo cognitivo, por lo cual es importante que los veterinarios participen en todo momento en el diagnóstico que origina la conducta.
Mi perro ladra cuando está solo: ¿Qué hago?
Ya os explicamos un artículo cuáles son las principales razones por las que ladran los perros. Y cómo ésta es una forma natural e innata de expresión mediante la que tratan de transmitir un determinado mensaje. Ahora, en este breve artículo, vamos a afrontar una problemática recurrente: Los perros que no paran de ladrar cuando se quedan solos en casa.
Los perros que ladran mucho cuando se quedan solos encajan en varios perfiles. Uno de ellos es el de los perros que sufren de ansiedad por separación: Al sentirse estrechamente unidos a sus dueños, actúan como si el mundo se acabase cada vez que éstos se van de casa y se separan de ellos. Son animales que, debido a la ansiedad, también pueden presentar otros síntomas como orinar en casa, masticar y destrozar objetos del hogar, o saltar de forma frenética por los distintos espacios de la casa. Pero si lo que necesitas es información sobre la ansiedad por separación te recomendamos este artículo, y este sobre la soledad en perros.
Algunas razas (incluida la mayoría de los terriers) nacen como perros guardianes, propensos a «hacer sonar la alarma» cada vez que un ruido o movimiento les llama la atención. Es decir, cualquier ruido en el rellano de un vecino a lo lejos, o el camión de la basura pasando por la calle pueden desatar su «concierto de grandes éxitos». La eliminación de esta tendencia es un tanto complicada en los perros guardianes. Sin embargo, sí se les puede (y debe) enseñar a limitar sus «alertas» por un posible intruso a cinco o seis ladridos, para luego calmarse. Pero nunca permitir que nuestro perro pase largos periodos de tiempo ladrando sin parar. Pues será malo tanto para la convivencia con tus vecinos como para el propio bienestar de sus cuerdas vocales.
Si además apoyamos la tranquilidad de nuestro perro dejándole en un lugar tranquilo, oscuro y silencioso de nuestro hogar, esto ayudará en el caso de los perros más irascibles a la excitación. Pues un ambiente relajado y silencioso ayudará también a que el perro esté relajado y pase gran parte del día dedicándose a dormir en lugar de a ladrar. Que es lo ideal cuando no estamos en casa.
Por otra parte, los cachorros de cualquier raza pueden llegar a ser un reto, pues son capaces de ladrar hasta el absoluto y literal agotamiento si no se les educa correctamente y no se les ayuda a quemar toda esa energía desbordante que tienen cuando son tan jóvenes. Así que te recomendamos que intentes levantarte temprano para brindar a tu cachorro un buen rato de desahogo, juego y actividad. El suficiente para que llegue a casa lo suficientemente cansado para que esté deseando relajarse en su cama.

Por último, están los ladradores a los que les encanta reunir a «la manada». Es decir, a todos los que vivís en casa. ¿Qué sucede con ellos? Pues que el hecho de que los dejemos solos en casa provoca que se acabe la diversión. Así que ladran de forma incansable para llamar a los miembros de la familia para que vuelvan a casa. Si cualquiera de los que vivimos en el hogar familiar entramos a casa cuando él está ladrando, esto provocará que vea reforzada esta conducta y piense que hay veces que funciona. ¿El resultado? Ladridos sin control y de forma casi aleatoria cuando está solo en casa y quiere dejar de estarlo.
¿Cómo romper el ciclo de ladrar sin control de un perro?
Si el perro ve recompensado su ladrido cada vez que volvemos al interior del hogar, aunque sólo sea para pedirle que se calle ¿cómo rompemos el círculo vicioso? Pues hay que recompensar el silencio.
Para fomentar el silencio de nuestro perro hay que ejercitarlo: Aprovecha un día libre o un fin de semana y haz como si fuese un día normal de trabajo en lo que se refiere a tus rutinas de cada mañana. Pero cuando salgas por la puerta no te alejes demasiado… Si tu perro está en silencio durante un periodo de tiempo determinado deberás volver y recompensarlo (valen golosinas o caricias y cumplidos, pero lo mejor es comenzar por lo primero y luego ir compaginando).
Comienza por un objetivo fácil de conseguir: de 10 a 30 segundos de silencio. Cada vez que vuelva a ladrar empezaremos la cuenta de tiempo desde cero. Créeme cuando te digo que es mejor empezar por objetivos asumibles. Porque en muchos casos esos 10 segundos serán todo un logro. Si nada más salir ya está ladrando espera hasta que se calle, obviamente. Y prémialo.
Con algunos perros es necesario a veces recurrir al apoyo de un estímulo o marcador que les ayude a identificar que es un comportamiento no deseado. Como un golpe seco y sonoro en la puerta cuando se produce un ladrido. Esto ayudará a acelerar el proceso de entendimiento del perro: Su ladrido provoca algo desagradable, mientras que el silencio tiene premio. Vamos poco a poco.
Es muy importante que tú no le grites pidiéndole que se calle. Para muchos perros una atención por parte de su dueño, aunque sea negativa (regañarle) es mejor que ninguna atención. Así que gritarle para pedirle que se calle puede convertirse en un «premio» a sus ladridos. Porque le estás haciendo caso.
Una vez que hayas logrado el primer tramo de tiempo sin ladridos vuelve a entrar en tu casa y recompénsalo con cumplidos (un «buen chico» o «perrito bueno» es mucho más poderoso de lo que crees) y con una golosina. Para a continuación volver a tus quehaceres.
Repite la operación varias veces, intentando subir los tiempos de silencio. Y haciéndolo cada vez con la mayor calma que puedas, para no excitarlo (si eres de los que sale de casa dando portazos mejor que te lo replantees). Si ves que tienes que reiniciar el conteo de tiempo más de un par de veces, es posible que te estés yendo demasiado lejos, o que lo estés haciendo demasiado rápido.

Por supuesto, algunos perros son muy listos y serán conscientes de que estás al otro lado de la puerta. Pero podrás ir alargando la distancia según vayas cosechando éxitos (y el disfrutando el correspondiente premio).
Algunas personas hacen uso de collares en lugar de golpes o sonidos fuertes para desalentar el ladrido. En Terránea somos contrarios a los collares de descargas. Pero existen unos collares con unos dispensadores de citronela que son totalmente inocuos y que parecen funcionar bastante bien para este tipo de conductas, al menos como apoyo en el objetivo de que el animal identifique el ladrido como una conducta indeseada. El collar interrumpe cada ladrido dispensando una difusión con olor a citronela.
Sin embargo, tampoco recomendamos estos collares para aquellos perros que sufran de ansiedad por separación. En ese caso te remitimos al artículo que enlazamos más arriba.
En general, si repites el ejercicio de «premiar el silencio», lo más probable que en poco tiempo consigas evitar que tu perro siga molestando a tus vecinos. Pero sobre todo no desesperes y ármate de paciencia (bien lo merece tu mascota). Puede avanzar y retroceder al principio. Tan sólo repite los ejercicios de forma periódica hasta que deje de hacerlo. Si ya tienes un problema por esta causa y vas a empezar a trabajarlo, no está de más que informes a tus vecinos que lo estás haciendo. Porque no es algo que se consiga de un día para otro. Pero les alegrará saber que sus quejas no han caído en saco roto (no cuesta mucho tratar de ser un buen vecino y fomentar una convivencia amistosa).
Ni fármacos ni collares antiladridos
Lo que aconsejan los expertos es que cuanto antes nos pongamos en manos de los especialistas, porque esperar a que el problema se resuelva por sí solo no suele producir los efectos deseados y tampoco funcionará el que miremos para otro lado y normalicemos la situación. En ambos casos el paso del tiempo seguramente contribuirá a empeorar el pronóstico y alargará la solución.
Para aplicar una u otra terapia es necesario localizar el origen del problema y diagnosticar la motivación que provoca en el animal este tipo de comportamiento indeseado, para a partir de ese momento iniciar el tratamiento / entrenamiento corrector que se considere más adecuado.

Cuando la causa del problema viene provocada por una situación de aburrimiento lo que deberemos hacer es enriquecer el día a día del animal con más rutinas de actividad, más juego, más ejercicio y más estimulación mental, y en el caso de que por nuestro trabajo o quehaceres diarios no le podamos prestar a nuestro perro los cuidados que necesita, deberemos pensar en una guardería de día, cuidadores en casa, etc, al menos hasta que observemos que el comportamiento no deseado muestra signos de corrección.
Por otro lado, la dosificación de fármacos tan sólo está indicada como complemento para un mejor funcionamiento de las terapias de reeducación y siempre que veterinario y adiestrador lo consideren oportuno. En ningún caso los fármacos pueden ser la única solución al problema.
Hay que ser conscientes de que en estos casos no existen soluciones mágicas y por ello tampoco es aconsejable el uso de los collares antiladrido. La razón es que no estaremos resolviendo el origen del problema y por el contrario lo estaremos agudizando.
Tampoco la aplicación de castigos va a servirnos como un medio corrector eficaz, porque a parte de perjudicar el bienestar del perro las causas del problema van a seguir sin resolverse.

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Mi perra siempre que salgo busca cualquier medio para escaparse e ir tras de mi. yo solucioné su ansiedad dejando una prenda de mi ropa usada cerca de él (es cachorro) y un juguete con el que pueda entretenerse. no pensé en un principio que fuese a funcionar pero lo hizo!
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